La unificación posible del peronismo viene de los federales. Capitanich cree que su formación debe avanzar en propuestas moderadas. Las campañas, dice, se arman de la periferia hacia el centro. La unificación de la oposición depende de que aparezca algún factor de convergencia que sincere las peleas que los dividen. En la provincia de Buenos Aires JxC ya tiene siete candidatos a gobernadores y les falta alguna orden “de arriba”, que todos acaten, como si hubiera un líder que no tienen. Tampoco es fácil moverse con agendas que se entrecruzan y, que a veces, están al acaso de circunstancias incontrolables. Hace una semana, Gerardo Morales suspendió una aparición en el Festival de Cosquín porque coincidió con la muerte de un hijo de Milagro Sala. El jueves Macri suspendió su visita a La Pampa poque le recordaron, a último momento, que ese día había una pueblada porque leían en el juzgado de Santa Rosa las condenas en el caso Lucio. Los escuderos de Larreta escudriñan sobre la conveniencia de que asista el 18 de febrero Cosquín Rock, un fumadero de riesgo para un candidato. Este lunes habrá una reunión de la mesa nacional de Juntos por el Cambio, para definir alguna agenda legislativa que aleje al Congreso de la trampa publicitaria del juicio a la Corte. Podrán festejarle ese día el cumpleaños a Mario Negri (69), y adelantarle algún brindis a Macri, que cumple 64 años el miércoles 8 (“Will you still need me, will you still feed me/When I’m sixty-four?”, se siguen preguntando McCartney y Lennon). ¿Dirá algo la oposición del desinterés del Poder Ejecutivo en que avance el proyecto de moratoria previsional? Después de todo se trata de un gasto que no está presupuestado; que se dilate mejora el perfil de Sergio Massa como el gran ajustador ante el FMI y los mercados.
(De la columna “La conjura de los débiles” – https://clar.in/40q6wn8?fromRef=twitter, Entretelas de la política, en Clarín del domingo)