El receso de sesiones se animará con las reuniones del miércoles de las comisiones de Presupuesto y de Asuntos Constitucionales. En la primera, habrá dictamen del proyecto mixto del peronismo de Diputados sobre baja de tarifas. Es una iniciativa de la oposición que puede tener sanción en el recinto el próximo 9 de mayo. Había una idea del oficialismo de adelantar ese trámite al jueves, en una sesión especial, pero es difícil que en una semana corta viajen los legisladores en número suficiente. En Asuntos Constitucionales habrá cámaras para escuchar a la diputada radical Aida Ayala, a quien la justicia del Chaco procesó por un presunto delito de lavado de dinero. La legisladora, que ocupó la intendencia de Resistencia, fue denunciada de manera anónima por un presunto narcotráfico, pero un fiscal recaratuló por la otra figura. Sobre ella hay presiones de todo tipo. Se le atribuye a su sucesor en la intendencia, el peronista Jorge Capitanich, promover esa denuncia. El gobernador Domingo Peppo ha sufrido una crisis de gabinete por causas judiciales y está en medio. No la ayudan mucho sus correligionarios del Chaco, ya que Ayal está históricamente enfrentada con Ángel Rozas, exgobernador y jefe del bloque de Senadores de su partido. El viernes llegó a la comisión el CD con el expediente de la causa, y el presidente de ese cuerpo, Pablo Tonelli, imprimió y repartió copias para los integrantes. El miércoles se la escuchará a la diputada y se iniciará el trámite para examinar la causa y decidir si se admite el pedido de desafuero. La comisión tiene 30 días para reesolverlo, y la cámara tiene 180 para lo mismo, cuando tome estado parlamentario.
Este miércoles estará en Buenos Aires el líder del partido español Ciudadanos, Albert Rivera, cuya fuerza encabeza las encuestas en Madrid después del golpe que le significó al partido Popular la renuncia de la presidente de la Comunidad de Madrid y del PP de ese distrito, Cristina Cifuentes. Debió hacerlo después de una denuncia por la obtención de un grado académico en trámite poco claro. También por la difusión de un video del año 2011 en el que aparece bajo vigilancia por haber tomado unos productos en un supermercado de Madrid sin pagarlos (https://livestream.com/accounts/26334831/events/7899681/videos/173922188). Ciudadanos también encabeza intenciones de voto en Cataluña y la presencia en la Argentina tiene interés porque se vuelve a hablar en España de un adelanto de las elecciones. Rivera estará con Macri en Buenos Aires y después partirá a Santiago de Chile en donde tiene previsto entrevistarse con Sebastian Piñera.
Macri viene de algunos días entregado al descanso en Chapadmalal. En el receso se dio tiempo para visitar la galería Pasto, del centro de la Capital, adonde abrió una muestra su hija Gimena, artista plástica. La hija del presidente muestra una ingeniosa serie de pinturas que significan algo así como una reescritura visual de obras del ate contemporáneo. Macri visitó la muestra junto a su mujer Juliana y su hija Antonia. El presidente tiene además otros hijos artistas, como Francisco y Agustina, dos cineastas. Agustina ha sido asistente de dirección de Oliver Stone en el filme “Snowden”. Además, filmó la versión de la novela de Martín Caparrós “Amor y anarquía” y dirigió el documental “Carnacalipsis”, un filme gastronómico en el cual actúa, haciendo de sí mismo, el cocinero Fernando Trocca. Este profesional le ha dado a Macri la alegría ser convertirlo en suegro, por la relación que cultiva con Agustina. Un drama para Macri, que no es un hombre que honre la gastronomía, ya que es de una extrema sobriedad en la mesa.
