Primera obligación. Que les crean que nunca volverán a mentir
- Difícil evaluar un gabinete antes de que asuma. Ensañarse en los detalles del casting es una exageración que solo puede justificar la ansiedad del público – y de los medios – ante un interregno entre dos gobiernos, que ya viene durando cuatro meses. También cuesta desentrañar minucias del trámite de elección de cada ministro o secretario, porque el anuncio del nuevo elenco confirmó todos los nombres que habían sido filtrados por la oficina de los Fernández para ponerlos a prueba en la opinión. Alberto sigue debiéndole a los ansiosos la prometida sorpresa. A menos que haya sido otra engañifa del vértice sobre la calle. En este punto surge la primera duda del nuevo gobierno: demostrar que altos punteros, como Alberto o Sergio Massa van a decir, en adelante, la verdad. Prosperaron como opositores de la familia Kirchner, alzando contra Cristina acusaciones de corrupción o cosas peores, como la implicación en el encubrimiento de la muerte de Alberto Nisman. Cuando lo hicieron, ¿estaban equivocados o mintieron para hacer política? La mentira es una herramienta de la política, pero el público tiene el derecho a saber si tan altas jerarquías volverán a mudar de opinión. Por lo menos que avisen si volverán a mentir, obligados por la necesidad política. Que por lo menos pongan un banner en la pantalla que advierta: esta es una mentira piadosa.
Lingeri conserva dominio sobre las aguas corrientes
- Otros preguntarán por la competencia de Malena Galmarini en el asunto de las aguas corrientes. Es otro rasgo del nepotismo peronista, pero la presencia de la esposa de Sergio, hija del Pato, y hermana del Patito – ojo con tratar de Pata a Marcela Durrieu, que es la estrella mayor de esa etnia – parece representar los intereses territoriales de los intendentes del área que cubre Aysa – 26 comunas, la CABA -. Hay inquietud en algunos intendentes, en el desarrollo de causas judiciales en Brasil ligadas al caso Odebrecht, que puede mencionar municipios en donde se hicieron obras de potabilización. Hasta ahora no pasa mucho y seguro que no dejarán que pase, pero mejor tener unos ojos amigos en esa oficina. De esa designación sabía ya José Luis Lingeri, sindicalista de las aguas corrientes que además ronda fuerte en la administración de los fondos para las obras sociales, en donde también tuvo siempre gente propia. La conservó en Aysa y en Salud con todos los gobiernos. Incluyendo el que se va mañana.
Posicioname, posicionate
- El posicionamiento es el principal objetivo de todo peronista. Estar bien posicionado es quedar parado en el lugar adecuado a tus intereses, en el momento más oportuno. Por ejemplo, cuando se reparten cargos públicos. La biografía de un peronista se desarrolla según los diversos posicionamientos que va adoptando a lo largo de su vida. Cuando crece la marea, la ansiedad por el posicionamiento se vuelve más urgente e impone desafíos riesgosos. Le pasa a Alberto Fernández, el peronista más notable de estos días ha sido toda su vida un abogado de elite, prestigioso y con cátedras universitarias, que nadie nunca pudo identificar con la izquierda, porque hasta en Inglaterra debe manejar por la derecha. El camino más rápido es la fuga hacia adelante y agarrar la guitarra con las manos: la izquierda para sostenerla y halagar a ala rosada del peronismo y sus aliados, pero pulsarla con la derecha, en reuniones con personeros de Donald Trump y el FMI, a quienes nunca querría defraudar. La insurgencia continental – que es réplica de una rebelión de la muchedumbre contra el sistema, que no empezó ni terminará ahora – lo descoloca aún más. Acompaña con sus declaraciones a los rebeldes de Chile – influencia de sus amigos de la familia Ominami -, lo llora a Evo, y se lamenta de la suerte de Lula en los tribunales. Pero él mismo no es la muchedumbre, ni la calle. Por más que se disfrace es, por el contrario, el sistema. Y el sistema es el blanco de los insurgentes. Asumirá con la manzana rodeada, y para lo que se tiene que preparar es para tener frente a sí a la calle. Lo beneficia la excepcionalidad argentina.
