El dilema del oficialismo es cómo hará en Labor y en la sesión para limitar la estrategia de bloqueo del peronismo. Unión por la Patria ha avisado hace rato que votará a todo en contra. Tiene 99 diputados que se pueden extender hasta 120 con el concurso de las izquierdas, y diputados silvestres o sin techo que vienen de provincias que gobiernan sus adversarios.
Otra rareza es que no habrá discursos de cierre de los jefes de bloque, algo habitual en toda sesión. Los titulares de las bancadas abrirán la sesión y seguirán los debates particulares. Una ley del parlamentarismo criollo dice que el oficialismo se lleva las leyes, y la oposición los discursos. La acuñó el legendario Jorge Matzkin, que presidió el bloque del PJ en años duros (1992-1993).
Sin Mario Negri en la Cámara, bromeó alguno, el género literario del cierre de debates no tiene atractivo. En las dos últimas legislaturas, los cierres de Negri, ganase su bancada la votación, o no, se hicieron célebres. Algunas de esas intervenciones de oratoria estimulante giran por las redes hasta el día de hoy, como el día cuando denunció al peronismo por su pretensión de ser los dueños de la historia (22 de diciembre de 2016). Lo hizo respondiendo a insultos de pie en las bancas de Axel Kicillof, Wado de Pedro, Juan Cabandié y otros.
O el que pronunció en memoria de Raúl Alfonsin (28 de octubre de 2020). Hizo llorar a Sergio Massa, que presidía la sesión, algo que nunca creímos ver en esta vida. Los radicales, cuando están bajos de ánimo, ponen esos cierres que están en YouTube y recargan las pilas en una singular terapia de palabra.
Banco Nación: hubo cola para no venderlo
El extremo de realismo para lograr las dos leyes tiene un emblema, que es la caída del proyecto de privatización del Banco Nación. Quedó afuera por segunda vez. Cayó en el Senado con el rechazo que hizo esa cámara del DNU/70, en donde se proponía la reestructuración de la entidad. Figuró en la lista de privatizables en la primera versión de la ley ómnibus.
En las últimas semanas el Nación fue protagonista de una corrida política, con la suma de votos en contra de la aprobación de su privatización (en su segunda versión). En el conteo previo ya había alcanzado 170 votos de Diputados para rechazar la privatización. Entre ellos había algunos legisladores de La Libertad Avanza, que se sumaron al rechazo con el argumento de que no podrían volver a sus provincias si votaban esa privatización.
El Gobierno se aferra a que el DNU 70 sigue vigente mientras no lo rechace también la Cámara de Diputados, para seguir con el proyecto de convertir al Banco en una sociedad, con la incorporación del capital privado, mediante la salida a la bolsa de sus acciones. Para eso trabaja el estudio de Horacio Liendo, estrella perenne de los equipos Cavallo.
Ya ha presentado informes parciales de su proyecto al directorio del Banco, que está en manos de Daniel Tillard, y se espera que para junio salga a debate esta iniciativa. Hoy el Nación es un entre autárquico del Estado Nacional y eso sólo puede cambiarse por ley. Tillard vino de la mano de Guillermo Francos, con quien trabajó en el Banco Provincia de Buenos Aires en la era Scioli, de donde se fue al Banco de Córdoba.
(De la columna “La pelea por cinco cargos, nueva embestida opositora y un filósofo libertario en el Congreso”, en Clarín de hoy –
https://www.clarin.com/politica/pelea-cargos-nueva-embestida-opositora-filosofo-libertario-congreso_0_E2ftwMuQ0t.html)