El diario Clarín incluyó en el suplemento de aniversario por sus 75 años, editado ayer, una selección de notas. Entre ellas incluyó la crónica de las elecciones del 27 de octubre de 2019 en la sección Política. Reproduzco a continuación el texto para quienes estén interesados en leerla o reelerla.

País a repetición, país previsible

Por Ignacio Zuleta

Los mercados – inversores y público – buscaban algún ancla de previsibilidad. Y estaba en la estabilidad del voto. Los resultados fijan la misma foto de 2015. Con eso solo, el peronismo festeja el ingenio de la estrategia de la unidad que le devuelve el poder después de cuatro años. El arco no peronista, que representó Mauricio Macri, alcanzó ayer el mismo porcentaje de votos que cuando enfrentó a Daniel Scioli, con la diferencia de que no existe la disidencia Massa que en aquel año representó 20 puntos y cifró la derrota del peronismo. Fue por poco, ahora es más, pero Cambiemos fue y es un partido de  minoría y el peronismo una formación de mayorías. Se le puede ganar cuando está dividido y el no peronismo encuentra un líder y un programa plausible porque tiene el respaldo histórico de 38/40 de los votos en la Argentina.

En estos cuatro años el respaldo de las fuerzas mayoritarias no se ha modificado sustancialmente, y se ha mostrad indemne a las campañas, al desgaste de la gestión de gobierno y al esmeril del desprestigio judicial del peronismo. Esta Argentina a repetición puede defraudar a quienes creen en las fantasías electorales, que expone a todos a situaciones altamente alucinógenas. la gente en campaña suele ver visiones, cree que le va bien, cuando en realidad le va como la mona Y viceversa. Pero tiene también su costado de solidez y previsibilidad. Afirma el carácter altamente racional del voto y que el público, la base, no se timbea con la fragilidad y la movilidad de los dirigentes.  El voto popular en la Argentina sigue inconmovible y ahí está quizás la previsibilidad que se le pide al país. Muchos la buscan en el lugar equivocado, pero está allí. A esa estabilidad de las tendencias debería mirar el dólar y no tanto a la mente calenturienta de los comentaristas de cabotaje.

El peronismo gana porque tuvo el instinto de preservación de unirse, aunque le costase sacrificar a sus principales dirigentes en la cabeza de las fórmulas principales, Nación y Buenos Aires. Tampoco expuso a ninguno de los gobernadores a la pelea electoral. Y menos al más poderoso de todos, Juan Schiaretti. Con eso bastó para que las tribus que se habían dividido desde 2009 se reconciliasen después de una década de derrotas. Fue un acierto estratégico descomunal para una fuerza que no tiene liderazgo fuerte desde que Carlos Menem abandonó el poder hace 20 años. La clave es que basó sobre esa realidad de que el voto criollo es inconmovible.

El peronismo se afirma además como una liga de gobernadores que confronta desde el interior con el peronismo metropolitano. En 1999 ensayó el mismo envión, y lo mandó a la casa a Eduardo Duhalde. Esta vez la sacó a Cristina de la fórmula. Eso explica el afán de Alberto Fernández de aferrarse a los mandatarios de su partido que 1) le dieron a él la oportunidad que nunca soñó con ser presidente; 2) demostraron un olfato pampa para prosperar de la mano del gobierno de Mauricio Macri, que los hizo ricos como nunca y los habilitó a gestiones prósperos que les permitieron reelegir sin problema.

