EL FIN DE LA AVENTURA (2a. Edición): EL PERONISMO ADELANTÓ UNIDAD PARA QUE SE ENTEREN LOS JUECES (Y EL GOBIERNO)

Segunda edición del tgelegráfico de anoche sobre el nuevo Consejo de la Magistratura, con agregados y correcciones:

Todas las tribus del peronismo se unieron para lograr 131 firmas y poner dos de los tres representantes en el Consejo de la Magistratura.
El arco de esa alianza es más amplio que el de 2015, cuando perdió las elecciones con Cambiemos. En esta oportunidad se sumó el massista Frente Renovador, que pone a Graciela Camaño, con el cristinismo del Instituto Patria, que aporta a Eduardo de Pedro. La novedad es que el peronismo recompone la foto de 2011, año del triunfo más importante del partido en toda su historia desde 1946.
Desde 2015 ya hubo coincidencias de circunstancia en el Congreso, en donde votaron juntos contra el gobierno (ganancias en 2016; reforma previsional en 2017).
Esta vez los unió un proyecto institucional de largo plazo y dan la señal de que están dispuestos a superar diferencias para armar un frente común. Esto era previsible en 2019 en un escenario de ballotage. Lo adelanta la emergencia de tener que ir en menos de un año a unas elecciones contra Cambiemos que 1) ha sacado provecho de sus divisiones para prosperar; 2) basa su campaña sobre el desprestigio del peronismo por las investigaciones de corrupción de sus exfuncionarios.

Una actualización en:

El Grupo A peronista, la reelección de Monzó y los tres venenos de la política – https://clar.in/2BeHFsN

Cooperativas, la lucha sigue en Diputados (veta Dujovne) – https://clar.in/2BeDuxf

