Una jura que puede enojar a Malena
Massa no puede confiarse con el escaso margen de diferencia de votos que tiene con la oposición, cuando se tratan proyectos odiosos. Se apuró a hacer jurar, en esa sesión tumultuosa del diputado juguetón y del retiro de la ley off shore, al representante de Neuquén Guillermo Carnaghi. Reemplaza al nuevo secretario de Energía Darío Martínez como suplente en la lista del Frente de Todos de esa provincia. Lo cuestionaba la segunda en la lista, Asunción Miras Trabalón. Esta dama se amparó en la Ley de Paridad de Género que se implementó por primera vez en las elecciones del año pasado. Pero la cámara aplicó el criterio de la norma anterior: si el que deja la banca es varón, lo reemplaza varón. Le va a costar a Sergio un disgusto conyugal, porque una de las fogoneras de la aplicación de la paridad de género es su mujer Malena Galmarini, que apoyó ese criterio – contrario al aplicado ahora – cuando avaló el acceso de la senadora también neuquina Lucila Crexell como reemplazante del fallecido “Pechi” Quiroga. Malena, que es una mujer de energías dominantes, anima la ONG “Ojo paritario”, y actuó en el caso Crexell, que se benefició de un apoyo que ahora no tuvo Miras Trabalón, que seguirá siendo delegada del ministerio de Trabajo en su provincia.
Stolbizer puede poner un diputado
Con el mismo celo espera Massa que la Cámara Nacional Electoral despache a su favor la demanda que hizo el margarito Marcelo Eduardo Díaz – a quien llaman con cariño “el oso” – en reclamo de la banca de José Ignacio de Mendiguren, hoy de licencia para presidir el BICE. Díaz era en 2017 candidato en la lista massista que encabezó Felipe Solá. Quedó detrás de De Mendiguren, y pide ser diputado interino – un figura insólita – mientras el Vasco ocupe el cargo en el banco. Por esa licencia, el Frente de Todos, al que se pasaron Massa y De Mendiguren, tiene un voto menos. Muy valioso, porque con viento a favor están dos por encima del quórum. El Vasco no quiere renunciar, y por eso el “Oso” reclama la suplencia, pero sería un voto en contra del oficialismo porque está en esa lista como referente de Margarita Stolbizer, que se distanció de Massa cuando el migró hacia el Instituto Patria. Un caso parecido ocurrió en Cambiemos en 2015. Martín Lousteau era diputado nacional desde 2013 por la lista que encabezaba Elisa Carrió. Macri lo designó embajador en los Estados Unidos y Lousteau pidió licencia. Estaba en puerta, como integrante de esa nómina, Julio Raffo, a quien se lo pensó como diputado interino. Pero el bloque logró la renuncia del embajador a la banca, y Raffo lo reemplazó, con plenos poderes hasta 2017.
Manzur pone el árbitro de entuertos electorales
El caso de los reemplazos por licencia está en la Cámara Nacional Electoral, donde hay criterios encontrados entre dos integrantes del tribunal. Santiago Corcuera sostiene que la figura del senador “interino” es inviable, y disiente con Alberto Dalla Vía. Se ha ido en desempate a una Cámara para que lo resuelva. Este tribunal ha producido otra novedad como resultado de la balcanización del peronismo. Alberto Fernández ha pedido al Senado la designación del juez federal de Tucumán, Daniel Bejas, que se referencia en el gobernador Juan Manzur. En un caso como el del “Oso”, el debería desempatar. Bejas es el tercero en el orden de méritos del concurso del Consejo de la Magistratura. Salió primera Alejandra Lázzaro, defendida por el radicalismo, pero nunca Mauricio Macri quiso enviar el pliego. Su operador judicial José Torello – jefe asesores de su presidencia – empujaba a favor del segundo en el orden de mérito, Hernán Gonçalves Figueiredo, respaldado por sectores del peronismo. Inexplicable entonces, y menos a medida que pasa el tiempo. Ahora el cargo se lo queda el peronismo a través de Manzur, al ocuparlo Bejas, su representante más importante a nivel nacional. Todo lo electoral por aquellas comarcas huele a chamusquina. En agosto de 2015, Manzur logró la reelección en unos comicios más que tumultuosos. Bejas estuvo lejos de aquellos hechos porque él es juez federal y se trataba de elecciones locales. Aquellos incidentes policiales ocurrieron poco después de las PASO nacionales de ese año y no ayudaron mucho al oficialismo, que perdió las presidenciales. Bejas es conocido en el peronismo: Jorge Landau, apoderado nacional del partido, fue interventor en el PJ de Tucumán. El candidato a camarista ha ejercido la competencia electoral como extensión de funciones, con la ciencia que le aporta su secretario Rogelio Rodríguez Del Busto, que probablemente lo acompañe si recibe el nombramiento. El magistrado será el desempatador entre Dalla Vía y Corcuera, que casi siempre han intentado fallar por unanimidad, pero no siempre lo logran. La designación de Bejas (Manzur) entra en el sistema de arbitraje de las relaciones entre Alberto y Cristina. Manzur parece más cerca del presidente que de la vice. El salto tucumano puede llegar a animar nuevas refriegas en la cúpula del poder. Ningún pliego sale hacia el Senado si Alberto no lo acuerda con Cristina. Pero nadie puede asegurar al final del día vayan a coincidir en el amor a Manzur. Se va a poner lindo.
(De la columna El costo de la balcanización, Entretelas de la política, Clarín de hoy – https://clar.in/36v6JMr?fromRef=twitter)