Mauricio Macri junto a Juliana Awada, su hija Antonia y un gracioso, en la galería en donde expone su otra hija, Gimena, artista plástica
Más dramático aún es que Trocca ha denostado a Dante Liporace, el cocinero elegido para servir las viandas en la Casa Rosada, como “un mamarracho”. En un reportaje, el yerno presidencial se quejó: “No sé qué le pasa. Que el Gobierno en el cual confío haya puesto a un cocinero como Dante Liporace, cuando ellos hablan de achicar la grieta… No se dieron cuenta lo que está haciendo con el resto de la gastronomía.” Liporace había cargado contra el maestro de Trocca en estos términos: ““No aguanto a los cocineros poetas. Francis Mallmann no es cocinero. Es un actor. Tampoco es Al Pacino laburando de cocinero. A mí me da gracia. Cuando quiero divertirme lo veo a Capusotto o a Mallmann. Mallmann no es mi colega, es de Pablo Echarri” (http://noticias.perfil.com/2016/09/01/fernando-trocca-el-chef-de-la-casa-rosada-es-un-mamarracho/). Para mayor inquina, Liporace es de familia calabresa, como Macri, y reivindica esa progenie. De paso, su rol de master chef de la casa Rosada no le da fueros ni protección especial. Fue asaltado la semana pasada en pleno centro de Buenos Aires, prueba de que su oficio no es pacífico y está sometido a riesgos como cualquier otro. Liporace es hoy el dueño del menú presidencial. ¿Logrará Trocca imponerse sobre la cocina de este profesional que viene de El Bullí y que reniega de la escuela Mallman? Ha descrito los gustos del presidente: “Come casi todos los días muy sano, es común que pida una carne con ensalada. También “una sopa fría de tomate y manzana, que es fresquísima, es la sopa que toma todo el año”.
La presencia de Albert Rivera en Buenos Aires explica que llegase el domingo Ramón Puerta, embajador en Madrid. Viene de estar en esa ciudad con Mariano Rajoy en la recepción que se le hizo a la costarricense Rebeca Grynspan por haber renovado por otros cuatro años su mandato como jefa de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB). Esa oficina fue creada por la corona española para coordinar las cumbres de mandatarios de Iberoamérica y la ocupó durante años el uruguayo Enrique Iglesias. La recepción a Grynspan la hizo Miguel Ángel Cortés senador por Valladolid del PP, y Rajoy estuvo acompañado de varios ministros y algunos dirigentes de la oposición, como la excanciller Trinidad Jiménez, hoy alta directiva de la Telefónica. Puerta llegó con su apadrinado, el embajador en Israel Mariano Caucino. Rajoy celebró con anécdotas su viaje a la Argentina y se sumó a la hora de la música. El grupo entonó con énfasis, entre otros temas, la clásica “Resistiré”, composición de Carlos Toro Montoro que suele inspirar en la adversidad. La presencia de Puerta obligó a que el grupo entonase también el tango “A media luz”. En esas reuniones en la que se habla de la Argentina, le preguntan a Puerta si va a dejar la embajada de España. Dice que no, pero igual le preguntan sobre Emilio Monzó, sobre quien todos amplían información porque no terminan de entender su portazo. Tampoco que alguien crea que puede durar mucho en el cargo y llegar a diciembre de 2019. O que Macri le vaya a dar, a quien renuncia porque dice que no lo quieren, una embajada de importancia.
Mariano Rajoy cantó “Resistirá” en Madrid junto a Ramón Puerta, en la foto junto a su asesor Guillermo Hirschfeld y la ex canciller socialista Trinidad Jiménez.
En 2011 Monzó debutó como ministro del gabinete de Macri para su segundo mandato. En ese momento se coinvirtió en el jefe político del macrismo. Reemplazó el ese rol a Juan José Álvarez, el peronista vivaracho y conocedor de todas las tribus. Macri siempre tuvo cerca a ese tipo de peronista suelto y armador de alianzas en el borde. Es lo que fueron Juan Pablo Schiavi o, aun antes, un Raúl Carignano. Alvarez era el último resto de aquella entente de la que formaron parte Francisco de Narváez y Felipe Solá. Desde aquel momento Monzó fue el armador del nuevo macrismo. Fue quien acercó a Macri con Elisa Carrió y en él delegó el actual presidente el acercamiento al radicalismo entre 2014 y 2015, a través de Juan Radonjic, Jesús Rodríguez, Ernesto Sanz y Enrique Nosiglia (Ver Macri confidencial: Pactos, planes y amenazas, Buenos Aires, Planeta, 2016). Junto a Humberto Schiavoni fue el responsable de la estrategia nacional en 2015 en un sistema en el cual Marcos Peña y María Eugenia Vidal estaban debajo de él.
