Mauricio Macri aprovechó la juntada de Cambiemos del sábado en Olivos para incitar a los representantes en Diputados que logren esta semana la sanción del proyecto de nuevo régimen de responsabilidad penal empresaria. La sesión del miércoles pasó a cuarto intermedio después de una aprobación en general, pero que derivó en un rechazo en particular del artículo 1° del proyecto. Un disparate seguir por ese camino, como dijo Héctor Recalde, porque el Congreso seguiría tratando una norma que había perdido su objeto, al quedar rechazado en proyecto. La instrucción presidencial fue que se acerquen posiciones con otros bloques para lograr la votación en particular de la iniciativa, que el Ejecutivo cree que permitiría, en el futuro, salir de entuertos como el que tiene la administración con Odebrecht, mediante negociaciones administrativa y no judiciales. Como los arrepentidos de esa firma ya han “cantado” ante la justicia de EEUU y de Brasil, lo que les queda a países como la Argentina es hacer convenios administrativos para que revelen nombres de presuntos coimeros de hoy, de ayer y de siempre.
El énfasis oficial en la norma está relacionado con la campaña, porque el debate divide de manera irreconciliable a los bloques. Cambiemos quiere que salga a toda costa, el Frente Renovador y el bloque Justicialista quieren mostrar su poder-bisagra, pero no pueden resistir el espectáculo de quedar pegados otra vez al rechazo que sostiene el Frente para la Victoria. Por haberlo hecho en diciembre pasado, cuando produjeron la foto con Sergio Massa y Axel Kiccilof para voltear el proyecto de ganancias, le costó una caída de imagen al candidato de Tigre, ahora amenazado con irse a la casa si la elección bonaerense se polariza ente Cristina de Kirchner y Esteban Bullrich.
Ese empeño presidencial para que haya sanción el miércoles no tiene otro propósito que el proselitista de exhibir la conducta de cada bloque. La sesión de Diputados será la última antes del receso invernal, que se prolongará hasta después de las PASO de agosto. Al Senado le queda también una sesión, y tendrá dictamen sobre el proyecto antes de las vacaciones. Después de las PASO, con la campaña disparada, también es difícil que trate este proyecto, con lo cual es imaginable que pase a después de las elecciones. EL FpV rechaza el proyecto en Diputados; actúan como si temieses que, si dejan correr esta ley, una empresa como la brasileña le entregue a la justicia, a cambio de obras y algunas multas, la lista completa de las propinas que pudo haber. Este empecinamiento contra una ley anti-empresa revela intenciones no confesadas detrás del rechazo. Con el gobierno anterior lo hubiesen aprobado sin chistar. Ahora se mueven como si fuera efectivo su temor a que haya listas de nombres como producto de su sanción.
Se hace difícil soportar la hojarasca de campaña. Más cuando el resultado de las PASO está más que cantado hace tiempo. El público no decide el voto de un día para otro. Ese follaje impide detectar los movimientos de fondo de los actores de esta comedia electoral. Lo más jugoso fue el encuentro de Cambiemos del viernes, que terminó con un asado en Olivos con Macri. La cita no se apartó del formato cordial pero frío que impone el anfitrión. Empezó a las 8 y media de ese día y a eso de las 10 ya estaban saliendo todos para su casa. Algunos, acostumbrados a prolongar esas jornadas partidarias, se repartieron por algunos bares y billares de la avenida del Libertador para sacar conclusiones del encuentro. Un lote radical integrado por Gerardo Morales, Ernesto Sanz, Mario Negri, José Corral y algún otro se quedaron hasta tarde repasando el mapa de sus ilusiones para las PASO.
Coincidieron en el diagnóstico ya conocido de que la UCR puede llegar a sumar un diputado más, pero que la formación de Elisa Carrió logró presionar para que esté a punto de duplicar la cantidad de bancas. Ese lote, igual, se siente beneficiado por la evolución de la alianza hacia futuro (http://clar.in/2su2VrW). En 2019 el partido puede tener por lo menos cinco candidatos a gobernadores en provincias que no administran hoy. Sumados a los que ya tienen, en Mendoza, Jujuy y Corrientes, pueden pensar en una recuperación territorial. Ese grupo lamenta que la conducción de la UCR de la Capital, en donde actúa un sector clave de la dirigencia del partido, hayan adelantado la disputa de poder con el Pro dentro de Cambiemos al alinearse detrás de Martín Lousteau. Les ha faltado tiempismo, creen algunos de esa mesa que se constituyó en ese bar de Libertador. Hubieran preferido que la alianza porteña entre el Pro, la UCR, la Coalición y los socialistas se hubiera mantenido como ocurrió en la elección de consejeros graduados de la Facultad de Derecho de la UBA. Una lista que unió a todas las tribus le ganó al peronismo tres de las cuatro sillas en el Consejo Académico, claves para la votación del nuevo decano a fin de año. Esa lista que llevaba el lema de “Graduados Pluralistas” sacó cerca del 60% de los votos. Los electos son Leandro Martínez, que viene de Franja Morada, la macrista Silvia Blanco, que integra el Consejo de la Magistratura de la CABA y Pablo Yambelli. Esa lista tuvo el apoyo, y el voto, de Ricardo Alfonsin, Daniel Angelici, Martin Ocampo, Jorge Enríquez, Mariano Genovesi, Leandro Halperín, Francisco Quintana, Diego Capuya, Carlos Mas Vélez, Maria Gorbea, Daniel Lipovezky, entre otros tantos.