El peronismo busca amigos en la oposición
- Detrás de estos movimientos logísticos, hay percepciones inconfesables. Una, el interés que manifestó el nuevo oficialismo para que el cargo del interbloque opositor quedase en manos de algún legislador del Pro, y no en las de Mario Negri. Se escuchó en la oficina de Massa y en la de Máximo. ¿Para qué quería el radicalismo el interbloque? ¿Acaso no les convenía que el Pro se comiese los costos del primer tramo del nuevo gobierno, cuando habrá cuentas por pagar por la herencia recibida? Detrás de esta mirada hay otra presunción: al nuevo oficialismo le va a ser más fácil lograr acuerdos legislativos con un Pro muy dividido por las broncas internas, y en crisis de liderazgo, conducido por peronistas como Ritondo – que es más que amigo de Massa y han compartido años de veraneo, truco y mate bajo los mismos toldos de Pinamar – y Álvaro González, que con los radicales. Para ese empalme es que Massa prepara este bloque bisagra Massa. Le asegura votos para blindar su conducción y garantiza el quórum. Algunos ven que es un gesto ingenuo con el cual aspira a aportarle número al oficialismo, cuando en realidad a un presidente de la cámara como él le convendría más asustar al oficialismo por la falta de número, antes que adelantarse a asegurar el número.
La interna radical, un producto para iniciados
- Los macristas se refriegan las manos cuando escuchan que las disidencias radicales son cosa seria, frente a los dimes y diretes entre ellos. Este debate, abierto aun, separa al radicalismo “federal” que representa Negri en Diputados y Luis Naidenhoff en el Senado, del radicalismo metropolitano, que debuta en alianza con Rodríguez Larreta en la Capital, hoy representado por Cornejo y Lousteau, y respaldados por Enrique Nosiglia. Un esquema parecido al que separa a los peronistas del interior -, que la bajaron a Cristina de la fórmula -, con el peronismo de la región metropolitana. Al radicalismo, como a la Iglesia y a los militares, sólo se los entiende desde adentro. De afuera son a veces incomprensibles. Las decisiones se toman por tres criterios: el número, la amistad y el prestigio. En eso ganaron Negri y Naidenhoff frente a un Cornejo que preside el Comité Nacional del partido, pero los integrantes de la mesa nacional no tienen su teléfono personal, ni figura en el grupo de whatsapp que los une y consuela. Esas elecciones son, además, entre iniciados. Como lo aprendió en la AFA Tinelli, que creyó que la presidencia se decidía por rating, y lo dejaron afuera en un confuso episodio entre iniciados. Todo se revelará entre hoy y el lunes 16, que es cuando tienen previsto los radicales la reunión de los delegados al comité nacional, para elegirlo a Cornejo para un nuevo mandato. Necesita de alto rosqueo, porque para esa renovación le piden 2/3 del voto de los delegados.
Argentina, la isla de la felicidad
- El país viene de vivir unas elecciones que enfrentó a dos sistemas ideológicos opuestos, que se excluyen como oferta ante el público, y que responden a demandas también contrarias, muy difíciles de consensuar. Estas elecciones convocaron, en campaña, a centenares de miles de ciudadanos en actos de los Fernández y también de Macri. Las elecciones transcurrieron en paz y sin incidentes, mientras ardían las calles en el resto de la región. La Argentina se acreditó como un país normal en un mundo de anormales. Esto tiene una explicación: la Argentina ya vivó la crisis en 2001 y ha salido, después de veinte años de tumultos y reajustes. Pese a estas rispideces, por acá el sistema funciona y articula la representación, con imperfecciones, pero contiene las demandas y las satisface. Es el producto de la acción de los partidos, los sindicatos, las organizaciones intermedias de la sociedad civil y las organizaciones sociales. Aquí funciona lo que en otros lugares del mundo no funciona. Hay que incluir aquí los acuerdos que el gobierno saliente tramó con las organizaciones sociales que controla el Papa Francisco, que han pacificado las calles durante 4 años y siguen haciéndolo hoy. Fue una decisión política de los funcionarios del gobierno saliente, y también de los responsables de esas agrupaciones, enfiladas detrás de la consigna papal de que en la Argentina no debe haber colapsos sociales.