Al oficialismo no le alcanzó con la estrategia de la polarización. Gobernó bien la política, los convirtió a los gobernadores en exitosos y es víctima de su propio invento. Justicia poética. Debió crear un movimiento más comprensivo y que superase la hipótesis de que el mal era el kirchnerismo y que la sociedad lo iba a rechazar. Se equivocó en no diferenciarlo del peronismo. La salida era la creación de un nuevo movimiento que tuviera como eje al peronismo republicano de Schiaretti y Pichetto que ayudó a gobernar desde 2016 en el Congreso y en la mesa de los gobernadores. Debieron reforzar a la Alternativa Federal que tuvo su pico más alto en la victoria de Schiaretti en la reelección en mayo. Esa mesa aterró al gobierno y al Instituto Patria. En menos de una semana, Cristina se bajó de la fórmula. Cuando reaccionaron era ya tarde. La convocatoria a Miguel Pichetto para la fórmula se hizo porque en junio el gobierno recibió encuestas que ponían a Macri 15 puntos debajo de la fórmula F&F. Eso los unió en el concepto y también en la línea de batalla. Que termine sepultados por la liga de gobernadores es una triste consecuencia de su gobierno. Prueba la hipótesis de que en política lo que te sirve para llegar no te sirve para gobernar y lo que sirve para gobernar no te sirve para ganar.

Llevado por la euforia del triunfo legislativo en 2017, los endogámicos del Pro provocaron hasta la pelea a los radiales y a los acuerdistas cercanos al peronismo – Monzó, Frigerio, etc. La captura de la gestión económica por la mesa de Olivos – Peña, Dujovne – hizo estallar la economía que terminó enredada en las patas del acuerdo con el FMI. El poder territorial estaba también amenazado por los resultados de esa elección exitosa. En octubre d 2017  fue derrotado el peronismo moderado en BsAs, Cba, Chaco, Entre Ríos, La Rioja, Salta. El cristinismo rabioso ganó en San Juan, San Luis, Santiago del Estero, Tucumán.

Debieron llamarlo a Pichetto dos años antes y hubiera venidos con 5 gobernadores. El gobierno y el Patria temieron quedarse, alguno de ellos, fuera de la polarización. Por eso dinamitaron la mesa del peronismo republicano. Con ese grado de polarización el proceso de final en primera vuelta era esperable, como adelantó esta columna hace seis meses (Todos juegan como si la primera vuelta fuera ya la segunda – http://bit.ly/2Xm3KhG?fromRef=twitter Entretelas de la política 2 de junio/2019). La polarización promovió la reconciliación de todos los peronismos y aisló las banderas del peronismo republicano cuyos jirones llevó Pichetto a Juntos por el Cambio. No bastó. Pagaba el oficialismo la endogamia de la mesa de Olivos que n o sólo fumigó a los acuerdistas del gobierno sino que se cerró a cualquier negociación desde 2016, cuando Pichetto ofreció junto a Ernesto Sanz un Acuerdo del Bicentenario. Por no acordar, Mair termina el mandato sin reelección, con todo el Banco Central en comisión, sin Procurador de la Nación, sin defensor del Pueblo, con una banca menos en el Consejo de la Magistratura. Es comprensible que con ese ánimo fracasase cualquier armado de un movimiento superador de la coalición electoral de 2015/7 que sacase a Cambiemos de tu estatura de partido de minoría. Seguirá siendo eso, ahora en la oposición.

La política es un negocio de representación. El clic se produjo cuando Macri pasó de ser quien escucha e interpreta al público de clases medias, al conductor que le quiere explicar sus ideas a la gente y pide que lo sigan. Cambió su negocio y cambió de fase. Nadie tiene hoy fuerza, en mundo, para mover al público a aceptar y respaldar medidas antipáticas. El llamado al esfuerzo le transmite al público la idea de que quien los gobierna los menosprecia. El público es sabio y cuando se siente interpretado cede el voto; cuando le dicen que está equivocado, que debe entender lo que no entiende y que tiene que dejarse llevar de la mano, abandona al líder. “El pueblo – dice el constitucionalista americano Bruce Ackerman – no es el nombre de un ser sobrehumano, sino el nombre de un proceso ampliado de interacción entre las elites políticas y loos ciudadanos ordinarios” (“We the People II. Transformaciones” [1998], pág. 226). Macri pasó de ser el representante de un sector mayoritario de la sociedad a subirse al estrado como adalid de una vanguardia iluminada. El mismo proceso que había sacado al peronismo cristinista del poder en 2015. Eso lo convirtió en víctima de una estrategia equivocada para hacer prosperar en 2019 su fórmula de 2015, el Partido del Ballotage.

