La debilidad de liderazgos en el oficialismo es más perceptible. Entró en emergencia apenas asumió, porque la unidad que logró en 2019 para cerrar una década de derrotas resultó una simulación de tranco corto. Discutieron desde el día 1 sobre qué hacer con la deuda y la deuda terminó dividiéndolos más que nunca.
El cristinismo condenó la gestión de Alberto Fernández, la de Martín Guzmán y la de Sergio Massa. Los responsabiliza de la derrota de 2021 y de la que cree Cristina que sufrirán este año. La gestión de la peste Covid también los dividió. La primera crisis de gabinete de Alberto se cobró la cabeza de Ginés González García, víctima de un ataque de los médicos que rodean a Axel Kicillof, a quienes llaman “los cubanos” porque estudiaron en la isla.
Tuvo como trasfondo el debate sobre la reforma del sistema de salud pública. Ginés, una estrella del sanitarismo, era identificado como referente de los sindicatos, prepagos y laboratorios.
Los “cubanos” lo enfrentaron con el proyecto de una estatización del sistema según el formato que trajo al país hace 50 años José López Rega, una importación a Indias y que había inventado para España el Marqués de Villaverde, yerno del dictador Franco. La crisis del vacunatorio VIP – un evitable desorden en el manejo de la peste – sirvió para aquella baja.
No importa tanto quién será el candidato
Las divisiones recrudecen en la hora electoral. Los 30-32% de los votos que tiene el peronismo con cualquier climatología, los mantendrá con Cristina, Alberto, Massa, De Pedro o Capitanich. No discuten perder o ganar sino ocupar la fórmula presidencial.
Ninguno puede mejorar o empeorar la cantidad de votos que tendrán en las urnas. Alberto, que hace de la simpleza virtud, ya dijo: “el peronismo tiene 32%, el peronismo hoy soy yo, y sólo me bajo si alguien me trae el 13% de los votos para llegar a 45% y ganar en primera vuelta.
Lo demás es literatura”. Cristina ejerce el liderazgo más estridente, que es la jefatura del peronismo en el distrito más grande del país. Pero no tiene el control del peronismo en su conjunto. Y menos en distritos grandes como Córdoba, CABA, Santa Fe, Mendoza o Entre Ríos.
(De la columna “La fantasía de dar vuelta al país” – https://clar.in/3ZWlro0?fromRef=twitter, Entretelas de la política, en Clarín de hoy)