El reconocimiento por parte de las Naciones Unidas de una nueva demarcación del mar territorial argentino, que amplía la zona exclusiva significativamente, produjo ayer su primer efecto económico: cayó la cotización en las bolsas internacionales de las acciones de las firmas que tienen proyectos de exploración petrolera. El gobierno inglés, por su parte, intentó minimizar el reconocimiento de una nueva demarcación por parte de la ONU al decir que se trata de una comisión de asesores que sólo hace recomendaciones.
Los kelpers, por su parte, se enojaron con el anuncio y lo extendieron al diario inglés The Guardian, que antes de ahora ha tomado posición en favor de una negociación entre Londres y Buenos Aires de la soberanía en las islas Malvinas.
Las acciones de las empresas Premier Oil y Rockhopper Exploration cayeron un 8%, mientras que la Argos Resources bajó un 1.3%. Según los analistas del sector, esa caída está motivada en el temor de los tenedores de papeles de esas firmas a que el reconocimiento de la nueva zona del mar continental argentino pueda afectar las operaciones y la rentabilidad de los proyectos.
Con el reconocimiento de que las islas Malvinas están dentro de la zona reconocida por la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de la ONU como más amplia y más profunda, después de más de 20 años de estudios sobre el nuevo límite. La Premier y Rockhopper trabajan juntas en el proyecto off shore de Sea Lion en la zona de Malvinas. La Argos Resources tiene una licencia en la zona Norte de las islas cerca del proyecto de Sea Lion.
El gobierno inglés rechazó la importancia de ese dictamen, que según los expertos es tan importante como la resolución 2065 de la ONU del año 1965. Un vocero de David Cameron – que pasa unas vacaciones de Pascua en la isla de Lanzarote, Canarias dijo que “todavía tenemos que recibir detalles del informe, pero es importante destacar que se trata de un comité asesor, que hace recomendaciones que no son vinculantes”. La Comisión de la ONU, sin embargo, autorizó a que la Argentina dibuje un nuevo mapa con los límites ampliados según una propuesta argentina de 2009, que fue aprobada unánimemente. Esa aprobación puso a la zona de Malvinas y Antártida en un corchete, o sea en un capítulo de cuestiones pendientes – hasta que se resuelva la disputa de soberanía. Pero no modifica la metodología geológica e hidrológica que presentó la Argentina, y que confirma que las Malvinas está dentro del mar territorial argentino. Según ese vocero “las especulaciones sobre ese informe vienen desde la Argentina. Creo que deberíamos esperar a ver qué viene de la comisión de Nueva York”. Esa opinión ya se conoce, desde que aprobó el nuevo límite el 11 de marzo pasado.
El gobierno kelper de Puerto Argentino, por su parte, que pedirá aclaraciones a Londres sobre ese reconocimiento de nuevo límite. “Entendemos que la ONU nunca decidiría nada sobre las extensiones continentales que están en disputa”, dijo Mike Summers, presidente del concejo deliberante local.