Entre los tumultos ruidosos hay que anotar el que protagonizó Javier Milei en Mendoza, adonde una reunión del partido Demócrata Nacional convocó por unanimidad a una convención que lo convertirá en su candidato a presidente. Esa indignación por derecha tuvo su réplica en el tractorazo en la Capital, adonde se subieron dirigentes del PRO. Este partido teme un drenaje de adhesiones a Milei. Este juego entusiasma a quienes, adentro y afuera, quieren poner a prueba la unidad de Juntos por el Cambio.
Omar de Marchi, el dirigente del PRO más importante del interior, no estaba en Mendoza, pero se quejó de que la Bolsa de Comercio de esa provincia no le prestase sus instalaciones a Milei. Este le agradeció con un llamado a De Marchi, que estaba en Santiago del Estero poniendo un ladrillo en el ProFe (PRO Federal). En el calor de la charla, se disparó un manos libres para que los santiagueños lo escuchasen a Milei. Hubo conceptos sobre los socios radicales que se viralizaron más de lo conveniente para las relaciones internas de la coalición opositora.
Armenia, Malvinas, Ucrania, Karadagián…

Juan Carlos Olima, Federico Mirré, Juan Archibaldo Lanús, Jorge Neme, Daniel Filmus – identificable detrás del barbijo – y Felipe Solá en el acto en la embajada de Armenia.
Los trazos gruesos de ese sociograma lo completa le sede del acto. Armenia es un país con conflictos geoestratégicos singulares, que alcanzan nuevo contexto con la guerra de Ucrania. Solá aprovechó el momento para exponer las diferencias entre el conflicto de Malvinas con Gran Bretaña -colonialismo puro- con el de Armenia en Artsaj -un tema de autodeterminación-. Flotaba en el ambiente la comparación con la Ucrania invadida.
Las pinceladas finas la dio otro grupo de invitados, que mostraron la cercanía de la diplomacia profesional hacia Solá. Estaba una representación de los leones veganos, los embajadores más experimentados de la casa: Federico Mirré, primer embajador en Gran Bretaña de Néstor Kirchner y Juan Carlos Olima. También Archie Lanús, de quien recordó Solá que no es vegano porque tiene dientes (risas).
Se entiende esa empatía profesional. Solá cuando ocupaba el piso 13° de la cancillería –oficina del ministro- podía ver desde una ventana, la oficina de enfrente que ocupó en 1973, en el palacio San Martín, cuando trabajaba en el equipo de Jorge Vázquez, subsecretario de Relaciones Exteriores de Héctor Cámpora.
Solá recibió la máxima condecoración de Armenia por sus gestos de respaldo a ese país en el reconocimiento del genocidio de 1915 y las víctimas de la guerra de Artsaj en 2020. Diplomático, reconoció que ya Raúl Alfonsín, cuando era presidente, se solidarizó con aquella tragedia de 1915. Le puso gracia al encuentro cuando recordó el viaje a Armenia con Carlos Menem en 1998, pese que el riojano había vetado una ley de condena al genocidio. Cuando bajaban por la escalera del avión dijo haber escuchado, en voz baja, el comentario de Carlos Corach: “¿Cómo no se nos ocurrió traer en este viaje las cenizas de Martín Karadagián?”.
(De la columna “Cristina Kirchner pierde poder de fuego, el defensor extranjero de Martín Guzmán y argentinos sueltos en Washington”, Avant Premiere, en Clarín de hoy – https://clar.in/3Lfi30G?fromRef=twitter”)

Foto principal: Carlos Balter, presidente del Partido Demócrata Nacional, en Mendoza con Javier Milei.