El ensayista boliviano Carlos Montenegro desarrolló en su libro “Nacionalismo y coloniaje” las características del motín como método de acción política de su país. En ese libro, editado originalmente en 1944, el autor detecta la rebelión popular como una expresión del alma popular contra la superestructura de los ilustrados. Interesa repasar esa lectura para aportar algo a la comprensión de los hechos de este país. El exdiputado Luis Uriondo me señaló esa lectura, que comenta el ensayista peronista Alberto Buela como una de las claves para entender lo que pasa por allá.

Montenegro es uno de los principales ideólogos del nacionalismo de su país. Fue ministro del General Villarroel, que fue derrocado en 1946, muerto con violencia y colgado de un farol en 1946. Vivió en Buenos Aires hasta 1952, donde desarrolló su acción política con nacionalistas de su país. También se ocupó de redactar un informe político secreto para lectura del general Perón. Esos informes fueron publicados después de su muerte, en 1953, con el título de “La hora cero del capitalismo (1952)”.

La rebelión es además una forma de conducta de las comunidades aborígenes que identifican el poder con la posesión de bienes y privilegios Quien tiene poder, se queda con todo. Quien pierde el poder es despojado de todo. La cultura de occidente aportó una articulación más racional de poder y derechos. Tener el poder no da derechos sobre los demás. Perder el poder, no implica perder los derechos. Eso explica la salida de Evo Morales de Bolivia cuando renunció. De inmediato su casa fue saqueada y temió con razón por su vida. La frase “colgar de un farol” se acuñó en el léxico de su país con los hechos tremendos de la muerte del presidente Villarroel.

Aquí dos párrafos de esa teoría del motín según Montenegro.

 “El contenido histórico-filosófico del motín, es decir su valor de fenómeno capaz de explicar las circunstancias económicas, sociales, morales, culturales y espirituales de la vida colectiva, radica justamente en aquello por lo cual se le anatematiza. Radica en la persistencia con que se consagra su intervención tenaz y constante en la historia, marcando con una isocronía casi de reloj el comienzo y el ocaso de los tiempos. Basta esto para admitir que el motín posee una médula histórica viviente indestructible, gracias a la cual subsiste y actúa sin fatiga en todo el curso de la existencia boliviana. Así muestra también sus profundas raigambres en la sustancia político-social y étnica del país, tanto como la continua germinación de la semilla de que brota y el perenne flujo de la savia que lo nutre. Vale ello decir que la extraordinaria proliferación del motín se alimenta de un antagonismo incurable y fundamental no resuelto por la guerra de la Independencia. Un antagonismo que ha quedado en el subsuelo de la República a manera de simiente apenas recubierta por la capa de tierra del orden republicano. Sus brotes múltiples y reiterados evidencian que se trata de una vegetación propia de la tierra y del clima, esto es, del medio constitucional que la hace viable en vez de extirparla. El motín es, en otras palabras, una de las formas de expresión que toma la lucha de las dos tendencias –la colonial y la nacional–, desde la fundación de Bolivia. Su pugnacidad se manifiesta asimismo en los divergentes rumbos que adoptan unos y otros gobiernos, en las violentas batallas periodísticas y, con mucha menor intensidad, en el seno del Parlamento que es, de costumbre, campo de acción de la tendencia colonial solamente. “

(…)

“La masa popular se orienta con acierto asombroso en el proceso laberíntico del conflicto. Es indudable que su intuición vislumbra, entre las sombras del fenómeno histórico, los reales objetivos de la lucha. Participa de ordinario en el motín y lleva este o el otro caudillo al poder. Así traduce el radical descontento con que mira el orden que quiere destruir y al cual, por estos medios, impide estabilizarse. Cabe recordar que ese orden es todavía el del coloniaje. Sobre el régimen colonial que se prolonga en el Gobierno  republicano, golpea, por lo tanto, con obstinación destructora el pueblo amotinado. Bolívar lo absolvió de culpa con esta profecía: “el Gobierno libre que comete el absurdo de mantener la esclavitud es castigado por la rebelión y algunas veces por el exterminio””

(El texto completo del libro de Montenegro está en https://consuladogeneraldebolivia.com.ar/wp-content/uploads/2018/03/Nacionalismo-y-Coloniaje-Carlos-Montenegro.pdf)

Nacionalismo-y-coloniaje

La filosofía del motín que desarrolla Montenegro en su libro se inspira en el romanticismo hispánico que desarrollaron Miguel de Unamuno y José Ortega y Gasset, como la intrahistoria, que se contrapone a la historia.

Ese pensamiento es muy cercano, también, al de los jesuitas que entienden que la marcha de la historia se entiende mejor desde la lectura de la voz del pueblo, que tiene una sabiduría profunda que desprecian los intelectuales.

