El gobierno apuró en las últimas horas gestos para que la justicia vea que toma las riendas políticas del entuerto de las tarifas. El martes el diputado radical Mario Negri (jefe del bloque) recibió en su despacho a los ex secretarios de Energía Alieto Guadagni y Jorge Lapeña y discutió con ellos qué podían aportar después del crítico documento del domingo pasado del grupo de los ex sobre el manejo de las tarifas (http://web.iae.org.ar/wp-content/uploads/2016/08/Ex_Secretarios_Declaracio–n_Tarifas_Agosto-2016.pdf).
De ahí Negri los llevó a verlo a Emilio Monzó. Horas más tarde Aranguren, al tanto de esas charlas, les envió emails a los ex secretarios, que ya son un partido político, invitándolos a reunirse con él el jueves.
En esas reuniones Alieto sostuvo que el problema de las tarifas debió ser objeto de una ley y de una negociación con la oposición como la que el gobierno emprendió, con éxito, para levantar el cerrojo y arreglar con los holdouts, y no materia de un DNU. Este criterio parece señalar un nuevo rumbo en cuanto al método para salir de este laberinto.
Negri y Monzó fueron a verlo a Aranguren a su despacho y allí pergeñaron la invitación a que explicase su sistema ante el plenario de los Diputados. Esa es la explicación de la movida del oficialismo, en la que obraron Negri y Elisa Carrió, para desbaratar la sesión especial del miércoles en la cual la oposición logró 130 votos para arrancarla.
En esa sesión se produjo una de las novedades más importantes: Sergio Massa se juntó con el kirchnerismo de la cámara para intentar aprobar proyectos sobre tarifas. Una seña agresiva y gratuita porque eran necesarios 2/3 de los votos para lograrlo. Si hubieran querido aprobar eso, hubieran aprobado antes algún dictamen de la comisión de Energía que tiene pisados Julio de Vido, su presidente. Para el juego de área chica: cuando Massa escuchó la moción de citar al ministro, corrió a Pasos Perdidos a decir a los movileros que si era necesario a Aranguren lo iban a traer con la fuerza pública. No sabía que eso ya estaba negociado desde un día antes.
Esta comedia revela que fue un gesto político para arrinconar al oficialismo. Macri se fue a La Angostura masticando: si había un tema en el cual Massa podía evitar mostrarse junto al kirchnerismo era energía, que es sinónimo de De Vido. Lo que hizo muestra hasta dónde es capaz de llegar para marcar diferencia.
Eso demuestra que: 1) Massa privilegia su proyecto de ponerse al frente del peronismo, aunque seba mostrarse junto al cristinismo residual; 2) que el peronismo, con tal de dañar al oficialismo, se tapa las narices y supera las divisiones que muestran todos los días.
La moción de Carrió-Negri de llevarlo a Aranguren empardó esta jugada opositora que el gobierno estudia este fin de semana porque el gesto de Massa es (im)previsible después de que estuvo la semana pasada con Macri y Marcos Peña en la Casa de Gobierno.
En la tarde del viernes se conoció el resultado de la reunión que este sitio había adelantado entre Aranguren y los ex secretarios de Energía (Emilio Apud, Julio César Aráoz, Enrique Devoto, Alieto Guadagni, Jorge Lapeña, Daniel Montamat y Raúl Olocco). Se creará un polo de acción política para estudiar y lanzar antes de fin de año un programa energético negociado con todos los partidos políticos y los gobernadores. Como se contó aquí el jueves, este G-7 (los ex son siete) funcionarán como un Consejo Consultivo Federal para buscar “los consensos necesarios para el establecimiento de políticas energéticas de mediano y largo plazo junto al Estado Nacional” en lo que será el Acuerdo Federal Energético. La base es el documento de 14 puntos que el grupo acordó con los partidos políticos (salvo el peronismo) antes de las elecciones (http://web.iae.org.ar/wp-content/uploads/2015/06/Ex_Secretarios_propuestas_2016-2020.pdf).
Esto último es urgente porque la sesión de miércoles demostró que por buenas que sean las relaciones entre Rogelio Frigerio y los mandatarios del peronismo, éstos no controlan el voto de los diputados de ese partido, que hicieron cola el miércoles para dar el número para sesión especial.
El episodio también conmovió al oficialismo, porque ahondó la división entre el Pro y la UCR, que se queja del rol de bomberos que les da un gobierno que toma decisiones sin consultarlos. Eso será discutido la semana que viene en una reunión que tendrán los jefes del interbloque Cambiemos, Mario Negri, Nicolás Massot y Fernando Sánchez, con el mismísimo Macri.