Parlasures en busca de su destino
- Las transiciones se globalizan. Hoy sesiona en Montevideo el parlamento del Mercosur, que tiene que atender al cambio de gobierno, el final del mandato de los argentinos que opera desde el 10 de diciembre, y el futuro de ese organismo, que declina en importancia como la del propio Parlasur. La Argentina no eligió reemplazantes para los 46 parlasures que ganaron bancas en 2015. El argumento fue que eran los únicos que surgían de la elección popular, una excepción porque los demás países, salvo Paraguay, los eligen extendiendo las atribuciones de legisladores ya elegidos para los respectivos congresos. La base de la decisión, una resolución de los cancilleres fue derrumbada por la justicia argentina. La Cámara Nacional Electoral dijo que hay una ley para elegirlos y se debe cumplir, y no incumplirla por una resolución de cancilleres.
- El gobierno de Macri buscó devaluar al Parlasur y les negó el pan y la sal. No les dio sueldos, no les reconoció fueros y sólo les pagó el viático para participar de las sesiones en Montevideo. El argumento era político: el Parlasur iba a ser un foro de políticos anti macristas y ellos no iban a alimentar, si estaba a su alcance, la formación de un polo regional opositor. Ahora la Argentina tiene que resolver la situación. En la sesión de hoy la bancada argentina argumentará que según el reglamento del organismo, el mandato de las bancas continúa hasta que se eligen los sucesores. O sea que no hay que decir nada, y por omisión siguen los mandatos, porque prorrogarlos formalmente es inconstitucional. Los mandatos populares no se prorrogan.
- En Buenos Aires el Congreso analiza un proyecto de ley para reemplazar a los actuales parlasures por diputados y senadores electos de las dos cámaras, para que asumen la representación regional. Es como funcionó el Parlasur hasta 2015. Estos mandatos durarán hasta 2023, salvo que al gobierno de Alberto se le ocurra cumplir la orden de la Cámara Nacional Electoral, que es que se llame a una elección por el voto popular. Puede ocurrir ahora o en 2021. A un gobierno que asume, le conviene tener un test en los meses que siguen a su primera elección, porque puede tener un respaldo adicional al recibido el 27 de octubre. Más riesgos tiene llamar en 2021 a esa elección, que para los representantes por el país se hace en distrito único, como si fuera una presidencial. Ahí se expone el gobierno a un test adelantado, por esa naturaleza de elección nacional (la otra mitad se eligen en representación de las provincias).
- La sesión de este lunes concentró a un lote de parlasures en busca de su destino. Algunos ya no fueron, porque pesan a funciones nuevas en el nuevo ciclo. Ese congresito ha sido un semillero de talentos y salen de allí al Congreso nacional Jorge Taiana, Eduardo Valdés, Mariana Zuvic. Otros, como Victor Santa María o Fabián Rodríguez Simón tendrán extensión de mandato, como Teresa González Fernández y Osvaldo Mércuri, que han atinado, por estas horas, en crear un bloque criollo llamado “Federal”, como parlasures ligados a Luis Juez. Durará lo que duren sus mandatos.
Carrió vuelve esta semana al Congreso
- En Montevideo hubo movimiento también por la embajada argentina, en donde se despidió el representante Mario Barletta. El sábado por la noche recibió a Elisa Carrió, que esta semana reaparece en el Congreso, adonde habrá sesión para la jura de los diputados que asumen por suplencia de quienes se van al Ejecutivo, que son por lo menos nueve del peronismo. Entre ellos se destacan Pino Solanas y José Ignacio de Mendiguren, que le dejan bancas a Eduardo Valdés. Por la lista de 2017 se suman Juan Cabandié, que le deja la banca a Jorge Sarghini, y entra también Carlos Heller. Carrió estuvo acompañada por Marcela Campagnoli, Cornelia Schmidt Liermann y algunos amigos.
