Los cantamañanas no sirven para recoger adhesiones. Más bien las dispersan. Una vieja ley de la política indica que un político vende, antes que nada, un futuro para el país. ¿Es prudente que la candidata diga “Estamos al borde de la hiper”?
Si dice que el país está en el hoyo, en una de esas le creen y ahuyenta a los votantes. Tiene que respetar la marca país. Si vendes la gaseosa, tenés que decir que todo va menor con otra cosa. No digas que engorda o produce acidez. Y menos aún, que mata.
La dimensión de la queja es directamente proporcional a las dudas que despierta en el público sobre su capacidad de resolver el problema. Le cabe el mismo reproche de quienes la critican por atizar al kichnerismo, algo que ya no existe. Es patear un cadáver. ¿Qué debería hacer? Es asunto de ella y de sus asesores.
Pero lo primero, lanzar iniciativas, no dedicar el poco tiempo que queda para halagar a sus adversarios recordando que existen. Un candidato tiene que mirar al votante, ofrecer futuro y no perder tiempo en quejarse de proyectos ajenos. A Milei y Massa no los votan por lo que proponen. Uno es la bronca, el otro es el helicóptero.
Ir a donde están los votos
El comando de Patricia milita, sin reconocerlo, el desaire hacia quienes apoyaron a Larreta en las PASO. Lo sufre el propio Horacio, a quien lo llamaron tarde a participar de la campañaa. Voy a donde quieran, pero si no me llaman…
En el vértice del PRO se observan las debilidades del método de campaña de la candidata a la hora de resolver esos detalles, como superar las inquinas que afloraron en las PASO y que deberían olvidar. Tampoco se deja ayudar mucho ella, que no tiene un programa firme de campaña.
El martes improvisó una conferencia de prensa a la que convocó a los dirigentes que estuviesen en Buenos Aires. Incluso llamó a legisladores que estaban en la sesión de Diputados, como Mario Negri, Juan Manuel López, Luciano Laspina, Hernán Lombardi, José Luis Espert, Cristian Ritondo, María Eugenia Vidal, Martín Tetaz, entre otros. Era para dedicarle un rap, junto a Carlos Melconian, a Javier Milei.
¿Qué necesidad tiene Patricia de hacerle la campaña de Milei reconociéndole centralidad y la vanguardia en la instalación de los temas? De lo mismo se queja Massa cuando ve que Alberto lo torea al candidato conservador librecambista por desestabilizar los mercados.
Habia más votos en La Rural
A la misma hora de esa rueda de prensa, un millar de invitados llenaron un salón de la Rural para presentar el filme sobre Alfonsín. El pleno de los asistentes a ese acto era de votantes de Juntos por el Cambio, con mayoría radical y la crema del empresariado y los medios – entendible porque era un homenaje a Alfonsín y a los 40 años de democracia.
También hubo un minuto de silencio pedido por el anfitrión, Adrián Werthein, por las víctimas del ataque al Israel. ¿Patricia viene, se preguntaban? Nunca apareció. Pasar por allí cinco minutos le hubiera rendido mucho más que esa conferencia de prensa. Si no sabía que este acto tendría lugar está mal. Pero si, sabiendo, se ausentó por la inquina del macrismo con los radicales, peor.
Ese filme, que se estrenó el viernes en la cadena Direct TV, en todo caso, es un spot de campaña en beneficio de ella. Sonrieron ante esa ausencia hombres de Milei que estaban presentes, como Carlos Balter, presidente del partido Demócrata Nacional, que lanzó, antes que nadie, la candidatura a presidente de Milei, y Guillermo Francos, principal referente político el candidato.
Hasta Macri observa, en charlas privadas que, efectivamente, Patricia no se deja ayudar, que no organiza sus apariciones. Le falta, diría, un Marcos Peña que le elija los actos con mayor oportunidad y eficiencia.
(De la columna “Torneo de equilibristas”, Entretelas de la política, en Clarín de hoy https://www.clarin.com/economia/torneos-equilibristas_0_M5UXH2VmpL.html#activateComments)