Como la campaña los compromete todos, los subirán al escenario, incluso a Macri y a Miguel Pichetto, que bascula entre el conurbano y la CABA y será protagonista de la campaña para localizar identificación con peronistas.
La rispidez del cierre despertó las diferencias con los radicales, que ahora se acuerdan, recién, de que Vidal cogobernó parte de su mandato junto a Massa. Y que su debacle se produjo cuando el tigrense comenzó su migración al Patria. Pareció no haber evaluado la vulnerabilidad de tenerlo a Sergio de socio. Algo que se paga caro en política. Como lo saben todos los dirigentes que han sido víctimas de una sociedad con él.
Pichetto presidió una sesión del comando del Peronismo Republicano, del cual salió el documento “La tibieza no es compatible con el desafío que tenemos por delante”. Ese texto llama a los peronistas opositores a no dejarse distraer por el randacismo, del cual ya huyeron Joaquín de la Torre y Jesús Cariglino, para integrarse a la lista radical de Manes.
El comando incluía a por Miguel Toma, Juan Pablo Lohlé (autores del primer borrador del documento), Ramón Puerta, y el dueño de casa, el sindicalista Dante Camaño. Este grupo volvió a mencionarlo a Pichetto como candidato a presidente en 2023 y conductor de la fuerza cuya cúpula tiene vocación gastronómica. Usan oficinas del sindicato de Camaño, pero se los ve también en lo que han llamado su “unidad básica”, el café La Farola, de Acassuso, sobre Av. Del Libertador.
Ilusiones criollas: la campaña no modifica el voto
En esta columna se eluden las frivolidades, como las que desvelan a políticos (y periodistas) en campaña. Como si la planilla de ingresos a Olivos, o la lista de viajeros a Miami y Disneylandia fueran registros de resultados que pudieran modificar el voto de nadie. Son distracciones para hacer músculo y lograr posicionamientos en la pelea electoral, que tienen efectos nulos en un proceso que confirmará las grandes tendencias del electorado, que se divierte descifrando enigmas: hace un mes el enigma era ¿por qué de madera? Ahora es ¿por qué a las once?
Los movimientos del voto son lentos y expresan identificación, por eso es difícil que se modifiquen con el marketing. Nada menos volátil que el voto en la Argentina, que repite a lo largo de los años el recuento de adhesiones al peronismo y al no peronismo, con un pequeño porcentaje de voto móvil que puede resolver una elección en un balotaje finito como el de 2015. Pero que no arroja las preferencias de un lado hacia el otro.
El mismo Macri, que había ganado por 2 puntos en 2015, sacó más votos en 2019, y perdió, porque el peronismo había logrado reunificarse después una década de divisiones, letal para sus intereses. Las razones de la política responden a mecanismos racionales y de intereses, que motivan que el público no se deje arrastrar por las propagandas, las televisiones y otras especialidades de la mercadotecnia electoral. La sociedad no se suicida ni sigue consignas quiméricas, como las de quienes piden el voto para cambiar el mundo. Más bien vota pidiendo que no se lo cambien.
(De la columna “¿Cuál será el rostro del poscristinismo?” – https://clar.in/2X0JKpD?fromRef=twitter, Entretelas de la política, en Clarín de hoy)