Telegráfico sobre la reunión de ayer en el hotel Conde de la Capital Federal:
- La conducción actual logró que la mayoría de los representantes se sumen a una lista única para autoridades en la presentación del viernes 8. Scioli aceptó ser el vicepresidente 1° en esa tira, con lo cual terminó de inclinar la cancha hacia la unidad detrás de Gioja. El ex candidato presidencial es también respaldado por sectores del cristinismo, y si peleaba por la presidencia podría haber precipitado una ruptura. Al aceptar la integración de esta condicción Scioli arrastró a la mayoría de los caciques provinciales. Eso prieba que siguen viéndolo como el dirigente que mejor futuro les ofrece en una elección clave como la legislativa del año que viene, para la cual no sobran los candidatos. El peronismo tiene a Scioli y, siempre en barbecho porque nunca concreta nada, Florencio Randazzo. Cambiemos tiene a Elisa Carrió, que da grandes peleas pero divide hacia abajo arrastra sólo a quienes convence, que son muchos, pero no abraza hacia los bordes.
- Esa lista suma a todos los distritos y la encabeza José Luis Gioja con dos vicepresidentes: Daniel Scioli (vice 1°) y Antonio Caló (Vice 2°). Habrá dos vices más, a negociar: uno en representación de las mujeres y otra para la juventud. Sigue una mesa de dos representantes por cada distrito: si hay gobernador, va él y el jefe del partido. Donde no lo hay va el jefe del partido y el legislador nacional de más relieve que integran los gobernadores peronistas.
- Se queda afuera, por ahora, el cristinismo ortodoxo: no estuvieron Jorge Capitanich ni los intendentes de Avellaneda y de Berazategui, Jorge Ferraresi y Patricio Mussi. Lo más parecido a la vereda K fueron Víctor Santa María (sindicalista de los porteros y jefe del PJ porteño), Guillermo Moreno y Fernando Navarro, detto “El Chino”. Todos estos avalaron la lista que muchos creen será la única que se presentará el viernes. Igual siguen las conversaciones entre los fogoneros de este ticket, Eduardo Fellner, Gildo Insfrán y Gioja, con los sectores cristinistas para convencerlos de que se sumen al nuevo esquema. Es para desalentar la fantasía de que presenten otra lista y se suceda una catarata de impugnaciones que termine precipitando una intervención judicial.
- Eso atrajo a nuevos actores a este drama: Luis Lusquiños, de San Luis, llevó el mensaje de los hermanos Rodríguez Saá para aceptar una silla en el nuevo esquema. La otra novedad fue la presencia de los pampeanos Carlos Verna y Rubén Marín.
- Falta ahora convencer a los peronistas de Córdoba, que no tuvieron representantes. Gioja e Insfrán mantuvieron charlas con Juan Schiaretti (hoy anfitrión de Macri en Córdoba) pero no fue ni Carlos Caserio, el hombre que suele representar al delasotista en la mesa del PJ.
- Por el Chaco fue Domingo Peppo, gobernador y jefe del PJ local, que se diferencia de Capitanich, principal cacique provincial.
- Por Santa Cruz se recibió la firma de Daniel Peralta, presidente del PJ local, que no pudo llegar por el fallecimiento del padre. Alicia Kirchner circula con la marca Colina (el partido con el que fue a elecciones), pero también la están esperando.
- Scioli se aguantó la presencia de Juan Manuel Urtubey, quien lo descalificó como candidato a presidir el partido por haber perdido las elecciones en su distrito. El ex gobernador asistió junto a Alberto Pérez, Fernando Espinoza y su hermano José, que en las últimas semanas había deslizado críticas por su cercanía al cristinismo.
- El argumento que convenció a todos es evitar la intervención, que puede dejar al peronismo sin la herramienta partidaria para la elección clave de 2017. Igual persisten las escaramuzas en tribunales que promueven dirigentes que impugnan la legalidad del actual proceso. En la tarde del martes hubo una audiencia – de las que prevé el código electoral – en el juzgado de María Servini de Cubría -que estaba acompañada por el fiscal Jorge Di Lello – en donde radica el reclamo de Luis Barrionuevo y de Eduardo Duhalde.
- El sindicalista estuvo frente a Eduardo López – apoderado del PJ que reemplazó a Jorge Landau que se repone de una pupa – y argumentó en favor de la intervención del partido. Acusa a la actual cúpula de usurpar los cargos. En ese diálogo Barrionuevo dijo “No sigan, que no van a tener a nadie que poner, ahora que los están poniendo presos a todos. Van a terminar presos como Jaime y Lázaro”. El jueves toca audiencia con otros impugnantes, esta vez con el apoderado de Eduardo Duhalde, Omar Gadea. El representante de PJ defendió y defenderá la posición de que los plazos se están cumpliendo y que no hay razones para ninguna intervención.
- En este sitio escribimos el lunes: “Scioli busca mantener en función piloto su peso en el peronismo para preservar su principal activo, que es ser el mejor candidato que pueda tener el peronismo para cualquier elección. Estar en una segunda línea de la conducción lo aparta de la visibilidad y lo protege; ser el mejor candidato lo convierte en blanco necesario y fatal de oficialistas y opositores (ayer lo atendió mal Juan Manuel Urtubey, quien lo descalificó por “perdedor”). Tommy Dorsey pedía de un buen baterista que no se oiga, sino que se sienta; algo así tiene que ser Scioli hasta el año que viene, cuando ser buen candidato cotice en bolsa”.
- Copio otro párrafo de este sitio para aclarar la importancia de estos movimientos para el oficialismo y la oposición, cuya suerte se juega en la elección del año que viene: “Carrió, quizás la estratega más fina de esa ciencia, que es también un arte, que se llama política, nunca habla de lo que le interesa de fondo, pero mueve piezas, y sus iniciativas pueden adivinarse detrás de esas evoluciones. Carrió, como muchos radicales y otros aliados del Pro, entienden que la elección del año que viene en Buenos Aires es la batalla principal, y que todos tienen que jugar fuerte. El Pro no tiene un buen candidato para confrontar con Scioli, seguramente cabeza de lista del peronismo, y los aliados radicales temen que Vidal convenza a Macri de que el mejor camino a un triunfo de ese oficialismo sea consentir una candidatura de Sergio Massa a senador en una lista apoyada por Olivos. Algo así hizo Scioli en 2001 cuando fue como diputado junto a Horacio Liendo de senador por Capital, en una lista de la Alianza, el PJ y el cavallismo, negociada por Ana Mosso y Miguel Toma. Para Vidal es bingo, porque podría tener un candidato competitivo frente a Scioli o, en su caso, un Florencio Randazzo. Eso explica la captura por Massa de Margarita Stolbizer. En ese escenario el radicalismo queda afuera, y esto despierta la célula dormida de Carrió candidata, que expresa también a la UCR, que se plantea lo siguiente: el Pro nos ha localizado en una alianza legislativa, y en el Ejecutivo tenemos un ministro (Martínez en Defensa) y medio (Aguad en Comunicaciones); ahora bien ¿qué vamos a hacer en las legislativas? Por lo menos tenemos que exigir que reelijan a los diputados radicales que renuevan, ¿o vamos a tener que ir a Olivos a preguntar quién va en las nóminas de Cambiemos, como hacían los peronistas con los Kirchner o antes con Duhalde? Este capítulo es clave en el futuro del gobierno, porque este depende de cómo se le peleará al peronismo en los distritos”.
Nota actualizada el 6 de abril, 2016, a las 11:29.