El trizamiento de las relaciones con su propio espacio se produjo el día después de ganada la presidencia, en el ballotage del 22 de noviembre de 2015. Un mes antes María Eugenia Vidal había ganado la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, a la cabeza de una lista de legisladores en la que Monzó tuvo la lapicera. Para balancear esa gravitación, Vidal armó una mesa con el principal adversario de Monzó en aquellos equipos, Jorge Macri. Por el rol en la campaña, Monzó era el candidato natural a ministro del Interior. Macri le dijo “Te necesito en el Congreso, como presidente de la Cámara”. ¿Razones? El formato del nuevo gabinete, que se recortó según el lema del nuevo presidente: al gobierno, la gestión; la política al Congreso. Monzó había pensado en un ministerio clásico, a lo Troccoli o a lo Corach, manejando la política. Pero Macri le confió la política al jefe de gabinete Peña. Monzó aceptó y se atribuye haber propuesto a Frigerio como ministro. Éste había recibido la propuesta de Macri de ser ministro de Hacienda, una jibarización del viejo formato de Economía. “No me interesa si no maneja hacienda, recursos, producción, obras públicas, como ha sido siempre”, dijo. Por eso Frigerio prefirió aceptar el ministerio Interior, cartera que se llevó todo lo que perdió Economía, de Hacienda, y todo lo que no pudo retener Producción, además de Obras Públicas.
Emilio Monzó acompañó a Mauricio Macri en el viaje a España. En la foto saluda al rey Felipe VI°
Monzó fue por lo menos fue uno de los patrocinantes de Frigerio, y la prueba es que uno de sus lugartenientes, Sebastián de Luca, quedó como virtual viceministro. También gravitó en la designación de Nicolás Massot a cargo del bloque Pro. Ahí comenzó la migración de Monzó como jefe político del macrismo, función que comenzó a asumir Marcos Peña. Esa sustitución fue fruto de la maduración de Peña, que hasta 2015 estaba debajo de él. Se puso a la par como jefe de gabinete y Macri lo consagró como director del grupo “ojos”, team que integran Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. En esa transformación quien no maduró fue Monzó, que mira a los ojos del gobierno que él armó y no se reconoce en él. Tiene vedado aparecer en la provincia de Buenos Aires y se pasa los fines de semana en su casa de las afueras de la Capital, mientras que otros salen a patear el conurbano. También tiene restricciones de acceso a la prensa después de algún reportaje del año pasado, odioso para la casa de gobierno. Aquí juran que la filtración de su salida la produjo él mismo, porque ese recurso es el único que le dejaron para hacer públicas sus posiciones.
A la espera de luz verde de las altas esferas, para disparar la construcción de Cambiemos en la Capital, Horacio Rodríguez Larreta da señales de amistad con los radicales. Designó a Inés Parry (candidata a legisladora porteña en octubre pasado) en la Corporación del Sur. Reemplaza al nosiglista Luis Cabillón. Parry viene de la ex circunscripción 18° (Palermo) adondo militó con Gabriela González Gass en la llamada Corriente Progresista. Ahora está en la agrupación Radicales en Cambiemos, sector que lideran Jesús Rodríguez y Facundo Suarez Lastra. Parry pertenece a un linaje radical de paladar negro, retoño de una familia intransigente que en la Década Infame y la época peronista dio dos dirigentes históricos a la UCR Roberto y Adolfo Parry que fueron legisladores y convencionales constituyentes.
Inés Perry con Luis Brandoni, el legislador Guillermo “La Cuca “Suarez y Facundo Suárez Lastra en acto de campaña en Lalín
Elva Roulet, Carlos Foradori, Diego Barovero y Pedro Trucco en la cabecera del agasajo de la mesa Radical de los mediodías del jueves en Lalín al embajador argentino designado para representar al país en los organismos internacionales de la ONU en Ginebra