La jefatura del PJ de Buenos Aires, que reasumió Fernando Espinosa después de su gira política por Disneyworld, mandó hoy a desbaratar la cumbre del partido que se iba a realizar mañana en Santa Teresita. El encuentro iba a comenzar de manera informal esta noche con una reunión de la mesa chica del partido, pero las disidencias entre peronistas y cristinistas hizo estallar todo.
La intención del sector cristinista era elaborar un documento en defensa de Cristina de Kirchner y llamar al partido a encolumnarse detrás de ella cuando vaya a declarar en los tribunales de Comodoro Pi. Esto no fue aceptado por la dirigencia ortodoxa, que busca de alguna manera despegarse de quienes hubieran puesto al partido al servicio de un sector que no los expresa.
Así lo hicieron saber en las últimas horas los intendentes de varios grupos (Esmeralda, Fénix, etc.) y también del sector sciolista. Daniel Scioli había asegurado su asistencia, pero también prefirió tomar distancia del cristinismo, y adelantó el jueves que no iría. Sus delegados ante la mesa del partido, Alberto Pérez y Cristina Álvarez Rodríguez, estuvieron en la tarde de ese día en la sede nacional de la calle Matheu discutiendo el documento, pero también se manifestaron críticos del maximalismo cristinista.
La reunión de Santa Teresita es un clásico anual del fixture del peronismo provincial, y la suspensión revela el estado de fragmentación del partido. Para el cristinismo es una derrota interna, después de que sus punteros dominaran la anterior cumbre en La Matanza. Para el peronismo ortodoxo es una victoria que adelanta nuevos encuadramientos, más cercanos al electorado moderado.
Los telegramas de suspensión – en realidad una ola de mails – comenzaron a llegar cerca del mediodía del viernes.