Elisa Carrió el sábado por la noche en la embajada Argentina en MOntevideo. Era la despedida de Mario Barletta, que además es primo de ella. La acompañaron Luciano Bugallo, diputado provincial por Buenos Aires, y las diputadas Lucila Lehman, Marcela Canmpagnoli y Cornelia Schmidt Liermann
La jefa de la Coalición es prima de Barletta. Envió desde allá una adhesión a la marcha a la plaza de Mayo en despedida de Macri. Fue una foto que le hizo creer a algunos que estaba en la plaza, pero estaba en el Uruguay.
Elisa Carrió adhirió por foto al acto de despedida de Macri en la plaza de Mayo, desde Punta del Este
Ausencias y presencias en Luján
- Sobre ausencias y presencias ya se destilan muchas interpretaciones. Para algunos Cristina no podía estar junto a Alberto en la misa de Luján, porque un presidente y un vice nunca lo hacen en actos públicos por razones de seguridad – eso vale para los reyes y sus herederos directos. Acá hay muchos actos de presidente y vice, como este domingo con Macri y Gabriela Michetti en la misma de Luján. Rara la ausencia de Horacio Rodríguez Larreta – contertulio del papa Francisco – y de María Eugenia Vidal. Larreta será la estrella de este lunes con la asunción de su nuevo mandato. De Vidal nunca se sabe por qué hace lo que hace. Sergio Massa no es muy amigo del Papa que vigiló esta misa de la unidad, que tuvo momentos de acercamiento insólito entre Macri y Alberto (abrazos, besos, se dieron dos veces la paz, compartieron refrescos, etc.). Pero sí es cercano a las sotanas Jorge Argüello, otro ausente. Miguel Pichetto, había adelantado su ausencia porque cree que la Iglesia propone divisiones pese a que después pide unidad. También dice que la Iglesia argentina debe alguna autocrítica por los abusos de los sacerdotes a menores. Este recuento dejó enigma, como la presencia en setores VIP de la ceremonia del abogado francisquista Roberrto Carlés, que está en la lista corta de candidatos a ocupar cargos en el área de justicia del nuevo gobierno. No estaba en la lista de invitados que armó la oficina de Alberto. Quiere decir que lo invitó Oscar Ojea en nombre, seguramente, de Francisco.
Zalemas en Luján. Alberto Fernández saluda al abogado francisquista Roberto Carlés mientras, en primer plano, Juliana Aweada firma un libro de honor en la basílica de Luján
- Ese recuento lo repasó el presidente electo con el grupo de amigos más cercanos en la parrila Estilo Campo, de Puerto Madero, en donde no le dejaron pagar la cuenta. Y eso que había altos devoradores de parrilla en esa mesa, como Eduardo Valdés, Guillermo Oliveri, Julio Vitobello, Juan Pablo Biondi, y alguno más.
Alberto Fernánez (en la foto con Fabiola Yáñez) ayer con amigos del gabinete en Estilo Campo. No le dejaron pagar la cuenta.
También faltó a Luján Emilio Monzó. estuvo el fin de semana en Mendoza. Compartió con Alfredo Cornejo y Rodolfo Suárez el acto de asunción del nuevo intendente de Lujan, Mendoza, Sebastián Bragagnolo. Los acompañó Sebastián García de Luca y se abrazó a Omar De Marchi, nuevo diputado y jefe del Pro de esa provincia. Integran todos una línea dentro de Juntos por el Cambio, que busca diferenciarse del macrismo ortodoxo y que ya hace ruido en el Congreso.
