Miguel Pichetto trajo de aquella mesa de los 4 (con Schiaretti, Urtubey, Massa) el adjetivo de “republicano”. Hasta ahora lo usaba en el armado del partido Federal Republicano, que lanzará a finales de febrero en un acto presencial en la CABA. Desde esta semana lo usa la oposición de raíz radical – Mario Negri, Elisa Carrió -, que han llamado al peronismo “republicano” a pronunciarse contra los controles autoritarios de Gildo Insfran en Formosa. Reflota, a pocos meses del cierre de listas para las PASO, la distinción entre peronismo republicano y kirchnerismo, una disquisición que usaba sólo Pichetto. La apelación a los “federales” es un llamado a que se diferencie al peronismo autoritario que gobierna, y que avala a Insfran, del peronismo “federal”. Es un ensayo cuya eficacia se verificará en los próximos meses. La división en el peronismo entre 2009 y 2019 se basó sobre la idea de que había dos peronismos. El “renovador” de Massa, y el kirchnerismo. Desde 2019, con la reunificación de esa fuerza, hay un solo peronismo. Es prematuro especular si esta diferencia -republicano y federal- existe o es un espejismo de analistas y opinadores.
Equilibrios difíciles de sostener en el tiempo
Esas semejanzas y diferencias echan luz a ciertos movimientos en la coalición opositora. Una es el esfuerzo de Rodríguez Larreta en la pelea interna de los radicales de la provincia de Buenos Aires. Van a una elección interna en marzo para elegir autoridades de partido, convencionales provinciales y delegados al comité nacional. De esa pelea saldrá el conductor de la fuerza en el distrito, en donde se plantea la batalla más fiera con el peronismo. Gustavo Posse, de San Isidro, competirá con Maximiliano Abad, presidente del bloque de Juntos por el Cambio en La Plata. Posse tiene el apoyo del sector histórico de la UCR – Federico Storani, Juan Manuel Casella, Enrique Nosiglia y, por extensión, Martín Lousteau. Son críticos de los compromisos de sus adversarios con el sector Vidal durante 2015-2019. Ese otro sector ha sumado el apoyo de buena parte del arco de dirigentes radicales del todo el país, incluyendo a Mario Negri y a Elisa Carrió. Larreta hizo una aparición este sábado en Mar del Plata, se cuidó de cumplir una agenda que mostrase su prescindencia en una pelea de los primos radicales. Entre los patrocinantes de Abad está María Eugenia Vidal, luz de los ojos de Horacio. Eso explica la foto marplatense con Abad. Posse es un dirigente radical de talla nacional que domina territorios, cuenta con apoyos explícitos de Pichetto, hombre que recorre la provincia de la mano de Joaquín de la Torre, y construye peronismo con una mirada de rabo de ojo a un costado hacia Vidal. Fue su ministro de gobierno y armador de sus campañas. Como presidente del Pro, Patricia Bullrich también juega a la neutralidad en la pelea de los radicales. En su muy saludada visita a Pinamar de la semana anterior, se cansó de elogiarlo a Posse por la forma como ha enfrentado el coronavirus. Dijo más o menos que el gobierno nacional debería aprender de lo que hizo Posse en San Isidro. Igual, es cauta a la hora de mostrar adhesiones hacia Posse. Juntos por el Cambio no es un catamarán con flotadores por los cuatro costados; es una canoa, y si alguien se mueve de más se puede dar vuelta de campana. En el final de su gira costera, Bullrich se reunió con Abad y le confesó, a solas: “Quiero que ganés vos”
((De la columna “Timonazo en Chile, mirando a Joe Biden”, en Entretelas de la política, Clarín de hoy – https://clar.in/3t9ZemJ?fromRef=twitter)