Lograron 131 firmas, dos por encima del quórum para sesionar si convocasen a una sesión especial. Es una señal de peligro para el oficialismo y pone en evidencia las consecuencias del hostigamiento permanente de la Casa de Gobierno hacia sus aliados parlamentarios. Esta vez el oficialismo no pudo evitar el peso del número, en las dos cámaras, en donde las tribus peronistas, sumadas, tienen más votos.
El objetivo que lo unió es capturar el Consejo de Jueces. Ocurre cuando el peronismo está bajo fuego por las acusaciones de corrupción, con exfuncionarios y un exvicepresidente ya condenados y decenas de funcionarios procesados, entre ellos Cristina de Kirchner. El peronismo ha preferido ignorar el desprestigio que tiene este hecho en los sectores medios para anclar su campaña entre sus votantes históricos. Hace lo mismo que Cambiemos con los suyos.
Con esas 131 firmas le quitan una silla a Cambiemos y logran el número para bloquear los 2/3 que se necesitan en el Consejo para las decisiones más importantes, como el Jury a magistrados.
Por sobre todo es una señal a la justicia que los acosa. En el peronismo argumentan que los jueces obedecen al gobierno, algo difícil de probar. Lo que el gobierno hace es festejar las decisiones de los jueces, con lo cual le dan argumentos al peronismo para denunciar persecución política. Julio de Vido firma sus escritos con la leyenda “Preso político”.
Con este cambio los jueces van a tomar nota porque el mensaje es que ahora los va a controlar el peronismo. La familia judicial es sensible a estos mensajes de la política y eso explica sus oscilaciones en el tratamiento de la colectividad política, a la que se la investiga cuando sus actores han perdido poder. En las charlas previas a esta competencia, los peronistas festejaron por adelantado con consignas de este tipo: “Ahora los jueces van a ver quién manda. Les vamos a hacer auditorias de los juzgados nosotros”.
Para el gobierno es un cañonazo porque a un año de terminar el mandato de Macri, el peronismo pone en la misma foto a Cristina, Juan Schiaretti – que aportó a los 131 votos con un diputado propio, Martín Yaryora – Juan Urtubey – cuyo jefe de bancada Pablo Kosiner simuló prescindencia tomando una licencia de 48 horas para que firmase el vicepresidente-, el nuevo bloque de Felipe Solá y al massismo.
Es difícil entender que esa unidad se haya forjado sólo para tener una silla en el Consejo de la Magistratura. El objetivo es más amplio y mira las elecciones.
También hiere a Macri que gobernadores “amigos” con quienes negoció el nuevo presupuesto, le hayan hecho un desaire sin avisarle.
También exhibe errores del oficialismo. Hasta mediodía del jueves, Cambiemos tenía 121 firmas para ratificarlos a Pablo Tonelli y a Mario Negri y creía que los diputados que tienen como referentes a los gobernadores amigos no iban a sumarse a una operación que llevaba semanas, como había adelantado en mis columnas de Clarín de Entretelas de la Política y Avant Première. Era una negociación entre el massismo y el Instituto Patria para dar una señal de fuerza y de unidad ante el gobierno, y también hacia adentro.
Otro error fue bajarle un candidato a juez federal del gobernador de Santiago del Estero Gerardo Zamora. El pliego de Sebastián Argibay Ese pliego lo había negociado Zamora con Macri dentro del acuerdo del Presupuesto. Pero los senadores radicales ignoraron ese pacto. La impugnación formal, además, la hizo Elisa Carrió.
Cambiemos pudo tener 127 firmas, pero perdió las de seis diputados de Zamora. Fue una represalia del gobernador que había cumplido y veía que a él no le cumplían. Eso debilitó la autoridad de Macri porque demostró que no podía manejar a los senadores de su alianza. Eso liberó además a los otros gobernadores peronistas para actuar igual que Zamora: lo que arreglamos con Macri valía sólo para el Presupuesto.
Zamora ordenó que sus senadores facilitasen la designación de Miguel Pichetto como representante por el peronismo del Senado, y que firmasen el acuerdo Massa- Cristina para sacarle la silla al radical Negri. Hasta que se demuestre lo contrario, el peronismo del Senado y el de Diputados actuaron en tándem. Lo prueba que Pichetto recibiera la adhesión política para su designación en la Magistratura, de senadores del cristinismo como José Alperovich, Beatriz Mirkin o Héctor Luenzo.
En la tarde del jueves, Bossio, De Pedro y Camaño operaron sobre el peronismo de todo el país y se fueron a dormir con 126 votos. En la mañana del viernes ya tenían 131.
El gobierno se enteró tarde de esto y las presiones del propio Macri, los ministros Rogelio Frigerio y Germán Garavano y del diputado Nicolás Massot -operador de la recolección de firmas – fueron infructuosas.
A los errores de enojarlo a Zamora, y de confiar en peronistas que habían jurado ser neutrales, pero que se dieron vuelta el último día, se sumó que el gobierno no valoró el daño que podía hacerle una oposición acosada por la justicia que se había dividido porque arreglaban con Macri. Por eso no negoció el Consejo junto al Presupuesto. Pero era obvio que los peronistas arreglistas iban a desandar el pactismo en cuanto pudieran.
El pretexto se los dio otro error: el pedido, el mismo día cuando se votó el presupuesto, de una sesión especial para el martes próximo, para tratar el desafuero de Cristina de Kirchner por el pacto con Irán. Era un gesto riesgoso porque el gobierno, que sabe que no hay votos suficientes para el desafuero, pero el gobierno igual la convocó con el propósito de hacer proselitismo contra los peronistas.
¿Qué buscaba el oficialismo? También desandar el camino del acuerdismo ante sus propios seguidores que le reprochan demasiado acercamiento al peronismo. No iba a salirle gratis. Más bien caro: cambiaron una silla en la Magistratura por un titular de un diario. Se explica porque el gobierno sostiene banderas de regeneracionismo e intransigencia que halagan a su electorado. El regeneracionismo y la intransigencia son dos venenos de la cultura politica argentina que conducen muchas veces al error. El tercer veneno es el método de acumulación negativa de fuerza que sostiene al peronismo, que parece convencido de que sólo puede prosperar si a sus adversarios les va mal. Por eso se cuesta tanto superar las tres vulnerabilidades en las que lo supera Cambiemos: el peronismo no tiene resuelto la crisis de liderazgo, no puede tampoco acordar en un programa, ni pierde en seis de los siete distritos más grandes de la Argentina.
Pierde en la interna del gobierno el ala política que insistía hasta esta semana en que el gobierno debía ampliar la base de sustentación atrayendo a peronistas. Ese ala – Frigerio, Monzó, Massot – quedó en off side porque los peronistas en quienes pensaban prefirieron el viernes firmar junto al cristinismo. La Casa de Gobierno movilizó a sus voceros periodísticos para echarle la culpa de esta derrota al ala política. Estos responderán que ese acuerdo lo debía cerrar Macri porque ellos en el Congreso son minoría y ya hicieron bastante magia para que tuvieran resultados propios de una mayoría. Creen, además, que Camaño es una diputada razonable con quien ellos pueden entenderse bien. Frigerio, que operó para evitar la derrota, confesó en la madrugada del viernes: “He gastado tantas balas…” Admitía que la pólvora la gastó toda en sacar el presupuesto.
También es un daño al radicalismo, que en 48 horas perdió como representantes en la Magistratura a dos de sus jefes de bloque, Negri y Ángel Rozas. Ocurrió sin que el partido pudiera armar una estrategia, con sus jefes en “modo avión”, como Alfredo Cornejo o Gerardo Morales – jefes de la UCR – viajando por el extranjero.
En la plaza cordobesa, la movida transparenta las relaciones de Schiaretti con Macri, a quien acusó de ser un fracaso como presidente. Eso despeja la puja por la gobernación entre Schiaretti y el radical más competitivo en la elección a gobernador, que es Negri. A éste lo sacan de la Magistratura, pero le regalan el argumento de que Schiaretti se alía ahora con Cristina. Es el primer efecto de la muerte de José Manuel de la Sota. Ahora se prueba él era el inventor de Córdoba como capital del antikirchnerismo. Dos meses después de su desaparición, Schiaretti migra hacia ese lado.
Pocos saben qué es el Consejo de la Magistratura, y muchos menos entienden las entrelíneas de este episodio que tiene ingredientes de intriga palaciega. Pero el alineamiento que anuncia este hecho es un cambio de la agenda y restea las relaciones del gobierno con el peronismo racional.
Al gobierno le regala el argumento de que justo cuando la justicia investiga el caso de los cuadernos, la causa de corrupción más grande de la historia, el peronismo encuentra la unidad para defenderse de los jueces copando la Magistratura. Es una chicana, como todo argumento de campaña, pero es eficaz para aferrar el voto propio.
Habrá ajustes de cuentas en el oficialismo por estos errores. Pero se consuelan con que ya lograron el Presupuesto y todas las leyes que necesitaron, siendo una minoría y aprovechando las divisiones del peronismo. En este partido la unidad era esperable, pero no tan pronto. A los peronistas los mueve la convicción de que no hay ningún negocio para el peronismo estando cerca de Macri.
A lo largo del último mes, adelantamos este final en las columnas Avant Première y Entretelas de la política, del diario Clarín:https://clar.in/2AvGNQnhttp://www.clarin.com/politica/presupuesto-fase-final-viaje-carrio-israel-poroteo-peronista-magistratura_0_ZEbZjrF2i.htmlhttps://clar.in/2JWff9M