Banqueros multilaterales no nos aguantan ni un round
Los entuertos con la banca regional parecen una especialidad criolla. El peruano Luis Carranza renunció al cargo de presidente del Banco de Desarrollo de América Latina presionado por denuncias de acosos múltiples. Pero se quejó al salir de que “La delegación de Argentina le solicitó verbalmente y a través de mensajes escritos a principios de 2020 que designe como vicepresidente a una persona que no reunía las condiciones para el cargo”. En el gobierno se preguntan quién pudo ser el “vivo escondido” – palabras de alta diplomacia que usó quien explicó esto – que lo indispuso tanto a Carranza, que tardó un año y medio en denunciarlo, aunque sin decir el nombre. Carranza tiene su historia argentina, como muchos que han ocupado sillas en los multilaterales. Fue elegido a finales de 2016 por el directorio del Banco, en donde derrotó al candidato de un grupo de países entre los que estaba la Argentina, el paraguayo Rubén Ramírez Lezcano. Éste había sido durante una década el representante de la CAF (Corporación Andina de Fomento, antiguo nombre del Banco) en Buenos Aires. En ese tiempo había hecho amistad estrecha con todos los gobernadores y funcionarios argentinos, entre ellos Rogelio Frigerio, cuyo ministerio era el prestatario más grande de ese banco. Macri se había comprometido con Paraguay a votar a Ramírez. En ese apoyo estaban también los gobernadores, que acariciaban más créditos de la CAF bajo el mandato del amigo. Alfonso Prat Gay, que era ministro de Hacienda, era reticente a votarlo porque decía que iba a ganar Carranza. Tuvo que intervenir Marcos Peña para que respetase el voto comprometido por Macri con el ex presidente paraguayo Horacio Cartes. Prat Gay decía en el gabinete que el paraguayo iba a perder, y es lo que ocurrió. Hubo alguna queja de Cartes sobre alguna picardía para dividir el voto y hacer que ganase Carranza. Pero éste nunca debió olvidar que la Argentina votó contra él. Poco después de esa elección, a finales de año, Prat Gay renunció al ministerio, pero esa es otra historia. La síntesis: los titulares de los multilaterales no nos duran un round. Los créditos a Macri pudieron motivar la salida de Christine Lagarde en julio de 2019. Hacemos tambalear a Claver y ya se cayó Carranza. Que Kristalina se ande con cuidado.
(De la columna “Cristina desequilibra por temor a divisiones peronistas” – https://clar.in/2QJNM2F?fromRef=twitter)