El jueves Macri volvió a carga desde el zoom con diputados del bloque PRO. Fue una intervención poco usual, para mostrar que tiene liderazgo sobre sus diputados. No lo hacía ni cuando era presidente.
Advierte el radicalismo que tiene dos bloques separados y que compiten entre sí. Unirlos es la prueba pendiente que debe aprobar Morales. Macri sabe que el comando de facto del interbloque está en manos del trío Negri-Ritondo-Juan Manuel López, que despacha en la oficina del jefe del bloque radical.
Insistió Macri en que hay que cuidar la unidad, pero no desperfilarse ante el electorado. “Massa – se quejó por el zoom desde Miami – es un experto en envolverlos”. Mocionó la anulación de la ley de alquileres. “Estamos discutiendo encima una ley que lleva el nombre de Lipovetzky, que era nuestro (por Daniel, exdiputado, hoy en la legislatura de Buenos Aires, donde sigue siendo “nuestro”). Hay que derogarla, insistió, y se quejó de que el ex diputado Massot le había dicho en su momento que esa ley debía votarse. Desconcertó al bloque de Cristian Ritondo, ya que mocionar la derogación expondría al PRO al escarnio del oficialismo por desamparar a los inquilinos.
(De la columna “La oposición en modo punto aparte” – Entretelas de la política, en Clarín de hoy https://clar.in/3NhzmPl?fromRef=twitter”)