- Algo de fiesta le traen al gobierno los juegos olímpicos, porque no sólo le permitieron a Macri compartir mesa en la cena inaugural de Río con François Hollande. Logró además que Buenos Aires fuera una escala para algunos dignatarios que fueron a Brasil y se dieron una vuelta por el barrio. Primero fue John Kerry, hoy le toca a Ban ki Moon, que tiene una agenda completa en Buenos Aires con funcionarios y curiosos que quieren ver a este producto de la burocracia internacional. El viaje lo promovió Susana Malcorra, que está corriendo el sprint final para ser la sucesora del coreano en la secretaría general de la ONU. La canciller ha sido jefe de gabinete de Ban varios años y todos presumen que es el promotor de la candidatura. No es fácil, porque en las votaciones internas del consejo de seguridad Malcorra sigue en la lista, pero no en los mejores lugares. Ascendió, entre la primera y segunda votación informal, del 9° al 3er puesto, pero le salió un competidor fiero en Antonio Guterres, ex premier de Portugal. En los papeles, la secretaría iría a una mujer de Europa del Este. Pero después del Brexit, Guterres ha hecho campaña con el argumento de que la ONU debe dar una señal pro europea para achicar el poder de Rusia después del Brexit. Guterres ha movido todas las fichas, incluyendo a la Internacional Socialista, que ha tenido en el último recuento, entre 15 miembros del Consejo de Seguridad, 11 once votos favorables (encourage), 2 en contra (discourage) y dos abstenciones (no opinion). Malcorra, que manda en un ministerio que es una cueva radical, logró que dirigentes de la UCR local hicieran una gestión en favor de ella en la Internacional Socialista para interceptar el apoyo que le dieron ya a Guterres. El apoyo de Ban es un esfuerzo de suerte incierta, como siempre en política. Malcorra prometer ser la continuidad del coreano para cumplir su programa de reformas. Sus adversarios creen que lo que hay que hacer en la ONU es algo distinto a lo que hizo Ban y que Malcorra promete extender en el tiempo.
Ban ki Moon se da un gusto en vida: se vistió de ateta coreano para desfilar con la antorcha olímpica el día de la inauguración de los juegos en Río. Por eso mismo la masacraron con críticas a Calu Rivero, que hizo lo mismo con la delegación argentina. Anoche lo recibió Susana Malcorra al llegar a Buenos Aires y a mediodía Mauricio Macri en gobierno.
- Ban desayunó hoy con la cúpula del Consejo Argentino para Relaciones Exteriores en el hotel Alvear. Estuvo su candidata a sucederlo, Susana Malcorra, que anoche fue a recibirlo al coreano cuando llegó a Buenos Aires. Por la hora, fue un éxito la convocatoria del CARI. Hubo más de 700 personas en el salón Versailles, que esperaron a Ban, que llegó una hora tarde. Le dieron una distinción de la Legislatura porteña que le entregaron Fernando Straface, secretario general del gobierno porteño y el canciller de la Legislatura, Pablo Garzonio. Adalberto Rodríguez Giavarini presentó a Susana Malcorra y ésta a Ban. Hizo un elogio del visitante como un amigo y destacó lo mucho que había aprendido trabajando como su jefe de gabinete. Ban habló durante más de media hora con un preparadísimo discurso que recorrió la trayectoria pacifista de la Argentina desde Saavedra Lamas hasta la actuación del país en misiones de paz. En ninguno de los discursos se habló de la elección de nuevo secretario de la ONU, pero fue a música que acompañó al encuentro. Entre los madrugadores que escucharon todo esto estaban empresarios como Santiago Soldati, Luis Etchevehere, Saul Rothstein, Juan Pablo Maglier y Daniel Funes Rioja. Poca gente de la política, pero estaba Juan Manuel Abal Medina. También madrugaron para escuchar al coreano el embajador Noah Mamet, el “Pocho” Juan Romero Feris, el ex canciller José María Vernet, el funcionario legislativo Juan de Dios Cincunegui (ex Aerolíneas). A mediodía los recibió Mauricio Macri en la Casa de Gobierno. Hubo una reunión protocolar y después un almuerzo con funcionarios e invitados de los tres poderes. El chiste era “- ¿Vienen? – No, Ban”.
Para mimosos, los audios del desayuno en el Alvear: