Las desinteligencias buscan blindar a cada tribu del oficialismo, más que ganar adhesiones de afuera, que en la Argentina son inconmovibles. Los resultados electorales muestran que los electores suelen votar siempre en el mismo sentido. Esa fidelidad es una de las bases de la estabilidad política del sistema, que lleva 104 años de ley Saénz Peña –por referenciarse en el hito que fue esa norma, tantas veces modificada pero que mantiene su esencia–. Las familias políticas que representan hoy al voto peronista y no peronista figuran en la grilla de resultados de todas las elecciones libres desde 1916. A esa estabilidad contribuye otro hecho notable y pocas veces destacado: el 80% del voto en la Argentina está sindicado en dos fuerzas que tiene una agenda que propone un sistema igualitario. Se ve en las constantes de la historia argentina, como el alto porcentaje del gasto público a lo largo de las décadas, que tiene como destino pagar el llamado gasto social: sistemas de salud, educación y previsional universales y gratuitos. Son motivo del déficit recurrente y la deuda pública, pero se mantienen a lo largo del tiempo (Gasto Social de la Argentina a Noviembre de 2019 según el informe de la Oficina del Presupuesto del Congreso: Gasto Social)
El otro motivo es que la Argentina del recurso abundante tiene dinero para pagar eso. Quizá tarde y caro, como ocurre en las renegociaciones onerosas de la deuda. Pero la plata siempre está adentro o afuera del colchón. Entender esto es entender la Argentina. También explica la fortaleza de la sociedad civil frente a un Estado débil y gobiernos aún más débiles. Esto explica que para los gobiernos siempre sea más importante pelear por su gobernabilidad que por sus agendas, que se sujetan siempre a esa gobernabilidad. Ocurre hoy en el vértice del poder: a la coalición peronista le importa más pelear espacios dentro del trío Alberto-Massa-Cristina, que lo que cuestan esas fintas. Si nadie afirma poder por sobre los otros, la debilidad los embarga a todos, y amenaza su principal activo, que es la unidad. Por haber estado unidos ganaron las elecciones. Por dividirse perdieron elecciones desde 2009. El mismo drama de la oposición, que entendió que puede mantener el 40% de las urnas en 2019 en la diferencia de 129 a 125 votos en votaciones clave de Diputados –arts. 7 ° y 8° de la prórroga del Presupuesto que dolariza la deuda–, si se mantiene unida y no discute liderazgos.
(De la columna Avant Première “Golpe para Sergio Massa, Elisa Carrió tuitera y las rabietas de Cristina Kirchner:
Con Diputados sin sesionar, pierde su jefe. La líder de la Coalición Cívica marca la cancha desde las redes. Y la ex presidente elude el debate”, en Clarín Política de hoy. https://clar.in/31Dj4K7?fromRef=twitter)