El mejor expositor de esa doctrina ha sido Jorge Bergoglio, que ha reivindicado el pensamiento en la llamada “Teología del Pueblo Argentino”. El actual papa Francisco ha dedicado escritos a defender las expresiones y devociones populares, frente a la cultura ilustrada, algo muy acorde con la posición antimoderna de la Iglesia de Roma.  La tarea del intelectual, y del hombre de fe, dice Bergoglio, es la “hermenéutica del pueblo”. He desarrollado esos temas en los capítulos respectivos del libro del libro “”El papa peronista” (Bs. As.: Ed. Ariel, 2019) (https://www.planetadelibros.com.ar/libro-el-papa-peronista/291929)

TapaPPa

Por Ignacio Zuleta

Periodista y consultor político. Autor del libro “Macri Confidencial: pactos, planes y amenazas” (Bs. As.: Ed. Planeta, 2016). Columnista de Política Nacional del diario Clarín. 1: Columna Entretelas de la Política, que se edita todos los domingos en el Suplemento Economía. 2: Columna Avant Première, que se edita los días lunes en la sección Política (https://www.clarin.com/autor/ignacio_zuleta.html) Editor responsable del sitio www.zuletasintecho.com. Colabora en revistas del extranjero sobre temas políticos y es columnista invitado en medios de la Argentina. Como periodista y analista ha dictado conferencias en varios países. También ha realizado coberturas internacionales en sesiones de las Naciones Unidas, países de Medio Oriente, América Latina, la crisis política en Italia, los acuerdos Malvinas entre Gran Bretaña y la Argentina, elecciones en España, México, Estados Unidos, Uruguay, Chile, México y otros países, varias sesiones del World Economic Forum (Davos, Suiza) y numerosos viajes presidenciales de mandatarios argentinos y de otros países. También ha participado de reuniones científicas y profesionales como la que organiza la Global Editors Network. Ha sido Secretario de Redacción del Diario Ámbito Financiero, Editor político de mismo diario. Durante 7 años fue además responsable de la sección “Charlas de quincho”. Fue director responsable del diario “La Mañana del Sur”, Neuquén. También fue columnista del diario La Capital (Mar del Plata). En medios radiales, tuvo actuación a cargo de programas en FM la Isla y Radio el Mundo de Buenos Aires. Conductor durante 5 años del programa de debate político “Contrastes” (Canal Metro de TV). Es doctor en Filosofía y Letras (Universidad Complutense de Madrid, España) Graduado del programa Publishing on the Web de Stanford University, Graduate College, Palo Alto, California. Es miembro del Consejo Consultivo del CARI (Consejo Argentino de Relaciones Internacionales). Es profesor de la Maestría en Magistratura y Gestión Judicial (Conadu) que organizan la Corte Suprema de Justicia de Mendoza, la Universidad Nacional de Cuyo y la Universidad de Mendoza en el módulo “Prensa y Justicia”. Es crítico literario, autor de “La Polémica Modernista” (Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1989, en curso de reedición) y de la edición crítica de “Prosas Profanas y Otros Poemas” de Rubén Darío (Madrid: Ed. Castalia, 2015). Es el editor de un volumen de las Poesías Completas de Rubén Darío para la editorial Castalia de Barcelona, España (2016). Es Miembro del Consejo Asesor del proyecto de Archivo Dariano y Obras Completas de Rubén Darío. Universidad de Tres de Febrero (2016). También es autor de trabajos de investigación publicados en órganos científicos de Estados Unidos, España y la Argentina. Recibió un premio Nacional de Literatura en la Argentina, el premio Pedro Salinas en Puerto Rico, el premio de Cultura Hispánica en Madrid (España) y el premio Alfonsina en la ciudad de Mar del Plata. Fue destacado en 2017 como uno de los cinco periodistas de la última década en la especialidad “Análisis Político” por el Jurado de los premios de la Fundación Konex Ha sido profesor titular ordinario en el Departamento de Letras de la Universidad Nacional de Mar del Plata de las cátedras de Literatura Hispanoamericana y de Literatura Española. También Decano de la Facultad de Humanidades de la UNMdP durante un mandato de tres años. Fue profesor de Literatura Española, Literatura Argentina e Hispanoamericana y de Introducción a la Literatura en la Universidad Nacional de la Patagonia. Santa Cruz, Argentina. Ha dictado cursos y conferencias sobre crítica literaria en universidades de Estados Unidos, México, Colombia, España y otros países. También ha dictado cursos y conferencias en facultades de periodismo de todo el país. ignacio@zuleta.org @izuleta www.zuletasintecho.com

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