La CABA y Córdoba no son Formosa
Esta presunción hay que analizarla en relación con el avasallamiento de libertades que se denuncian en Formosa. La Corte ya interviene en estos atropellos, como pedirle a un vecino de Clorinda tres PCR con una diferencia de menos de 12 horas para recorrer el resto de la provincia. La mordaza sanitaria refresca la consigna de los absolutistas: “La dichosa libertad de la imprenta es un azote de Dios, y un castigo de nuestros pecados” (Cádiz, novela de Benito Pérez Galdós, serie Episodios Nacionales). Menos mal que la prensa encuentra refugios para sus fueros en comarcas en las que se ha buscado resguardar estos derechos.
En la CABA, que es donde radica la mayoría de los medios nacionales, sigue vigente la ley que reglamenta la libertad de prensa en el distrito. Si este cronista fuera uno de los periodistas expuestos accionaría ante el Tribunal Superior de Justicia de la CABA por la ley 4565. Esa norma protege la tarea en la CABA desde su sanción por la Legislatura en 2013, y la replicó José Manuel de la Sota en Córdoba. La inspiró el mismo Rodríguez Simón y Macri, como gobernador de la CABA, firmó el proyecto como un paraguas para las amenazas del gobierno de Cristina a una intervención del grupo Clarín («Régimen de Defensa de la Libertad de Expresión en la CABA).
En diciembre de 2012 el Congreso había modificado la Ley del Mercado de Capitales, y uno de sus artículos abría la posibilidad de intervenir empresas con acciones del Estado. Elisa Carrió llegó a decir que, si había intervención, ella se encadenaría con otros dirigentes en las instalaciones de las empresas. Para el gobierno de Cristina esa ley de la CABA significó una derrota política, porque demostraba que su oposición comenzaba a tener dominio sobre ciertos territorios, algo en lo cual el peronismo presumía de ser mayoría. Fue una señal que anticipó el resultado electoral de ese año en las legislativas, y que consagró al disidente Sergio Massa como ganador en la provincia de Buenos Aires ante el peronismo de Daniel Scioli.
También escraches para despachar internas
Estos escraches mediante la exhibición de las llamadas se usan en el oficialismo para atacar a adversarios internos como Juan Grabois. Los medios hegemónicos del cristinismo se dijeron sorprendidos por los llamados del dirigente de la CTEP a Rodríguez Simón, cuando la relación entre ellos es pública y ha sido informada desde hace años. Los proyectos sobre economía popular que este gobierno ha hecho suyos, nacieron antes de 2019 por la buena relación que Grabois tuvo con el exasesor presidencial y otros funcionarios de gabinete macrista, como Mario Quintana y Carolina Stanley, y en la CABA con Larreta (que continúan). Se plasmaron en la ley de emergencia social de 2016 -programa trianual que creó el salario complementario para pobres-, el censo de barrios populares para el ReNaBaP y la ley de expropiación de lotes en las villas para dárselas a sus ocupantes.
Los enemigos de Grabois se escandalizan ahora por algo que todos conocen, tanto que el 15% de lo que se recaude por el impuesto a los recontra ricos irá a financiar esas expropiaciones, que se convirtieron en ley con el voto unánime de oficialismo y oposición en 2018, según un proyecto que inspiraron Rodríguez Simón, Grabois y Quintana. El proyecto además se benefició de la gerencia celestial del papa Francisco -que aseguró el voto masivo en las dos cámaras del Congreso- y lo firmaron Mario Negri, Elisa Carrió y Nicolás Massot.
Demonizar, por internismo, ese logro bipartisano en la Argentina de la intolerancia, es llevar las inquinas al borde la racionalidad. Más grave es aparentar ignorancia, como si aquellos acuerdos fueran secretos. En este diario se informó detalladamente el trámite de aquel proyecto, que ahora motiva cohetazos que debían ir a la luna pero que se disparan contra “Pepín” y Grabois, a quien un sector del cristinismo tiene en la mira desde hace años. Los coheteros que hacen el escrache rematan su parte de inteligencia así: “Compañeros de militancia consultados se horrorizan: nunca supieron que existía una relación de naturaleza tan estrecha con la Casa Rosada”.
El cuento es viejo, querido: está en la columna “Avant Première: Historia secreta de una ley secreta, fruto de Macri, Cristina, el Papa y Durán Barba” en Clarín del 8 de julio de 2018. Más detalles se pueden leer en “El pacto final Macri-Francisco: la revolución en las villas”, Cap. 46 de El Papa peronista (Ed. Ariel, 2019; en las mejores librerías, y en la peores también). Los libros no muerden, la prensa tampoco, pero sí aterran a los absolutistas.
(De la columna “Alberto Fernández zafó de Horacio Rodríguez Larreta, qué pasa con las PASO y novedades en escraches K”. Avant Premiere, en Clarín de hoy – https://clar.in/39ITWXj?fromRef=twitter)