La nueva normalidad habilita a estas manifestaciones de presencialidad. La aprovechó Juan Manzur para su primera aparición social con amigos y allegados desde que asumió el cargo. Fue en la celebración del casamiento de una hija del empresario de la salud Sergio Opel, un “major” en el negocio de las prestaciones clínicas de la Argentina. Muy ligado al sindicalismo de las obras sociales a los gobernadores cuyas provincias contratan sus servicios, hubo presencias políticas y empresariales como la de Carlos West Ocampo – mandamás de la Sanidad criolla – Eduardo Elsztain – cuya barba ya no entra en un barbijo – o el presidente Ramón Puerta – numen del peronismo republicano.

Fue en el Templo Beit Jabad, de Puerto Madero, que ocupa un edificio recuperado en Costanera Sur, que fue e cedido a la comunidad en 2007 por la gestión de Jorge Telerman. En la ceremonia hubo más de una decena de rabinos que saludaron con efusividad a Manzur, que mantiene desde siempre muy buenas relaciones con esa feligresía, razonable en un hombre de convicciones religiosas – es cristiano maronita muy vinculado a la familia tucumana Yedlin, uno de cuyos hijos es diputado nacional, médico, y está anotado para ser senador este año y en 2023 competirá por la gobernación de Tucumán.
(De la columna “En campaña, el pez por la boca muere”-, Entretelas de la política, en Clarín https://clar.in/2YBGbH6?fromRef=twitter)