Le pedí a Marcos Peña alguna precisión sobre el off-the-record y los funcionarios que hablan, o no, y cómo. Me dice que nunca dijo que no se permitiría hablar off the record con periodistas, que su intención es ésta: “Promoveremos que hablen más en on, pero no por algo contra los periodistas”. Agregó ante un comentario mío: “No vamos a prohibir el off ni mucho menos decirles que no hablen con funcionarios, simplemente que se sientan más libres de hablar en on”. Había leído una nota sobre las opiniones de Peña y recordé un momento bajísimo de la profesión. Fue en 2003, cuando Oscar Parrilli dijo que Néstor Kirchner había prohibido a los funcionarios mantener conversaciones off-the-record con periodistas. Por supuesto que esa norma nunca se cumplió: los funcionarios hablaron desde entonces más que nunca. Las crisis más serias que tuvo el gobierno peronista surgieron de filtraciones de funcionarios hacia la prensa. Por ejemplo, las denuncias contra Amado Boudou, según éste, salieron de la oficina de Florencio Randazzo. El caso Schocklender, que pringó a un sector del gobierno y que salpicó a la organización Madres, fue una filtración del ministerio de Infraestructura, que hizo circular los comentarios sobre aquellos chanchullos.

Este gobierno ha institucionalizado reuniones off-the-record con el presidente y algunos funcionarios, que suelen hacerse con grupos selectos de periodistas. Esta rutina ha generado un nuevo género de la crónica, que suele emplear el estilo “Macri cree, Macri siente, Macri teme…”. Uno identifica la fuente cuando lee esas crónicas, que se sientan en el timbre y delatan quién está hablando. El recurso está gastado y da, como se queja Peña, para que quien escribe se sienta con libertad de ser elástico con la verdad de las palabras. El gobierno no puede quejarse si hay tergiversaciones, porque es el responsable de haber abierto la puerta. Es un género incontrolable. En este punto el off-the-record es el último de los canallas, porque es una plataforma para engañar al lector.

Preventivamente, hay que dejar de usar el concepto de off-the-record, que sólo sirve para fabricaciones periodísticas en las que se juegan intereses. La experiencia indica que los políticos de más éxito y que más lejos han llegado, dicen lo mismo en público que en privado. Nunca piden off u on. Hablan cuando quieren o necesitan. Y si no, no hablan. Pero no se esconden en esas ortopedias desgastadas de la profesión como el off.

También hay que tener en cuenta que la mayoría de los funcionarios y de los periodistas no saben qué es el off: el off es ocultar la fuente. Lo suelen malentender como información embargada. No estoy entre quienes creen que el gobierno tenga algún problema de comunicación. En todo caso, sus defectos y sus méritos surgen de las estrategias políticas y no de cómo se las comunica. Sé además que su manejo de las redes es sólo un complemento de otros sistemas de comunicación, y que la oposición también maneja las redes, y eso se nota cuando uno escribe algún nombre o un tema y se disparan los algoritmos para inflar los mensajes, a favor o en contra. Los dos tienen una misión que suele neutralizarse en el debate.

Tampoco este gobierno presenta dificultades de acceso a la información. No cuenta ni menos ni más que los gobiernos anteriores. Son reticentes a dar información, como fue la norma de las administraciones Macri en la ciudad, y también en los gobiernos Kirchner. En eso son muy parecidos. También es cierto que usan los mismos canales y los mismos asesores. Uno identifica a funcionarios del área medios de la presidencia, que hacían el mismo trabajo con el gobierno anterior. No tiene la más mínima importancia. La prensa ni mata ni salva a nadie. Es relativamente fácil acceder a la información. Información sobra, lo que falta son plataformas y empresas que banquen las publicaciones. Y coraje de periodistas y editores. También es cierto que no le gusta al gobierno que los periodistas anden por ahí preguntando, pero este negocio es así. No se hace para poner contentos a los funcionarios.

Es importante que los funcionarios hablen, off-.the-record, on, en charlas de trasfondo o aun con mensajes embargados. Es la única forma que tiene el público para enterarse de los debates que preceden a las decisiones. El sueño de los gobiernos es que el público – y los periodistas – se enteren de las medidas por el Boletín Oficial o por las gacetillas prensa. Pero eso es una limitación a la participación ciudadana. El público son los medios, y los medios son el público. Y tienen el derecho a enterarse de esos debates, y a participar del debate, frenando las medidas que creen inconvenientes, y saludando las que crean positivas.

