La autonomía de la CABA ha estado en la mira del peronismo desde 1994. Menem se resistió a consentir que hubiera elecciones a jefe de Gobierno, y accedió cuando la oposición de entonces condicionó su voto a la prórroga de los impuestos nacionales que vencían en 1996, a que hubiera esas elecciones. A aquellos impulsos siguieron las críticas a la eliminación del colegio electoral y la contrarreforma de 2006. El Kirchner fuerte de aquel año que siguió a la salida de Roberto Lavagna, emprendió la sanción de un paquete de desandaba cláusulas de la reforma: modificó el Consejo de la Magistratura para darle más poder al estamento político, logró los superpoderes para el Ejecutivo y sancionó la llamada “Ley corta de hidrocarburos” que imponía condiciones a los gobernadores en el manejo de estos recursos, como se los había entregado la reforma de 1994.
Para Néstor y Cristina había sido la reforma más dañina para la Nación, aunque ellos la votaron. Alguna vez habrá que explicar este mecanismo del matrimonio que ha dedicado la mitad de su vida a enmendar el rumbo que emprendieron en la otra mitad. Quizás sea sólo ambición de poder.
Sin comitiva al funeral de Benedicto
La Argentina será representada por la embajadora María Fernanda Silva. Una gran diferencia por la mega comitiva que acompañó las exequias de Juan Pablo II° en 2005, que incluyó un padrón multipartidario en que convivieron por algunas horas, juntos y orando, Menem y Duhalde -que no se hablaban desde 1999- y George Bush y Bill Clinton, el agua y el aceite de la política americana.
El argumento de Olivos es que no hay protocolo previsto para el funeral de un Papa emérito, salvo invitaciones a los gobernantes de Alemania y de Italia. Con eso basta para que no viaje hasta ahora, ni Guillermo Oliveri, que estuvo también en el sepelio de Juan Pablo II. Para el Gobierno es una mortificación, porque ha buscado no alejarse de Bergoglio más de lo necesario. Lo desairó con proyectos como el de la legalización del aborto, y hiere a funcionarios cercanos al Presidente, como el vicejefe de gabinete Juan Manuel Olmos, que mantiene una amistad y una lealtad casi filial con Bergoglio desde su infancia. También hiere al canciller Santiago Cafiero, que pertenece a una etnia que proveyó dos embajadores ante el Vaticano.
Cuando éstos gestionaron un viaje de Alberto Fernández para verse con el Papa, escucharon una respuesta desalentadora. “¿De qué podríamos hablar?” En aquel momento el justificativo fue la salud del pontífice, que en sus últimas apariciones muestra una mejoría en su rodilla. Ha verificado, según quienes han estado con él (como algunos miembros del episcopado argentino), una calcificación ventajosa. Camina poco, pero igual sostiene que este es un año electoral.
Hay Papa para rato
La muerte de Benedicto invalida la frase que repitió Bergoglio varias veces cuando prometió que moriría siendo Papa: no puedo irme y dejar a la Iglesia con tres Papas -el sucesor y dos eméritos-. Nadie piensa tampoco que Francisco deje el pontificado en el corto plazo. La Iglesia está embarcada en un sínodo histórico, que los expertos comparan en importancia y profundidad al Concilio Vaticano II (1962-1965) que revolucionó a la Iglesia. Ese sínodo, del que participarán obispos y laicos, se viene debatiendo en todo el mundo desde hace más de un año y culminará a un debate que ocurrirá en el Vaticano entre este año y 2024. Nadie cree que Bergoglio se vaya antes de que culmine ese sínodo, que tiene una agenda que, si avanza, producirá otra revolución en la Iglesia.
Hay otra fecha que Bergoglio querrá presidir: el Jubileo de 2025. Los jubileos o Años Santos se celebran cada 25 años y son años “de gracia” del Señor, que traen indulgencias o perdones masivos. Suelen ser ordinarios, como el de 2025, o extraordinarios, como el que declaró Francisco en 2015. Ese año jubilar “de la Misericordia” contuvo un perdón para las mujeres que hubieran emprendido el aborto. Fue una señal de que algo había cambiado en el Vaticano.
(De la columna “Alcahueterías no ganan votos, fugas en la emergencia y Lula subido a los hombros de Alberto” – Avant Premiete, en Clarín de hoy: https://clar.in/3vu4cgP?fromRef=twitter)