El cristinismo se ocupó de filtrar durante la semana la reticencia a tratar por ahora el proyecto de despenalización del aborto. Alberto y la secretaria presidencial Vilma Ibarra le dieron un empujón al decir que el proyecto irá a Diputados en estas horas. ¿Sabían que un grupo de legisladoras “verdes” le presentó a algún Kirchner el pedido de que el proyecto entre por el Senado, así Cristina podía asegurar una aprobación segura por los votos que controla el peronismo? Vaya examen. ¿Y sabía que les respondieron que los votos no están? Simple ecuación: si el proyecto fracasa de nuevo, el costo lo pagará la vicepresidente. ¿Quiere eso Alberto? Si no lo quiere, ¿para qué hablan él y Vilma? La trama que filtra el Instituto Patria afirma que Cristina se enteró de esa iniciativa por los medios, y que lo último que haría es exponerse a que le carguen a ella el costo de un nuevo rechazo de la despenalización. A eso responde la réplica automática del senador José Mayans, cabecera del anti-abortismo en el Senado, junto a la radical Silvia Elías de Pérez. Para algunos el formoseño no saldría a contradecir a Olivos en este tema sin una señal de Cristina. Un clásico de la política liquida. El peronismo gobernante lanza este proyecto para distraer al público ante otras inclemencias, y dividir a la oposición. Pero se convierte de pronto en un motivo de división del oficialismo, justo cuando le convendría estar más unido. Le pasó lo mismo a Mauricio Macri. Lanzó el proyecto de despenalización en 2018 para impedir que la oposición le capturase la iniciativa en el Congreso. Logró dividir a los propios. En Diputados ganó el Sí y el oficialismo de entonces quedó herido de divisiones sin remedio.
LA BANCADA VERDE AUMENTÓ EN EL SENADO
Otros creen que Mayans no necesita luz verde de nadie para decir lo que opina. Y que sale porque la posición del bloque que respalda el proyecto de despenalización del aborto, cuyo texto se desconoce, ha mejorado respecto de 2018. La cámara volteó el proyecto que venía aprobado de Diputados por 38 a 31. Esa diferencia se ha achicado y se habla de 3 votos de diferencia. En aquella oportunidad el radical Juan Carlos Marino votó en contra y ha cambiado su opinión y le anotan con el Sí. La neuquina Lucila Crexell se abstuvo y volverá a hacerlo si el proyecto que envíe el Ejecutivo es el mismo de 2018. Sostiene un proyecto propio que cree es mejor, pero por ahora está en la zona de los indecisos. Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri también suman para el Sí cuando en 2018 Federico Pinedo votaba por el No.
MASSA, BICÉFALO
La oposición goza este espectáculo que divide al oficialismo justo en este momento, cuando es una regadera de disidencias y se multiplica los gestos agresivos en las tribus del oficialismo. El emblema de diván, como en otras oportunidades, el Massa bicéfalo. Reunión hace una semana, en grupos separados, a verdes y celestes de Diputados. A la reunión de diputadas verdes, se sumó su esposa Malena. Cuando habló a as celestes, entre quienes milita con rango de autoridad la santafesina Vanesa Massetani, una encendida massista, se lamentó de que la consigna produzca divisiones dentro de muchas familias. La de él, entre otras. Humano, demasiado humano. Ante este clima, los “verdes” de Juntos por el Cambio del Senado han medido la conveniencia de no asumir la batalla como propia. Ya perdieron la votación en agosto de 2018. Ahora que el costo lo pague el peronismo, que está dividido, como las otras fuerzas, en torno a este tema.
EL PAPA SORPRENDIÓ A RITONDO CON EVANGELISTAS
En Diputados, descuentan que ganará el sí a la despenalización del aborto, porque no han cambiado mucho las posiciones con la nueva legislatura. En 2018 hubo reproches a escasa movilización formal de los obispos. Esta vez, el episcopado ya ha hecho tres pronunciamientos en contra y los curas villeros no bajan la guardia. Entre las señales, hay que anotar la llamada del papa Francisco a Cristina Ritondo, presidente del bloque del Pro. Ocurrió – como relató Pablo de León en Clarín – el viernes a las 11, cuando Ritondo visitaba un tempo evangélico, “La Hermosa” del Palomar del pastor Eduardo Verón. La actividad tenía que ver con la defensa del funcionamiento del aeropuerto de esa localidad, cerrado por el gobierno. Francisco lo interrumpió con un llamado para agradecerle una carta que le había enviado el diputado. No era sobre temas aéreos esa carta, en la que Ritondo le exponía su preocupación por la insistencia del gobierno – un sector del cual se referencia en el pontífice – insiste en discutir el valor de la vida en medio de tantas dificultades económicas y por la peste. Francisco le reconoció la preocupación del diputado y le insistió en la consigna antiabortista como una cuestión humanitaria y no sólo religiosa. Ritondo no hablaba con Francisco desde que era obispo y en esa llamada le agradeció tareas que el legislador emprendió con curas villeros cuando era ministro de Seguridad. Estos mensajes tienen estruendos dispersivos; los activistas pro-aeropuerto lo entendieron como un apoyo a su causa. Fue cuando Ritondo, que abstrajo con la llamada y, para dar testimonio, levantó el celular e hizo escuchar la vaticana voz. Los evangélicos militaron la causa “celeste” en 2018 con más énfasis que la Iglesia católica, que si actuó sobre el Senado para lograr aquel voto no positivo negativo.
Foto principal: El papa Francisco lo sorprendió a Cristian Ritondo, jefe del bloque del Pro en Diputados, cuando estaba en un templo evangélico de El Palomar.