ANOCHE, TIGRE SEDE DE NEGOCIACIÓN GOBIERNO-MASSISMO • PICHETTO: “QUIERO PODER CAMINAR POR LAS CALLES” • MONZÓ, FUGAZ EN CÓRDOBA EL SÁBADO, JUNTO A RADICALES • ESTA SEMANA, MUESTRAN DE NUEVO LA MESA POLÍTICA DE CAMBIEMOS • GOBIERNO BUSCA SALIDA POLÍTICA PARA AMENAZAS POR DETENCIÓN DE MILAGRO SALA • MIREN HACIA PEÑA Y GRABOIS • HOY EL PAPA RECIBE A GILS CARBÓ, ACOSADA POR EL GOBIERNO • LOUSTEAU CON MACRI EN OLIVOS, CERCA DEL PACTO 2017
No hubo descanso de fin de semana para nadie. Funcionarios, legisladores y operadores del oficialismo y de la oposición se embutieron en largas reuniones a la espera de una salida que festejen todos en la discusión de la reforma de ganancias. El vértigo de las conversaciones obligó a un cambio de agenda, que le comunicó anoche Rogelio Frigerio a Miguel Pichetto: hoy por la mañana, gobierno con CGT blanda; a la tarde, CGT dura; martes por la mañana, gobernadores; por la tarde, bloques del oficialismo y la oposición. Eso implicó suspender la cita de hoy a las 11 a la que iban a concurrir los jefes de bloques opositores, al final del cual esperaban todos anunciar un acuerdo (Macri sólo aparecerá si hay acuerdo por Ganancias – Vía @iecoclarin – http://clar.in/2hHsZHt). Pero eso no será posible hasta mañana. Los técnicos del peronismo – Guillermo Mitchell, Marco Lavagna, Diego Bossio – refinaron los números, pero tienen la orden de ir detrás de lo que diga el sindicalismo. Éste negocia con dos alas. Los blandos son José Luis Lingeri, Gerardo Martínez, Juan Carlos Schmid, Héctor Daer. Están para el cachetazo. Los duros, a quienes atenderán Frigerio, Jorge Triaca y Mario Quintana, van con el puñal sobre la panza – la amenaza de desorden público con marchas y huelgas – y extremarán las demandas hasta cerrar. Esto lo deberían saber ya los negociadores del oficialismo: los sindicalistas criollos no están criados para combatir a nadie, están preparados siempre para el arreglo. En esa ala dura militan el Pablo, el hijo de Hugo Moyano (el mejor amigo del hombre, es decir de Macri), Roberto Fernández, Omar Viviani, y otros dirigentes del club del salario alto (petroleros, lucifuercistas, mecánicos, telefónicos).
El resultado de la negociación con esos dos bandos gremiales terminó de hilvanarse en conversaciones cruzadas entre sábado y domingo entre gente del Congreso, como Pichetto, Emilio Monzó, Sergio Massa, Mario Negri, funcionarios como Frigerio y Quintana (a quien los sindicalistas llaman “El Chapu” quizás por su parecido físico con el actor Roberto Gómez Bolaños), en un libreto que dice más o menos esto: 1) el tipo de ganancias puede quedar en $ 37 mil; 2) se puede extender la derogación de ganancias sobre los aguinaldos, pero reconociendo el beneficio a lo largo de los 12 sueldos; 3) impuesto a los juegos a azar sobre máquinas y apuestas hasta un total de $ 7000 millones; 4) subir el costo fiscal de las reformas de los $ 27/30000 M comprometidos en el Presupuesto 2017 hasta alcanzar unos $ 35/36.000 M. 5) impuesto a la renta financiera, “pero a la renta real” – según se escuchó anoche – un concepto que hay que discutir como si fuera un misterio teológico (¿doloroso o gozoso). Esa banda es lo que discutirá Frigerio con los gobernadores en la mañana del martes. 6) Está para discutir la eliminación de ganancias en horas extras y viáticos. 7) Les gustaría aportar una cláusula cerrojo para nuevos cambios, Una especie de declaración como la que propone Roberto Urtubey de que las leyes fiscales no se moverán en los próximos 20 años. 8) Hay mal pronóstico para quienes quieren reponer las retenciones a las mineras. Eso lo rechazan las provincias que tienen esa actividad. Algunas agregan, de paso, algunas bajas de impuestos; Salta pide que se baje el impuesto al tabaco.
