Por lo menos once facciones en guerra en todo el mundo ordenaron el cese del fuego en conflictos armados como consecuencia de la peste del coronavirus. El cese de hostilidades siguió a un pedido de la ONU para enfocar los esfuerzos, en palabras del secretario Antonio Guterres, en la verdadera lucha por nuestras vidas que es contra el COVID 29.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU
En esos conflictos las facciones en pugna accedieron a que intervengan actores externos en auxilio de poblaciones en extrema necesidad, como la de niños y adolescentes, que suelen ser los más vulnerables en los conflictos. Entre esos once países están Filipinas, Sudán, Siria, Yemen y Camerún.
Este efecto de la pandemia se suma a otros como la reducción de las emisiones de carbono que han reducido la contaminación ambiental en todo el mundo. El mundo pedía un freno al consumo desenfrenado, la desigualdad, la burbujas especulativas y el calentamiento global. Lo logró en un par de meses esta peste. El satélite Copernicus Sentinel-5P, de la Agencia Espacial Europa mide el dióxido de nitrógeno, uno de los factores de polución más importantes de atmósfera. El medidor de ese ingenio, el Tropomi, registra desde finales del año pasado el descenso notable de la contaminación como consecuencias de las medidas tomadas contra el virus en China – cierre de fábricas, prohibición de circulación de vehículos.
Antes de la pandemia, el gobierno de Barcelona propuso, como una de las medidas para bajar la contaminación, el cierre del puente aéreo entre Madrid y Barcelona, y potenciar el uso AVE, tren eléctrico que une las dos ciudades. Parecía utópico. Ahora se frenaron esos vuelos y quizás ya no vuelvan más. El mismo efecto de limpieza ambiental lo habían producido en los últimos meses algunas medidas compulsivas del gobierno de Japón, para mejorar el ambiente para las Olimpíadas de ese país, y proteger la salud de los deportistas.
La Representante Especial del secretario de la ONU para la situación de Niños y Adolescentes en Conflictos Armados (Children and Armed Conflict (CAAC)) es la argentina Virginia Gamba. “El cese del fuego – dijo la funcionaria – es una oportunidad adicional para incluir los derechos y el bienes de los niños en los diálogos de paz y llamo a todos quienes participan en esas discusiones que incluya provisiones para la protección de los niños, como asegurar la libertad de los niños que participan en los partes en conflicto y darle prioridad a las ayuda a la reintegración social”.
Gamba es una experta en estrategia y desarme de prestigio internacional. Es autora de los libros más importantes sobre el conflicto de Malvinas y ha vivido en Suiza, Estados Unidos y Sudáfrica, en donde coordinó el exitoso programa de desarme de sociedad civil para el presidente Nelson Mandela. Ha sido profesora en universidades de todo el mundo, fue asesora del ministerio de Defensa bajo el gobierno de Raúl Alfonsín. En 1995 compartió el Premio Nobel de la Paz como miembro de la organización pro-desarme nuclear Pugwash. Por si le faltase algún crédito, en 2012 ganó un premio internacional de Poesía Mística por su libro “Proof”. Detalles de su vida los ha contado en el libro “Chocolate chino en Budapest: Experiencias y esperanzas de una mujer sin fronteras (Buenos Aires: Sudamericana, 2011).
Gamba fue durante varios años la jefa de estudios de la Escuela de la Policía Metropolitana bajo el gobierno de Macri. Antes de asumir el actual cargo en la ONU, Gamba fue responsable de la comisión especial del Consejo de Seguridad de la ONU que investigó el uso de armas químicas en Siria.
En la mañana de hoy, la oficina de Gamba dio a conocer este informe de su tarea en los dos últimos años. “Los chicos – dice – son usados y abusados como el combustible disponible para los conflictos armados. Nuestro deber es asegurar que dejen de ser violados y que se beneficien de la mayor protección posible”. Aquí el informe:
Foto príncipal: la argentina Virginia Gamba, Representante Especial del secretario de la ONU para la situación de Niños y Adolescentes en Conflictos Armados (Children and Armed Conflict (CAAC))