Juan Schiaretti y Roberto Lavagna atacan a Massa al pegarlo al proyecto de juicio a la Corte. Los dos saben que las elecciones no son cuestión de candidatos sino de organizaciones, y ellos buscan identificarse con un electorado que rechaza estas lindezas inoportunas del cristinismo, como hostigar a la Corte sabiendo que no tienen los votos para el juicio.
Lavagna y Schiaretti también saben que es un empeño destinado al fracaso, pero igual alzaron la voz. Es una manera de distanciarse de Massa. Son los abanderados de un peronismo moderado, que entre 2017 y 2019 participaron de la mesa de Córdoba junto a Miguel Pichetto, Sergio Massa y Juan Urtubey, un entendimiento que podría haberse convertido en una alterativa para enfrentar al peronismo cristinista.
Se rompió antes de las elecciones de 2019 cuando Massa regresó al redil del AMBA, del cual se había distanciado desde 2009. Significó la reunificación del peronismo que le permitió recuperar el poder ese año con la fórmula de los Fernández.
Este martes se reúne la comisión de Juicio Político, pero no podrá tener dictamen porque debe darse vista los escritos de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti en respuesta a las acusaciones. Seguramente pasará a después de las elecciones, pero el daño al equilibro de Massa ya estará hecho. Pacientes a su edad, han esperado a este momento, el del mayor daño posible, para vengarse de aquella traición que le hizo Massa a la mesa de Córdoba.
(De la columna “El negocio de una derrota para Macri y Cristina, y Massa en el espejo de Kirchner” – Avant Premiere, en Clarín de hoy – http://www.clarin.com/politica/negocio-derrota-macri-cristina-massa-espejo-kirchner_0_HRk7QEEUKA.html?fromRef=twitter)