Radicales: aprobados en unidad
El radicalismo y otros opositores, como la Coalición Cívica, escucharon el llamado de gobernadores de provincias radicales y de la propia Carrió, que transmitieron la conveniencia de que se aprobase el texto final copiado del Senado y que se quedasen en las bancas. Mario Negri impuso el cambio del texto y que no hubiera barras en los palcos. Fue duro hacia adentro y hacia afuera. A los socios del PRO les aclaró que él haría todo lo necesario para que, si no iban al recinto, la responsabilidad recayera en el Gobierno. Llevó a los opositores al despacho de Cecilia Moreau para negociar una sesión pacífica.
El PRO insistió en retirarse después de votar la resolución. Sus dirigentes temían que la sesión derivase en críticas al macrismo y a los fiscales de la casa Vialidad. El Gobierno no tuvo otro camino que aceptarlo. Negri cerró el debate con un discurso prudente pero duro, que rechazó la intención de “caranchear” con el tema seguridad. Todos aceptaron que cerrase el debate por la oposición, una de sus especialidades legislativas que honró hasta con el estilo -de saco y corbata-.
Carrió mandó el mensaje a los suyos: con el cierre no hay problema, con que hable Mario basta. Gerardo Morales hizo llegar también el apoyo a la pauta que transmitió Negri que era una manera demostrar que los radicales podían avanzar sin mostrar fisuras. Algo que el PRO no estaba en condiciones de hacer por las divisiones internas entre sus jefes – i.e. la puja Horacio Patricia.
El comienzo de una bella amistad
Reparten roles y disfraces, pero no se ponen de acuerdo sobre quién es Humphrey Bogart y quién Claude Rains, el héroe de Casablanca y el policía revenido Louis Renault. Federico Pinedo y Andrés Cisneros, ex vicecanciller del peronismo, firmaron juntos una columna de opinión con críticas al proyecto del gobierno de ingresar al BRICS, liga de naciones que agrupa a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica -a invención de la sigla se atribuye al consultor Jim O’Neill, de Goldman Sachs, para describir a los países de crecimiento más acelerado-.
Pinedo es el referente principal de los equipos de Patricia Bullrich en temas internacionales. Cisneros es su par en los equipos del Peronismo Republicano de Miguel Pichetto. Esa aparición juntos es la primera manifestación de un concilio entre los dos precandidatos presidenciales. La despedida de aquellos personajes de Casablanca era “pienso que este es el comienzo de una bella amistad”. Costó incluirla porque al director de aquel filme legendario se le ocurrió tarde y hubo que rastrearlo a Bogey para que la dijese.
El equipo Pinedo & Cisneros viene con reuniones hace rato, algunas en el quincho de la casa de Pichetto en Vicente López. Importa no sólo por la coincidencia. También por la diferencia que tienen con otros equipos de internacionales de Cambiemos. Según Pinedo & Cisneros, los BRICS son una liga tóxica, por el compromiso con Rusia y China después de la invasión a Ucrania.
Los dos expertos se apartan de los equipos de Horacio Rodríguez Larreta, que coordina Fernando Straface, y los de la UCR, en donde ronca fuerte Carlos Pérez Llana. Los consideran muy comprometidos con un multilateralismo inoportuno para la Argentina. Respecto a los BRICS, los equipos de Larreta han explicado la conveniencia de que el país ingrese a esa liga. Puede ser el comienzo de una bella enemistad.
Chile, pretexto para hablar de acá
Este acercamiento -hasta ahora un taller literario- rindió su primer fruto. Pichetto y Bullrich dieron a conocer este domingo un pronunciamiento sobre el referéndum por la reforma constitucional de Chile. “Lo grave, desde nuestro punto de vista -afirman las plumas de Pichetto y Bullrich- es que por un lado el proyecto constitucional generaba amplias autonomías territoriales de ciertas comunidades, que al mismo tiempo reivindican a buena parte de la Patagonia como una nación independiente de Chile y Argentina, y suelen ser hostiles a ambas naciones. Por eso no es neutral que se hablara de cooperación transfronteriza de comunidades”.
En lo ideológico, avanzan con señales no sólo geopolíticas. “La historia muestra -concluyen- que las constituciones liberales y democráticas se basan en negociaciones y consensos, mientras que las antisistema operan con el clásico totalitarismo de quienes consideran que una constitución consiste en un parte de batalla escrito por el vencedor”.
(De la columna “Prueba clave para Cristina Kirchner, Congreso opositor y la orden que bajó Mauricio Macri”, Avant Premiere, en Clarín de hoy – https://clar.in/3TAJTca?fromRef=twitter”)