Agenda propia: Emilio Monzó, otro ausente a la misa de Luján, prefirió ir a Mendoza. Estuvo con el saliente gobernador Alfredo Cornejo, el entrante Rodolfo Suárez y el jefe del Pro local Omar Demarchi
Despacho regio para Taiana, se queda con el de Pinedo
- Sobre ruidos en el Congreso, lo habíamos dejado a Jorge Taiana el fin de semana sin despacho como senador – juró y asume este martes (http://bit.ly/33ZD09h?fromRef=twitter). Parecía condenado a un exilio en la ex Caja de Ahorros, pese a que es el segundo en la lista de Cristina de Kirchner de 2017, y la remplaza en la banca. Ayer su nombre apareció en una plaza de bronce en el despacho que aún no ha dejado Federico Pinedo, presidente provisional de la Cámara. Lo tenía reservado, hasta el viernes, la radical tucumana Silvia Elías de Pérez. La interceptó Martín Lousteau y protagonizaron un gresca por esos salones de Pinedo, que todos codician porque es un despacho pequeño, pero que tiene una salida propia hacia la calle Combate de los Pozos. Un lujo. Elías de Pérez había cedido ante Lousteau, pero entre gallos y medianoche, aparecieron los delegados de Taiana. En estas peleas de despachos cuando cambian las cámaras no hay ley, salvo la fuerza. Puede haber zona liberada, como la que habilitaron en estas horas Gabriela Michetti y Helio Rebot, saliente secretario administrativo. Se impuso la consigna de la hipercristinista María Luz Alonso, que reemplaza a Rebot y lanzó la consigna: “Los senadores peronistas deben tener todos un despacho en el palacio”.
Ritondo también debió pelear por una oficina
- Estas minucias fueron igualmente crueles en Diputados, adonde la pelea más divertida se planteó en el bloque del Pro, que estuvo a punto de dividirse entre unitarios y federales. Los federales, que tienen una referencia en el mendocino Omar De Marchi, llegaron a juntar entre 16 o 18 diputados para un sub-bloque rebelado contra el dedo de Olivos, que consagró al frente del bloque al jefe de los unitarios, Cristian Ritondo. Esta pelea terminó en un acuerdo para que la vicepresidencia 1ª de la cámara la ocupe Álvaro González – hombre de Horacio Rodríguez Larreta – por un año. El año que viene lo representará el federal De Marchi. En esos forcejeos, el Pro perdió los tres “traidores” denunciados por Macri, pero la migración hizo retroceder a los cismáticos. A todo esto, Ritondo no tenía despacho porque el que ocupaba el anterior jefe del bloque Pro, Nicolás Massot, se lo habían pasado al federal Sebastián García de Luca, que se quedó con las oficinas y las secretarias. Como fruto del acuerdo de unidad, García de Luca le cede estas instalaciones a Ritondo, pero le tienen que dar al saliente un buen despacho en el Palacio.
El peronismo acaricia los 2/3 para aprobar al nuevo Procurador
- El equipo de abogados de Alberto es inmenso por el arco que cubre. El peronismo tiene mayoría simple en el Senado, pero necesita 2/3 para designar al nuevo procurador de la Nación. Macri nunca estuvo interesado en ese cargo, salvo que se fuera Alejandra Gils Carbó. Dejó las responsabilidades en el subprocurador Eduardo Casal. Pudo cerrar la aprobación para su candidata Inés Weinberg de Roca, pero ni aun en sus mejores momentos de la relación con Miguel Pichetto y el bloque Federal avanzó en el acuerdo. Desde que Alberto es candidato a presidente, se le pusieron los faroles al juez Daniel Rafecas como candidato. Han tenido conversaciones y el candidato se siente con títulos y proyectos para asumir ese cargo, para el cual el peronismo no tendría dificultad sería muy difícil lograr los votos. Rafecas se luce como un candidato neutral, que buscaría despolitizar el cargo después de la gestión de Gils Carbó. Tiene antecedentes como su rechazo a abrir la denuncia de Alberto Nisman por el protocolo con Irán, que consideraba una demanda claramente política y mediática, y poco jurídica. También rechazó abrir causas contra funcionarios del gobierno de Macri por las LEBACS, el memorándum con Qatar, una denuncia contra Carrió por presunto enriquecimiento ilícito y otra contra María Eugenia Vidal por Edelap. Consideró que todas ellas eran intentos de instrumentalizar la Justicia para fines políticos. Como Alberto Fernández profesa admiración por figura de Esteban Righi, ministro del Interior de Héctor Cámpora y procurador de Néstor y Cristina de Kirchner, a quien despidió con un “In Memoriam” en la revista La Ley cuando falleció el Bebe en el mes de marzo pasado.