La guerra de la hidrovía
El peronismo cristinista, al que representa con más ciencia y vigor el excanciller Jorge Taiana – hoy senador – respalda una estatización del sistema de la Hidrovía. Se enfrenta con la línea Massa del ministerio de Transportes, ayer de Mario Meoni, hoy de Alexis Guerrera, que pretende una prórroga de la concesión con el actual consorcio por 90 días, para después licitar por un año y medio el servicio. El ministro cree que la Argentina no está en condiciones de administrar la Hidrovía. Le perdonan la vida, por ahora, por su desconocimiento del área. “El único tren que vio en su vida – bromean sus adversarios en esta lid – es el que pasa por General Pinto, su pueblo, el Ferroexpreso Pampeano, que no es el Orient Express”. Taiana, en su exposición de este viernes en la Audiencia Pública por el proyecto del Canal Magdalena, desarrolló los argumentos que respaldan una estatización. Los reproches del senador se extienden a la falta de controles de la facturación de exportaciones e importaciones, el cálculo de los volúmenes transportados que, afirmó, se hacen sobre declaraciones juradas. También le hizo reproches a la oposición por no haber aprovechado, bajo la presidencia de Macri, la anuencia del Uruguay al dragado del canal Magdalena. Se trata de una posible salida directa del sistema fluvial argentino al mar, que haría innecesario que los barcos que salen de la Hidrovía tengan que depender del puerto de Montevideo.
La oposición gana también en biocombustibles
La prórroga del sistema de biocombustibles es una derrota – episódica – del oficialismo cristinista, que quería una nueva ley que mejorase el corte entre el alcohol y el aceite que se mezcla con los hidrocarburos, en beneficio de las petroleras. El actual sistema ha sido defendido por, al menos, una decena de provincias agropecuarias que integran la llamada Liga Bioenergética, todas ellas de administración peronista, salvo Jujuy (Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, San Luis, Santiago del Estero, Córdoba, Tucumán, Salta y Jujuy). Sus presentantes en el Senado lograron una prórroga, con cambios, con voto unánime. Esa aprobación fue hundida en el archivo por los representantes del sector de hidrocarburos en Diputados y en el Ejecutivo. Usan el nombre de Máximo Kirchner, a quien le atribuyeron la autoría de un nuevo sistema que se pretende imponer. La iniciativa, de la que el vástago vicepresidencial es valedor como representante de una provincia extractiva, busca eliminar las desgravaciones de impuestos a los biocombustibles. Ha buscado dividir al bloque de gobernadores, porque le da más beneficios a Tucumán, productora de alcohol, que a las que producen granos, como Santa Fe y Córdoba. Esto, sumado al rechazo de la oposición, motivó la prórroga que le pidieron a Alberto que firmase antes de subir al avión.
(De la columna “Cristina le toma examen a la “herencia recibida” – https://clar.in/2RCjK10?fromRef=twitter, Entretelas de la política, en Clarín de hoy)