La bancada oficialista en la Bicameral no dio argumentos para el dictamen que firmó el jueves, pero sí los explayó en la sesión. Los legisladores del peronismo pusieron el acento en los DNU que firmó Macri en el primer año de gobierno. La oposición, que recomendó la aprobación con las firmas de Juan Carlos Romero y Álvaro González, justificó aquellos actos en que Cambiemos había asumido el gobierno con un Presupuesto 2016 aprobado por el gobierno de Cristina, y con una integración legislativa distinta a la que asumió en diciembre de 2015.
El reproche, en el fondo, es que Macri no gobernó con el presupuesto de Cristina, que le imponía un plan de gobierno ajeno. El oficialismo puso el acento en el DNU 757/2016, una ampliación del presupuesto que contiene el financiamiento de la obra del enterramiento (soterramiento, según los cursis) del ferrocarril Sarmiento.
Con la puntería que tiene el gobierno para dispararse en el pie, entró en zona resbaladiza, porque las sospechas sobre el pase de valijas en torno a ese proyecto echan sombras sobre la gestión de funcionarios de Cristina. El DNU en cuestión amplió el compromiso de gasto en $ 98.673.986.173, de los cuales $ 45.000.000.000, casi la mitad, eran asignados a esa obra que se ha convertido en la oruga más lenta, cara y oscura. Como todo lo que está soterrado.
(De la columna “El peronismo rompió el último pacto”, Entretelas de la política, en Clarín de hoy – https://clar.in/3jqtEi4?fromRef=twitter)