En sus reflexiones del fin de semana en Los Abrojos, Macri admitió que “a ser presidente se aprende siendo presidente”. No completó el aprendizaje al creer que la economía arrastra a la política, cuando es la política la que provee el insumo básico de la economía, que es la confianza, la previsibilidad, el futuro que es, a su vez, en producto primario de la política.  Cuando debió explicar las  malandanzas de la economía sintetizó sus problemas en cuatro causas que no pudo dominar: la salida de capitales de los emergentes a los países centrales que dejó al país sin crédito o a una tasa impagable, la sequía de 2018, la causa de los cuadernos que fumigó la confianza de los inversores externos, reacios a venir a un  país de ladrones, y la creciente figura de Cristina de Kirchner como dueña del futuro. La responsabilidad de él como político estaba en haber previsto la vulnerabilidades que creaban los mercados., el clima, la justicia t la política. No puede decir que esos cuatro factores, si son ciertos, hayan encontrado a su gobierno sin una alternativa de previsión y de solución. No puede acusar a la oposición de ser peronista, una ingenuidad en el concepto y en el discurso.

Para el país que viene, Macri cree que con el porcentaje de votos que alcanza aferra el arco completo del voto no pejotista. “Si nos va mal, habremos llegado al final del gobierno con Cambiemos junto, sin divisiones, y con un liderazgo firme”. Con esas palabras, que compartió con su entorno y con los referentes de Juntos por el Cambio con  quienes se comunicó el sábado, adelantó que ha pisado para él el cargo de presidente del Pro que deja en las próximas semanas Humberto Schiavoni. La decisión la conversó con el otro jefazo del oficialismo, Horacio Rodríguez Larreta, y también con Miguel Pichetto, que le respondió que permanecerá en esa formación en el futuro. Decisiones urgentes, quizás solapadas con estridencias más notables, pero que importan para los días que vienen.

UNA COMPETENCIA DE ARREPENTIDOS SIN PROGRAMA

Las elecciones son situaciones altamente alucinógenas. Las fantasías valen, en la balanza de las ilusiones, tanto como las realidades más contundentes. Las normas, además, fuerzan a los protagonistas a convivir por un momento en una situación de simulada igualdad. Los candidatos de todas las tallas – gigantes o pequeñísimos – tienen la misma oportunidad en los debates y en también en la publicidad gratuita. Eso le agrega ese ingrediente carnavalesco a la campaña, y el postulante de la mitad más uno, o el de la mitad uno, tienen que tolerar al marginal de derecha o izquierda que le hable en un pie de igualdad y que los desafíe con la SUBE en la mano. Esto libera a todos de decir mucho sobre qué hará. La campaña defrauda por la falta de propuestas, y se agota en la descalificación mutua. Para Macri, el mal de Alberto y Cristina es ser quienes son, no lo que hacen o han hecho. Lo mismo piensan Alberto y Cristina de Macri, a quien lo combaten por lo que es y no por lo que hace. Si se los presiona, se descalifican además por su pasado. La hondura de la crisis con la que llegó la Argentina a las elecciones ha eximido a los candidatos de decir en serio qué harán. En todo caso, los dos competidores principales prometen no hacer de nuevo lo malo que hicieron en el pasado. En este punto, es una competencia de arrepentidos, que representan a partidos que llegan a la primera vuelta escondiendo a sus conductores. En Buenos Aires, principal terreno de campaña, hay intendentes de Juntos por el Cambio que recomiendan cortar la boleta para esconderlo a Macri. En el peronismo la cirugía fue más drástica: Cristina pasó a la vice como condición de los gobernadores, para que el peronismo pudiera montar su herramienta más eficaz en la pelea de hoy, que es la unidad.

