Con el nuevo dictamen sobre la reforma de la Magistratura, el gobierno confía que sumará voluntades, después de la generosidad que mostró durante la semana para ceder comisiones en el Senado a díscolos y aliados reticentes, como la migrante riojana Clara Vega (va de secretaria a Economías Regionales, entró a la cámara por JxC), Daniel “Pali” Bensusán (a Legislación General), Sergio Napoleón Leavy (a Defensa) o Cristina del Carmen López Valverde (a Educación).
La oposición juega en estas horas con la presunción de que los números no les darán para una aprobación en Diputados, después del voto del Senado la semana que viene. Para esto el gobierno ya armó una martingala que distribuyó oficiosamente el delegado de Olivos en el Consejo, Gerónimo Ustarroz: admitir en la cámara baja más reformas al proyecto, que faciliten algún tipo de presencia de la Corte en el Consejo, pero con un veto a que un juez ocupe la presidencia. Una cláusula con nombre y apellido: Horacio Rosatti, a quien el gobierno jamás querría reconocerle funciones en el Consejo.
Ustarroz no vota en el Congreso, pero sí vota Graciela Camaño, autora de un dictamen alternativo que puede reclutar votos y ayudar a la aprobación en general del proyecto en Diputados. La “enmienda Camaño” abriría la puerta para que un juez de la Corte pudiera integrar del Consejo con limitación para participar de algunas comisiones, como la de administración, que maneja la plata.
El oficialismo buscaría un texto más amplio, como que habilitase a que la Corte participase de las elecciones de los gremios de jueces con algún candidato. Un imposible, que durante más de 20 años de la magistratura nunca admitieron los magistrados.
Con estas fantasías en circulación nadie puede pronosticar qué destino tendrá el proyecto en Diputados. Los tiempos no ayudan, porque la fecha del 16 de abril está encima. La Corte ha mandado a decir que no prorrogará ese plazo y que, si ese día el Consejo no está equilibrado, sus actos serán nulos. Se acabaron los concursos y hasta el pago de los sueldos. Apocalipsis Now.