Más calladamente, esta vía se beneficia con las divisiones de la oposición en Córdoba. Una es la puja interna en el radicalismo, en donde coexisten dirigentes de peso nacional como Mario Negri y Luis Juez. Los dos tiene un plomo en el ala.
Negri es el jefe de la oposición en el Congreso y luce encuestas en las que aparece como el radical mejor rankeado de la oposición y con el diferencial más alto en imagen positiva. Pero padece la división en su partido, que redunda en la separación del radicalismo en dos bloques en la Cámara de Diputados, el mayoritario lo conduce Negri y el disidente lo que maneja Rodrigo de Loredo, del ala lustosista.
Esta disminución del capital político es un efecto de los acuerdos que cerró Gerardo Morales para ser presidente del Comité Nacional de la UCR. Nunca en su historia el radicalismo había tenido dos bloques en el Congreso, salvo cuando se dividió el partido con el ala intransigente de Arturo Frondizi y el balbinismo de la UCR “del Pueblo” en 1957.
Esta división paga el control de Morales sobre el partido y que, gracias a eso, haya despejado su candidatura presidencial de la amenaza de competidores como Martín Lousteau y Alfredo Cornejo. El otro factor de división es la injerencia de Mauricio Macri, que ha compartido constituency con el schiarettismo y debe sus grandes elecciones a una división de fuerzas con el PJ de Córdoba.
Hoy se traduce en la reticencia de Macri para que Juez sea candidato a gobernador, y si lo es, a que sea gobernador. Las inquinas con Juez se hunden en el pasado del senador como funcionario y las diferencias tienen un nombre: Germán Kammerath. Investigue usted, que es periodista.
Celos en la tercera vía
La cita con Randazzo era un ajuste de cuentas después de que Schiaretti se exhibiera junto Juan Manuel Urtubey. Randazzo pidió trato de provincia grande y adelantó que él no quiere ser candidato a nada. Pareció repetir la negativa de 2015 a ser candidato a gobernador de Buenos Aire. Se desacató ante Cristina, precipitó una PASO toxica entre Julián y Aníbal que llevó al peronismo a la derrota.
Randazzo llevó a una veintena de peronistas de Buenos Aires, de diversa extracción, algunos vetero-duhaldista como Ángel Abasto y Chicho Basile, y a otros migrantes del cristinismo. Entre ellos la ex camporista Rocío Giaccone, ex diputada provincial por Junín, Martín Palma, Ariel Franetovich, Alfredo César “Tati” Meckievi y otros.
Quien no mueve es Graciela Camaño, quien termina este año otro mandato como diputada – es la que más tiempo ha estado en la cámara en su historia. Respira el mismo aire que este grupo de la tercera vía, pero espera a las elecciones en Córdoba para hablar. Si Schiaretti gana, lo hará. “Tengo en mi haber 32 discursos presidenciales; nunca le escuché decir a un presidente, antes, las cosas que dijo Alberto” – sancionó. Lo hizo para transmitir que no está convencida de seguir en la banca.
(De la columna “Alberto Fernández rompió con la política” – Entretelas de la política, en Clarín de hoy https://clar.in/3ZApAhi?fromRef=twitter)
Foto principal: Patricia Bullrich, Rodrigo de Loredo, Luis Juez y Mario Negri