En este debate mete mucho ruido y confusión la demanda de los medios audiovisuales de que los funcionarios hablen. Necesitan de la voz y de la imagen para que su negocio exista. A los periodistas gráficos eso no les importa. Construyen historias con el material que hay, no importa si es on, off, o capturado por medios hasta innobles. Recomiendo ver el capítulo de la III temporada de “The Newsroom”, que cuenta cómo una periodista consigue una historia escuchando una charla en el asiento de atrás de un tren, y los problemas éticos que eso le plantea. El final es previsible: domina el interés público sobre la seguridad, como se cuenta en el filme “The Post” (Spielberg) sobre los papeles del Pentágono.

Por Ignacio Zuleta

Periodista y consultor político. Autor del libro “Macri Confidencial: pactos, planes y amenazas” (Bs. As.: Ed. Planeta, 2016). Columnista de Política Nacional del diario Clarín. 1: Columna Entretelas de la Política, que se edita todos los domingos en el Suplemento Economía. 2: Columna Avant Première, que se edita los días lunes en la sección Política (https://www.clarin.com/autor/ignacio_zuleta.html) Editor responsable del sitio www.zuletasintecho.com. Colabora en revistas del extranjero sobre temas políticos y es columnista invitado en medios de la Argentina. Como periodista y analista ha dictado conferencias en varios países. También ha realizado coberturas internacionales en sesiones de las Naciones Unidas, países de Medio Oriente, América Latina, la crisis política en Italia, los acuerdos Malvinas entre Gran Bretaña y la Argentina, elecciones en España, México, Estados Unidos, Uruguay, Chile, México y otros países, varias sesiones del World Economic Forum (Davos, Suiza) y numerosos viajes presidenciales de mandatarios argentinos y de otros países. También ha participado de reuniones científicas y profesionales como la que organiza la Global Editors Network. Ha sido Secretario de Redacción del Diario Ámbito Financiero, Editor político de mismo diario. Durante 7 años fue además responsable de la sección “Charlas de quincho”. Fue director responsable del diario “La Mañana del Sur”, Neuquén. También fue columnista del diario La Capital (Mar del Plata). En medios radiales, tuvo actuación a cargo de programas en FM la Isla y Radio el Mundo de Buenos Aires. Conductor durante 5 años del programa de debate político “Contrastes” (Canal Metro de TV). Es doctor en Filosofía y Letras (Universidad Complutense de Madrid, España) Graduado del programa Publishing on the Web de Stanford University, Graduate College, Palo Alto, California. Es miembro del Consejo Consultivo del CARI (Consejo Argentino de Relaciones Internacionales). Es profesor de la Maestría en Magistratura y Gestión Judicial (Conadu) que organizan la Corte Suprema de Justicia de Mendoza, la Universidad Nacional de Cuyo y la Universidad de Mendoza en el módulo “Prensa y Justicia”. Es crítico literario, autor de “La Polémica Modernista” (Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1989, en curso de reedición) y de la edición crítica de “Prosas Profanas y Otros Poemas” de Rubén Darío (Madrid: Ed. Castalia, 2015). Es el editor de un volumen de las Poesías Completas de Rubén Darío para la editorial Castalia de Barcelona, España (2016). Es Miembro del Consejo Asesor del proyecto de Archivo Dariano y Obras Completas de Rubén Darío. Universidad de Tres de Febrero (2016). También es autor de trabajos de investigación publicados en órganos científicos de Estados Unidos, España y la Argentina. Recibió un premio Nacional de Literatura en la Argentina, el premio Pedro Salinas en Puerto Rico, el premio de Cultura Hispánica en Madrid (España) y el premio Alfonsina en la ciudad de Mar del Plata. Fue destacado en 2017 como uno de los cinco periodistas de la última década en la especialidad “Análisis Político” por el Jurado de los premios de la Fundación Konex Ha sido profesor titular ordinario en el Departamento de Letras de la Universidad Nacional de Mar del Plata de las cátedras de Literatura Hispanoamericana y de Literatura Española. También Decano de la Facultad de Humanidades de la UNMdP durante un mandato de tres años. Fue profesor de Literatura Española, Literatura Argentina e Hispanoamericana y de Introducción a la Literatura en la Universidad Nacional de la Patagonia. Santa Cruz, Argentina. Ha dictado cursos y conferencias sobre crítica literaria en universidades de Estados Unidos, México, Colombia, España y otros países. También ha dictado cursos y conferencias en facultades de periodismo de todo el país. ignacio@zuleta.org @izuleta www.zuletasintecho.com

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