El Norte compra realismo mágico
Las imágenes del mejor García Márquez narran lo que vio el explorador renacentista Antonio Pigafetta: “Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen”.
¿Habrá visto quizás la motosierra volando? Los viajeros al primer mundo son interrogados sobre este mundo donde “donde las esteras vuelan, los muertos resucitan, los curas levitan tomando tazas de chocolate, las bobas suben al cielo en cuerpo y alma y los maricas se bañan en albercas de champaña, las muchachas aseguran a sus novios amarrándolos con un dogal de seda…” (carta de García Márquez a su amigo Plinio Apuleyo Mendoza del 22 de julio de 1967).
Los visitantes frecuentes al primer mundo deben responder sobre estos fenómenos de motosierra libre y si nacen por aquí niños con cola de cerdo (otra imagen del mundo Macondo), como preguntaban hace 30 años quién era el extraño de pelo largo, Carlos Menem. Esta semana le tocó responder a Domingo Cavallo (reivindicado por los tres candidatos como un mentor de la Argentina estable – de la convertibilidad de 1991 hasta el Tequila de 1994) en un viaje a Washington.
Cavallo juega con moderación y hace equilibrio entre Milei y Patricia. Sin decirlo, también Massa profesa las mismas ideas, aunque Cristina, ex cavallista de la primera hora, insiste en el travestismo de demonizarlo. Lo atendió durante el fin de semana: “Cavallo estatizó la deuda en pesos”.
Un país con “manos, cerebros y granos”
La Argentina es un país importante, pacífico, con políticas de Estado que permanecen a lo largo del tiempo, con grandes servidores públicos, rico, y con “manos, cerebros y granos”, como dice Thomas Friedman sobre Ucrania (“Un viaje a Ucrania aclara lo que está en juego. Y es enorme”, Clarín, Sept. 19, 2023).
Arbitra zonas clave del mundo, equilibra la región por su posición estratégica (se da el lujo de no tener ejércitos), es el país que puso a la Argentina en el Vaticano, maneja con Rafael Grossi la política nuclear (es el Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica), y tiene a Virginia Gamba en la atención de niños en zonas de guerra (es la Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la infancia y los conflictos armados), la selección campeona, los unicornios, la UBA entre las mejores de la región.
Luce además el sistema político más sólido del continente y quizá de Occidente, que asegura alternancia pacífica de gobiernos contrarios, y es gobernado por quien gana las elecciones. Está pésimamente gobernado porque se administra apenas el 50% de su riqueza y eso le hacer perder acreditación en cualquier orden de mérito o auditoría.
Pero vive de ese talento y esa riqueza informal que el Estado no ha podido formalizar nunca, ni en la edad de oro con la que sueña Archi Lanús (“Aquel apogeo”, libro de 2015), ni con lo que Yrigoyen llamaba el Estado Cautivo, ni con Roca-Runciman, ni con Perón que compró los ferrocarriles con las libras-lápiz acumuladas en Londres durante la guerra y la cosecha de 1948, ni en nuestra generación, la de la inflación creada por los gobiernos para gastar, recaudar y darle a la burguesía la sensación de abundancia.
Carlos Castagnetto (AFIP) dijo en estas horas que sólo en EE.UU. hay 450.000 millones de dólares de argentinos. Miguel Broda dijo antes que en el colchón esa cifra llega a los USD 600.000 millones. Viene del virreinato, que ya ponía el Estado contra el individuo, como ocurre hasta hoy con Kicillof y Massa. Pero, en fin, no hay mal que 100 años dure. Seguimos como Fierro y el gaucho Cruz huyendo hacia la línea de frontera para escaparle al Estado, aunque tengamos que convivir con la indiada.
(De la columna “Coincidencias entre Milei, Massa y Bullrich, y la vuelta de Domingo Cavallo” – Avant Premiere, en Clarín del lunes – http://www.clarin.com/politica/coincidencias-milei-massa-bullrich-vuelta-domingo-cavallo_0_iCrwGotj9b.html?fromRef=twitter)