Las sesiones de comisión de esta semana giran en torno a estos deseos imaginarios de los protagonistas, que están lejos del interés colectivo y, más aún, de las tendencias del voto hacia 2023. Hablar de la herencia recibida y del FMI de Macri no le sirvió al peronismo para ganar en noviembre. En una de esas, sirvió para que perdiera. Los sectores de la oposición ligados a la moderación -el radicalismo, la Coalición, el Peronismo Republicano y un sector del PRO- creen que una caída del país en default merecería un rechazo de la sociedad y podría hacer colapsar el sistema.
Entre ellos han tejido la estrategia que desplegarán desde este lunes, con señales amortiguadas:
– Asegurar el quórum para el proyecto.
– Énfasis en la táctica Carrió (que aceptan todos, oposición y Gobierno) de separar el enlatado que liga la aprobación del financiamiento, de las medidas descritas en los dos memoranda que van como Anexos.
– Tener listo un dictamen de minoría para justificar el rechazo de los memos en la votación en particular.
- Sacar del escenario a los gurkhas del rechazo. Un oportuno viaje de la AmCham y el Centro de Estudios Americanos desplazó a los EE.UU. a Alfredo Cornejo, que es parte del ala crítica al acuerdo. Estaban en la lista Luciano Laspina y Martín Tetaz, pero se quedaron. Cada voto vale mil en una final copera como ésta.
(De la columna “Mordaza para Martín Guzmán, y el juego en espejo de Cristina Kirchner y Mauricio Macri”, Avant Premiere, en Clarín de hoy – https://clar.in/3hJsSuF?fromRef=twitter)