Elecciones 2019: país a repetición, país previsible – http://www.clarin.com/politica/elecciones-2019-pais-repeticion-pais-previsible_0_3Cpi_Mqt.html?fromRef=twitter

Por Ignacio Zuleta

Periodista y consultor político. Autor del libro “Macri Confidencial: pactos, planes y amenazas” (Bs. As.: Ed. Planeta, 2016). Columnista de Política Nacional del diario Clarín. 1: Columna Entretelas de la Política, que se edita todos los domingos en el Suplemento Economía. 2: Columna Avant Première, que se edita los días lunes en la sección Política (https://www.clarin.com/autor/ignacio_zuleta.html) Editor responsable del sitio www.zuletasintecho.com. Colabora en revistas del extranjero sobre temas políticos y es columnista invitado en medios de la Argentina. Como periodista y analista ha dictado conferencias en varios países. También ha realizado coberturas internacionales en sesiones de las Naciones Unidas, países de Medio Oriente, América Latina, la crisis política en Italia, los acuerdos Malvinas entre Gran Bretaña y la Argentina, elecciones en España, México, Estados Unidos, Uruguay, Chile, México y otros países, varias sesiones del World Economic Forum (Davos, Suiza) y numerosos viajes presidenciales de mandatarios argentinos y de otros países. También ha participado de reuniones científicas y profesionales como la que organiza la Global Editors Network. Ha sido Secretario de Redacción del Diario Ámbito Financiero, Editor político de mismo diario. Durante 7 años fue además responsable de la sección “Charlas de quincho”. Fue director responsable del diario “La Mañana del Sur”, Neuquén. También fue columnista del diario La Capital (Mar del Plata). En medios radiales, tuvo actuación a cargo de programas en FM la Isla y Radio el Mundo de Buenos Aires. Conductor durante 5 años del programa de debate político “Contrastes” (Canal Metro de TV). Es doctor en Filosofía y Letras (Universidad Complutense de Madrid, España) Graduado del programa Publishing on the Web de Stanford University, Graduate College, Palo Alto, California. Es miembro del Consejo Consultivo del CARI (Consejo Argentino de Relaciones Internacionales). Es profesor de la Maestría en Magistratura y Gestión Judicial (Conadu) que organizan la Corte Suprema de Justicia de Mendoza, la Universidad Nacional de Cuyo y la Universidad de Mendoza en el módulo “Prensa y Justicia”. Es crítico literario, autor de “La Polémica Modernista” (Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1989, en curso de reedición) y de la edición crítica de “Prosas Profanas y Otros Poemas” de Rubén Darío (Madrid: Ed. Castalia, 2015). Es el editor de un volumen de las Poesías Completas de Rubén Darío para la editorial Castalia de Barcelona, España (2016). Es Miembro del Consejo Asesor del proyecto de Archivo Dariano y Obras Completas de Rubén Darío. Universidad de Tres de Febrero (2016). También es autor de trabajos de investigación publicados en órganos científicos de Estados Unidos, España y la Argentina. Recibió un premio Nacional de Literatura en la Argentina, el premio Pedro Salinas en Puerto Rico, el premio de Cultura Hispánica en Madrid (España) y el premio Alfonsina en la ciudad de Mar del Plata. Fue destacado en 2017 como uno de los cinco periodistas de la última década en la especialidad “Análisis Político” por el Jurado de los premios de la Fundación Konex Ha sido profesor titular ordinario en el Departamento de Letras de la Universidad Nacional de Mar del Plata de las cátedras de Literatura Hispanoamericana y de Literatura Española. También Decano de la Facultad de Humanidades de la UNMdP durante un mandato de tres años. Fue profesor de Literatura Española, Literatura Argentina e Hispanoamericana y de Introducción a la Literatura en la Universidad Nacional de la Patagonia. Santa Cruz, Argentina. Ha dictado cursos y conferencias sobre crítica literaria en universidades de Estados Unidos, México, Colombia, España y otros países. También ha dictado cursos y conferencias en facultades de periodismo de todo el país. ignacio@zuleta.org @izuleta www.zuletasintecho.com

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