Sobre estos puntos llegó a acordar la mesa que albergó anoche en Tigre Massa, quien recibió junto a Marco Lavagna y Héctor Daer a Frigerio, Quintana, Monzó, y Nicolás Massot. Lo que juntaron se llevará a las reuniones de hoy y mañana. Pichetto espera el dictamen de los gremios para llevar el miércoles el proyecto al recinto. Quiere que la CGT destrabe la crisis para cubrirse: “- Quiero volver a caminar por la calle sin que me insulten por no bajar ganancias”, les dijo a sus interlocutores del fin de semana. El gobierno consiente eso porque cree que la negociación de mañana con los gobernadores les asegura un piso de 36 votos para discutir los cambios. Quiere, además, que el jueves 22 el tema lo trate Diputados. Massa a anoche mocionaba para que se postergue la votación en Diputados para la semana que viene, miércoles 28, día de los santos Inocentes. No dio el motivo, pero dio a entender que quiere retomar la iniciativa en los medios y para eso necesita una semana más de exposición de sus razones. Este frenesí de reuniones no impidió que Monzó apareciese en Córdoba en la noche del sábado por una hora y media. Fue para participar de la cena anual de la revista Punto a Punto, en la que compartió mesa con Mario Negri, Jorge Aguad, el vicegobernador Martín Llaryora, Ramón Mestre, Luis Juez y otras estrellas de la política. Monzó tiene gente trabajando con él en Córdoba, como el jefe de la bancada del Pro Massot. En ese grupo está Edgardo Cenzón, saliente ministro de infraestructura de María Eugenia Vidal, que quiere rehacer su vida como político cordobés, que es todo un destino sudamericano.
Algunos de los presentes en esa cena cordobesa venían de Jujuy, adonde sesionó una juntada de los radicales que viajó a discutir relaciones con los socios de Cambiemos y, de paso, darle una mano a Gerardo Morales, que tiene que gobernar con la batucada de Milagro Salas en la calle. Lo amenazan además sanciones internacionales de gravedad nunca aclarada, pero que pueden salpicar al prestigio del gobierno. Eso resiente al propio oficialismo, en donde hay grupos que juegan partidos distintos. Por ejemplo, algunos herederos de Yrigoyen se preguntan por qué Leandro Despouys no ha ido a declarar en la causa por la cual está detenida la activista jujeña, cuando él es la presunta víctima del escrache de la Tupac cuando viajó a Jujuy a presentar conclusiones de la AGN sobre el manejo presuntamente turbio de dineros públicos. Morales querría que apareciese para declarar, pero eso se demora y hay propuestas de hacerlo por videoconferencia. Despouys es director de Derechos Humanos de la Cancillería y tampoco se ha pronunciado sobre la cuestión. También hay resquemores entre los radicales de Jujuy y la cancillería de Susana Malcorra porque creen que ese ministerio pudo pagar el viaje a Ginebra de Estela de Carlotto para defender a la Sala en los foros internacionales. Los funcionarios de Malcorra ponen en duda esa información. De estos entuertos se hablará esta semana en una reunión de la Mesa Política de Cambiemos, la que integran los jefes de cada partido, que se mostraron el mes pasado juntos por algunos minutos. Acordaron repetir esa foto antes de fin de año.
Gerardo Morales recibió en su despacho al jefe del interbloque Cambiemos, el diputado Mario Negri, en la previa de la cumbte de la UCR que se hizo en la Capital de Jujuy. Hay reproches cruzados entre correligionarios sobre el caso Milagro Sala.
En la cena del viernes en el hotel Alto de la Viña (Jujuy), con el pleno de la conducción radical, alguien transmitió un mensaje del ex AGN: soy más útil trabajando en silencio que haciendo declaraciones. Este gesto parece encerrar un reproche a los dirigentes que creen que la Sala está bien presa y que su trabajo incurría en presuntas amenazas y manipulación de los militantes. Ese reproche afirma que tener a alguien preso por un escrache es una enormidad. Es una encerrona cuando se hunde en la política: ¿qué podría hacer Morales para sacarse el problema de la detención? En confianza se dice que los jueces que la han detenido vienen de la era Fellner y que, si alguien del gobierno hace un gesto contra la detención, los jueces darían un giro en favor de la Sala. En la cúpula del gobierno hay más preocupación que en Jujuy. Por eso la mesa de Marcos Peña ha recibido una instrucción “de arriba” de buscar con abogados de encontrar alguna salida política que implique la libertad de la activista para que se le siga el juicio fuera del calabozo. Es recomendable leer los labios de Peña para ver qué solución le acercan. Esta noche el jefe de gabinete está comprometido para asistir a la cena anual de la libérrima Fundación Libertad en Rosario, un sello que se identifica con el conservadorismo internacional y que se referencia localmente con el gobierno Macri.
