- El gobierno le tendió un salvavidas a la representación argentina en el parlamento del Mercosur. La conducción de ese poder regional se reunió este lunes en Buenos Aires y discutió en el Congreso la necesidad de formalizar la representación que tiene sus mandatos vencidos.
- Los diputados fueron elegidos en 2015 y el anterior gobierno suspendió las elecciones de renovación de las bancas. Esa decisión se tomó en concierto con los gobiernos de la región para esperar que todos los parlasures fueron elegidos de forma directa. Según las normas vigentes, los actuales diputados siguen en sus bancas hasta que se elijan sus reemplazantes.
- En la Argentina esa elección debe hacerse por una ley que no ha sido derogada, que no se cumplió en 2019, pero sobre la cual pesa una manda judicial para que se verifique junto a las primeras elecciones generales, que serían las de legislativas de 2021. La dificultad para eso es que esas elecciones se deben hacer considerando a la Argentina como distrito único y las de 2021 son distritales en 24 provincias. El gobierno considera que llamar unas elecciones en distrito único en 2021 implica un alto costo económico, pero principalmente político porque puede convertirse en un plebiscito sobre la gestión del actual gobierno.
- La reunión de hoy se hizo en dos turnos. Uno ocurrió en el Congreso, y contó con la participación de Jorge Landau, apoderado del PJ y uno de los autores de la ley que rige las elecciones de los parlasures. Este experto, que fue diputado nacional, estudia junto a legisladores nacionales y delegados del ministerio del Interior, un proyecto de ley para normalizar la situación de los actuales parlasures hasta 202 sin que expresamente se les extiendan los mandatos. Hacerlo en esos términos vulneraría normas constitucionales y crearía un precedente poco conveniente. De ahí la fineza del trabajo para blindar por otros 4 años los mandatos actuales sin hablar de prórroga sin el voto popular.
- En la segunda parte del encuentro los parlasures fueron recibido en la Cancillería por Felipe Solá, quien reivindicó la tarea del parlamento regional. En esto se diferenció del anterior gobierno, que consideró que el Parlasur era un refugio de la oposición peronista en concierto con representantes de otros países del ala tercerista – Venezuela, etc. Por esa razón se negó a pagarles un sueldo a los diputados. En ningunos de los presupuestos aprobados en el Congreso desde 2015 hubo partida para ese gasto. Tampoco en el proyecto de 2019 que envió Mauricio Macri y que no fue tratado. Esa iniciativa será reformulada por el actual gobierno, y la prueba de amor al Parlasur será si incluye el pago de sueldos o no. En las reuniones de ayer esta cuestión no se discutió, pero es otro tema de debate entre los expertos que quieren darle una nueva vida al Parlasur.

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