La operación noni-noni de dormir a todos fue para interceptar a los neutralistas – el larretismo y los radicales – que buscaban una foto sin Macri. Pero no debía enterarse nadie hasta el día siguiente. Ni a Jorge Macri se lo dijeron.
El miércoles Patricia recibió en su casa de Palermo a los dos equipos, el de Macri y el propio, e incluyendo al primo Jorge y a Horacio. Antes de arrancar la oficina de Patricia ya había llamado a una rueda de prensa a mediodía para tirar la noticia.
Acá la trampa fue para Larreta. Plantearon el debate sobre Milei y Patricia dijo que ella iba con Luis Petri al acuerdo como algo personal. Macri reforzó la posición insistiendo en que Massa presidente sería un desastre para el país y para Juntos por el Cambio.
Nadie habló de la cena con Milei la noche anterior. La destapó Jorge Macri que miró el celular y leyó en voz alta: “Acá un periodista me pregunta si se reunieron Patricia con Mauricio y Milei anoche”.
Nadie sabrá nunca si estaba fuera de la trama o fue una actuación cuidada. Patricia y Mauricio admitieron el encuentro, escucharon las quejas de Larreta de que debiera enterarse de esa manera.
María Eugenia Vidal se despertó: “Es un error, Mauricio, Milei es Massa” se quejó, y recuperó el modo pausa. Gente de poca fe. Nadie cree ya en nadie. Por eso perdieron.
Les cabe aquella reflexión de Juan Pablo Baylac, vocero de De la Rúa, cuando le preguntaron en 2001 qué les había pasado. “Creímos que los amigos eran los enemigos, y que los enemigos eran los amigos” – respondió. El diálogo se cortó con la retirada de Larreta. Quedaba señalado como el enemigo.
(De la columna “El pacto de Acassuso: nace el pos-macrismo” – Entretelas de la plítica, en Clarin del domingo. http://www.clarin.com/economia/pacto-acassuso-nace-pos-macrismo_0_KtUW0tkUx8.html?fromRef=twitter)