[Juntos Massa y Laspina], apareció en pleno diálogo – por zoom – Miguel Pesce, uno de los normales de gobierno, quien reclamó contra otra cláusula del proyecto que describía los objetivos del refinanciamiento: 1) pagar la deuda pendiente del stand by de 2018, y 2) financiar el déficit fiscal primario y fortalecer las reservas del BCRA. Pesce se quejó de que lo forzarían a comprar reservas, algo que podía violar la autonomía del Central y debilitar su autoridad en tiempos difíciles. Quedó solo “apoyo presupuestario”. Pesce conoce las relaciones de Massa con Martín Redrado, que estuvo antes en el Central, y fue a Tribunales a declarar contra él, Kicillof, Cristina y los anteriores directores en la causa del “dólar futuro”. Laspina cerró tablas: no va el Inc. 4° y voló la frase sobre “el fortalecimiento de las reservas internacionales” como el destino de los fondos, todo en defensa de Pesce que firma, junto a Guzmán, la Carta de Intención con el FMI.
Miguel Ángel Pesce , titular del Banco Central en el Congreso durante la Asamblea Legislativa Foto Federico Lopez Claro
Estudiantinas de antaño
En las entrelíneas de este concilio hay que anotar las buenas relaciones de Massa con Morales, que empujaron el carro en beneficio de la oposición que tiene cada cual en sus coaliciones. El jueves, el jujeño saludaba en Diputados: “Vengo a saludar a mi amigo Negri y a mi amigo Massa”. También sirvieron algunas amistades de antaño. Laspina tiene el mejor trato con Germán Martínez, heredero de Maxi en el bloque. Son de Rosario y compartieron la militancia en la JP cuando eran estudiantes. Sirvió la evocación de aquellas estudiantinas para que Massa saliese con el acuerdo en la mano hacia la oficina de Negri, en donde se lacró el compromiso sin cambiar nada más. Igual la reunión duró una hora y media para acordar las vocerías. Ritondo pidió silencio de una hora para informar al bloque PRO. Ocurrió en un zoom en donde Macri avaló la firma del acuerdo con un giro de opinión que arrastró a todo el bloque, incluyendo al bullrichismo que “halconeaba” en lugar de “balconear” como proponía Morales. Massa aprovechó para filtrar el texto del acuerdo por el canal que más le responde, la señal Diputados TV. Una de las animadoras de esa rutina, que se emite desde el anexo de la cámara, tuiteó la noticia de la fumata y la “arrobó” a todos los bloques con el texto final. Hablaba el “boletín oficial” de Massa. Eran las 7:41 p.m.
Desaires entre Morales y el PRO
De ahí se precipitaron las vocerías paralelas, como las de Carrió, Macri y Morales celebrando las nupcias. También algunas jugarretas y deslealtades que se hunden en la noche oscura de la chismografía. Carrió reclamó, con justicia, la maternidad. Macri sinceró su cambio de opinión, sobre la que actuaron mucho Larreta, cancerbero de la unidad de la oposición y Laspina. Verlo negociar los últimos hilvanes aseguró al expresidente que estaba resguardado en cuerpo y alma. Alma son las ideas, cuerpo es lo que se arriesga haciendo política. Por ejemplo, el calabozo. Morales replicó esas albricias, pero con alguna maldad: destacó la tarea de la UCR, la Coalición y el Peronismo Republicano. ¿Y el PRO?, le preguntaron. “¿Qué quieren que haga si ellos salieron a criticarme con que yo quería firmar el proyecto del gobierno sin revisarlo?” Nadie recogió el guante. El jueves por la mañana se reunió en la Casa de Jujuy con los caciques del PRO. Larreta y Patricia Bullrich para cerrar la candidatura de Jimena de la Torre al Consejo de la Magistratura, nadie se lo reprochó.
(De la columna “El acuerdo del FMI en el Congreso, un Waterloo en cámara lenta”, Entretelas de la política, en Clarín de hoy- https://clar.in/3KzQYEE?fromRef=twitter)