El gobierno tiene una relación especial con un defensor de la Sala, el neuquino por adopción Juan Grabois, que además tiene capilla propia junto al papa Francisco, otro de los respaldos que ha esgrimido la Sala, rosario más rosario menos. Hay que atender a lo que haga Grabois cerca de la oficina de Peña. El pontífice atiende estas costuritas de manera personal, como hace con las internas judiciales en las que toma partido en favor de los magistrados a los que cree tiene en la mira el macrismo. Bastó que el Colegio de Abogados presentase el jueves un pedido de juicio en el Consejo de la Magistratura contra la procuradora Alejandra Gils Carbó para que el Papa la sentase el viernes junto al enviado monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, los jueces Sebastián Casanello y Daniel Rafecas. Fue en un acto en la Legislatura porteña organizado por un par de Grabois, el concejal Gustavo Vera – defensor en su momento del principal adversario de Gils Carbó, el fiscal José María Campagnoli. Ahí se informó que Gils redobla la puesta y aparecerá hoy junto a Francisco en el Vaticano en un acto con fiscales generales de Bolivia y del Uruguay. ¿Contradictorio? Todo clericalismo lo es porque Dios escribe derecho con trazos torcidos. Eso refuerza la autoridad religiosa y contribuye al mandato papal de “Hacer lío”. El acto de la legislatura fue el lanzamiento de otra rama del Laudatismo político, ahora dedicado a la familia judicial. Por eso en el acto estaban, entre otros, los jueces Ernesto Kleplak, Marcos Grabivker, Claudia Caputo (de la Asociación de Mujeres Juezas) Andrés Gallardo y Patricia López Vergara (jueces porteños), la ex Defensora del pueblo de la Ciudad, Alicia Pierini y un seleccionado de secretarios como Sebastián Bringas (del juez Casanello), Samanta Geddes (de Paloma Ochoa), Diego Arce (de Ariel Lijo), Alejandra Provítola (del fiscal Carlos Stornelli) y Verónica Bresciani (de Sergio Torres), entre otros. Este grupo de Laudatos Judiciales se suma al de los Laudatos Políticos y los Empresariales que ya caminan por el mundo prometiendo observancia al autor de la encíclica Laudato Si.
Revoleo de sotanas: la familia judicial inauguró su rama laudatista. La bautizó el obispo Marcelo Sánchez Sorondo, venido de Roma, adonde hoy aparecerá, junto al papa Francisco, la procuradora Alejandra Gils Carbó.
El fin de año prolongó algunas presencias, como la de Martín Lousteau, quien halagó actos radicales del Comité Capital de la UCR entre el lunes pasado y ayer, en Punta Indio, en donde se hizo una reunión de la rama juvenil que responde a los patrocinantes de la candidatura del embajador, Emiliano Yacobitti. El competidor de Horacio Rodríguez Larreta estuvo el viernes a solas en Olivos con Macri, a quien impuso de los mismos argumentos que desplegó en público en un maratón de apariciones en medios. Lo más importantes, que hay que ampliar Cambiemos, que el Pro no tiene que disciplinar a sus socios de la UCR, de la Coalición ni de Eco, porque ellos respetan el liderazgo de Macri, pero de él para abajo, a nadie más. “Del rey abajo ninguno”, decía el drama español atribuido a Francisco de Rojas. También estuvo con su ex compañero de fórmula y segundo de Elisa Carrió en el Congreso, el diputado Fernando Sánchez. El oficialismo en la Capital tiene rarezas, como que las dos figuras más taquilleras están fuera de Cambiemos. Nadie imagina que eso dure mucho, porque se vienen unas elecciones en las que el macrismo tiene que hacer la diferencia. Estas dos figuras van a jugar dentro de Cambiemos en 2017, aunque no sean candidatos. Lousteau no está convencido de bajar a legislador porteño. Tampoco Carrió está persuadida de ir a una reelección como diputada. Tiene poder sin tener banca: cumple años el 26 de diciembre y habla de jubilación. Lo hizo en sus apariciones del fin de semana y también en la fiesta de fin de año del Instituto Arendt de anoche. En el fragor de ese sarao hubo cruce de anécdotas, algunas venidas de EE.UU. en donde estuvo Carrió dos semanas. Una produce pánico. De la trama del espionaje chino y ruso en Estados Unidos – que pudo hasta influir en el resultado electoral – surge una advertencia a quienes usan pen-drives en sus computadoras. Los pesquisas han detectados en muchas de esas memorias que se conectan en las máquinas a través de los puertos USB – todas fabricadas en China- vienen encerrados programas que sirven para entrar en las máquinas y espiar los datos. Las empresas han comenzado a prohibir que los empleados usen esas memorias portátiles, que suelen regalarse como cortesía, y algunas ya bloquean los puertos USB para evitar el espionaje.
Elisa Carrió despidió el año del Instituto Arendt anoche en la Capital Federal. Sigue el hermetismo sobre candidaturas 2017 de ella y de Martín Lousteau, el dúo más taquillero del oficialismo, pero que no pertenecen a Cambiemos.
En tanto Cambiemos realizaba su último timbreo nacional que tuvo como uno de sus activos protagonistas al presidente provisional del Senado Federico Pinedo, en medio del bochornoso calor sabatino, sus hermanos Teresa y Enrique Pinedo no dejaron pasar la oportunidad de asistir a la inauguración de la muestra Entre Nos. Crónicas de La Boca, organizada por la Fundación PROA ubicada en la mítica Vuelta de Rocha, un interesante y audaz recorrido por la tradición cultural y social boquense para celebrar los 20 años de la institución. En la foto los hermanos Pinedo junto a la funcionaria radical Monica Almada, el Director del Museo Benito Quinquela Martín Victor Fernández y el yrigoyeneano Diego Barovero, siempre presente en las movidas artísticas de La Boca.
Pacto radical-conservador en La Boca: el director del Museo Quinquela Martín, Víctor Fernández, Teresa Pinedo, Diego Barovero, Enrique Pinedo y Mónica Almada en un alto de un timbreo de campaña.