Muchos de ellos juegan una guerra secreta contra la norma que les impide una tercera reelección. El resultado sepulta el intento de Axel Kicillof de dominar el Senado de La Plata, rubro en el que la UCR de Buenos Aires hizo la mejor elección el domingo. La experiencia muestra que muchos intendentes del peronismo se llevaban mejor con Vidal que con el solipsista Axel, a quien Alberto minimiza más llamándolo Alex. Todo tiene que ver con todo.
La declinación de Cristina en el Senado – lejos de los 2/3 y con quórum en peligro -y de Massa en Diputados, tampoco cambia mucho la música en el Congreso. El poder del oficialismo estaba limitado por una estrecha diferencia, que ahora se achica. Al peronismo ya le ha costado mucho alcanzar el número para sesionar y sacar leyes. La ley de movilidad jubilatoria salió en Diputados por 132 votos (tres por encima del quórum, que son 129), la despenalización del aborto apenas logró 131, apenas dos por encima de la votación de 2018, en donde había tenido 129 a 125. El recorte de los fondos policiales a Larreta, aun con el apoyo de los gobernadores, salió también por 129, el impuesto a la riqueza, por 133. Y el presupuesto, que es una ley siempre negociada, se aprobó por 138, nueve votos por encima del quórum.

Un gobierno más débil y negociador
Un gobierno débil será más débil, y deberá recurrir a nuevos acuerdos con la oposición. Los obtuvo para las leyes Guzmán – emergencias en 2019 y de sustentabilidad de la deuda en 2020. Las necesitaba la nueva administración, y fue dócil en pedirle el apoyo a la oposición. Hasta que sobrevino la desmesura, desenterrar el hacha de la guerra con Macri-Larreta para demoler el santuario CABA. Les costará mucho más en adelante negociar con una oposición reforzada, que logró lo que no pudo el peronismo en 2016: mantener la unidad y no despedazarse en las dos cámaras.
Globalidades
¿Era evitable aquí el mismo destino de todos los oficialismos del mundo derrotados por la peste? No. La globalización diría Duhalde, es mucho mayor de lo que creíamos. Si derrotó a Trump, a Merkel y disolvió a Podemos en España, ¿qué no haría con un gobierno que se peleó con la sociedad cuando convirtió una cruzada sanitaria en una oportunidad de represión? También despunta la globalidad en los pininos de los indignados, que pueden haber alimentado el voto a Milei en CABA -que existió siempre, desde los Alsogaray, Cavallo, o Pinedo. Aunque sin el ingrediente de la demagogia de la bronca. En Santa Fe, en 2001, la suma de los votos en blanco más los impugnados alcanzó casi al 42%. Superó a los demás candidatos en lo que se llamó el “voto Clemente”, porque aparecía en muchos sobres un personaje de historieta. Este domingo el voto en blanco ha sido la tercera fuerza en Mendoza. En la indignación por izquierda, fue llamativo el 23% de votos de FIT-Unidad en Jujuy, tercera fuerza detrás Juntos por el Cambio (46,42%) y del peronismo (28,32%). Igual de llamativo fue el 7,49% del FIT nada menos que La Matanza.
(De la columna “Un resultado que demuele las leyendas de Cristina como “estratega infalible” y Máximo como “gran cuadro político”, en Clarín de hoy – https://clar.in/3nw1t3l?fromRef=twitter)