Ojo: discuten poder, no dinero
La misma mirada melancólica merecen los dirigentes del círculo chico de Alberto, que entran y salen de Olivos, todos de la CABA, con origen y destino en el distrito al que el peronismo cristinista quiere sacarle las finanzas. De ese grupo, Juan Manuel Olmos encabeza la lista de víctimas de este envión cristinista. El asesor presidencial ha sido un socio histórico del macrismo en la Capital, en un cogobierno tácito que le ha permitido dominar áreas de la Justicia y la Legislatura. Las relaciones entre los gobiernos de Macri y Larreta con el peronismo en los últimos 15 años han sido de cooperación. Es el puente al que le pone dinamita la presión del cristinismo, para condicionarlo a Larreta no sólo como gobernante de la Ciudad, sino como candidato presidencial de la oposición en 2023. Larreta sabe de esto y valora más el rédito político de no negociar el recorte que salvar unas monedas.
Produjo urticaria en el Gobierno nacional con el proyecto de ponerle impuestos a las Leliq y a las operaciones de pases entre los bancos. “Lo hacen ya Tucumán y Córdoba, y no han dicho nada”, respondieron ante las quejas de Miguel Pesce. Con esa plata y un ajuste en el presupuesto “de contingencia” creen que compensarán el recorte que les hicieron antes a la coparticipación y ahora a la policía. La Nación avanzó en ofertas de acuerdo, el más audaz era que la CABA sacase la demanda en la Corte por el recorte a la coparticipación, abrir un lapso de 60 días para negociar y que la ley que se intenta tratar este lunes no ponga un número al pago de la policía a la espera del nuevo acuerdo. Hasta esta domingo a la noche nada movió a Larreta de su posición. Tampoco al Gobierno. En los dos bandos priman cuestiones políticas, financiero es el pretexto. Discuten poder actual y por futuro. La plata siempre se arregla.
El círculo porteño de Olivos en apuros
El círculo porteño que entorna a Alberto es cautivo de esa estrategia, porque se la imponen desde arriba, porque ellos han tenido su beneficio en la cohabitación con el macrismo, no en la confrontación. Perdedores consuetudinarios en el distrito, aprendieron a respirar bajo el agua, y a convivir como eterna oposición. Saben que arrinconar a los gobernantes actuales de la Ciudad con el recorte de fondos, no es el mejor camino. Macri y Larreta saben también respirar bajo el agua como ellos: lo hicieron bajo la administración nacional de Cristina, y aun así les ganaron en 2015. Dudan con razón de las estrategias cristinistas, que siempre quedan en el camino. Sólo los fanáticos la consideran una mente brillante, superpoderosa y que logra todo lo que quiere. Han tardado un año, y no pueden sacar las leyes que dicen les salvarían la vida. Chocaron Vicentín y no pueden salir del bloqueo de la oposición en las dos cámaras. Y la ex presidente sigue procesada, no puede salir del país sin permiso, está embargada y forzada a vivir de sus jubilaciones, y la salud tampoco ayuda mucho. No es vida, señor.
Nunca tanto dependió de tan pocos
La oposición fatigó los zoom desde el viernes para ajustar el discurso que llevarán este lunes a las 14 a la reunión de Labor Parlamentaria, previa a la sesión a la que llamó Massa. Impugnan la convocatoria, por no hacerla con los seis días necesarios para asegurar la presencialidad. Tampoco aceptarán discutir allí un nuevo protocolo. El discurso lo adelantó Mario Negri cuando dijo el sábado que este proyecto que quiere aprobar el Gobierno contra la CABA abre un nuevo capítulo, que es el final del federalismo. Cristian Ritondo y Álvaro González estuvieron tres horas en el zoom del PRO para acuñar el lema del “federalismo consensuado” que hay que proteger, y Ritondo cargó contra Massa al bromear con que en Diputados la mesa de entradas es un “Open 24”: llama a sesiones cuando quiere, o le conviene.
Juntos por el Cambio tiene 115 bancas contra 118 del Frente de Todos. Hacen falta 129 para arrancar y la suerte del proyecto depende los 25 votos que se reparten entre el lavagnismo de los “federales” –que de 11 bancas asegura que por lo menos 9 no dan quórum ni votan-, la izquierda, que tiene dos diputados de la CABA como Nicolás del Caño y Myriam Bregman, y los cuentapropistas, entre quienes está el massista José Luis Ramón, de Mendoza, y la neuquina Sapag. Nunca tantos dependieron de tan pocos. Pero es la gran batalla de 2020 para el oficialismo y la oposición.
(De la columna “Sergio Massa durmió a Horacio Rodríguez Larreta, la teoría del indulto K y el compañero Donald Trump”, en Avant Premiere, de Clarín de hoy – https://clar.in/36l0j1C?fromRef=twitter)